8/9/07

Consideraciones históricas de los pueblos indígenas de Costa Rica

¿Una evolución o una sumisión cultural?
CARLOS GONZALEZ PALACIOS
A) La triste reseña histórica y su repetición en la actualidad
Acompañarnos en las líneas que siguen será para adentrarnos en el mundo violento que viven a diario los indígenas de Costa Rica. Un país que a pesar de ser pequeño (51,100 Km.) cuenta con una biodiversidad de mas del 6% del total de la Tierra, y que ostenta para muchos nacionales y extranjeros el titulo de “Suiza de América central” (Biblioteca del viajero, 2005).

En efecto los cuatro millones de costarricenses viven bajo una prosperidad superior a la de sus vecinos, por su economía estable, su democracia modelo y el desarrollo de un Estado providencia seguido de una política de neutralidad, que valieron a este país desmilitarizado, en convertirse en una isla de paz en el continente americano. Sin embargo este progreso (desde la llegada de los españoles hasta hoy) no siempre ha privilegiado a sus connacionales de origen: los indígenas.
1) Breve sucesión de la historia precolombina costarricense
Seria iluso pensar que la Historia de Costa Rica empieza con la llegada de los españoles, porque miles de años antes, en este territorio habían llegado pobladores que desarrollaron culturas. Por ello, alrededor de 1850 los arqueólogos comenzaron a estudiar estas tierras, dividiéndose entre 1925 y 1960 el país en tres zonas arqueológicas (Pacifico Norte, Valle Central / Atlántico y Pacifico sur). Estas regiones geográficas correspondían con el nombre de tres grupos indígenas que los españoles conocieron: los huetares, chorotegas y borucas. Por consiguiente, “se concibió la falsa idea de que cualquier resto cultural encontrado en una de esas regiones pertenecía a alguno de esos tres grupos indígenas” (Fonseca, 1996).
Costa Rica, por formar parte en su mayoría de una región llamada “intermedia” por los arqueólogos, ha tenido influencia con las civilizaciones mesoamericanas (Yucatán), y otras civilizaciones intermedias sudamericanas (Colombia). Los sistemas de intercambio funcionaban como cadenas, y cada eslabón de este sistema tenia su propia identidad según el desarrollo social y cultural alcanzado (Bray, 1984).
El primer periodo cultural corresponde al Paleoindio entre el doce mil (treinta mil para algunos) y ocho mil antes de nuestra era, donde el indio era cazador de animales, mas tarde comenzó a domesticar los animales, primero de manera accidental y luego especializándose en esa practica. En los años mil antes de nuestra era se introdujo la cerámica, convirtiéndose en comunidades sedentarias quinientos años mas tarde por causa de la agricultura (primero yuca, luego maíz, frijoles…). En el año 500 de nuestra era ya las sociedades eran de rango, dándose la primera reacción a la competencia conocida en los años 800, de allí hasta la llegada de los españoles las civilizaciones e convirtieron en cacicazgos especializados en la agricultura, en donde el control de la autoridad civil imperaba sobre el control chamánico (Stone / Friederick, 1984)

2) Ideología y Cosmovisión de los indios de Costa Rica
A pesar de que la comprensión de estos elementos son primordiales en la comprensión de las raíces costarricenses, los estudios étnicos y arqueológicos siempre han obviado estos aspectos. Sin embargo, existe aun la tradición oral presente entre los bribris y los cabeceares que nos dice:
“(el Dios) Sibö nació aquí. El logró pensar en todas las cosas, en todo el Universo ¿No es eso Dios? (…) El es todas las cosas, por eso a él no le ocurre nada, no muere nunca. Sibö hizo primero la tierra redonda. El hizo después el mar. (…) Cuando la tierra estaba joven, esto era pura roca, como una laja o cemento. El murciélago fue a comer la tierra que estaba joven. Vino y se cuiteó en todo el centro de la tierra. Encima de las deyecciones nació la hierba. Después fueron naciendo los árboles” (Bozzoli, 1977) (Sánchez / Palmer, 1988)
Hombre y naturaleza, vida y muerte, so considerados por los pueblos indígenas como una totalidad sin comienzo ni final. Los humanos estarían obligados de participar relacionando su cotidianidad con lo sobrenatural. Los especialista religiosos son los chamanes quienes mueren y resucitan continuamente. Según costa en algunos documentos, existían en Costa Rica diferentes tipos de chamanes como los usékar (adivinaban el futuro); los jawas (curaban); los okub (enterraban a los muertos); etc. (Fonseca, 1996).
Sin embargo, a pesar de lo descrito, veremos más adelante que muchas de las ideologías han cedido ante la “contaminación” de la cultura occidental. E incluso, que para algunos indígenas como los huetares la cosmovisión ya no se diferencia en mucho de la que tienen los católicos urbanos. Los responsables de que se este diera fin a tanta historia indígena, no solo en Costa Rica, sino también en América latina, es por sobretodo la religión católica que desde su llegada colaboró en el cambio de mentalidades indígenas. En este sentido, el gobernador Juan Vásquez de Coronado pedía al rey “necesidad tengo de sacerdotes (…) Vuestra Majestad mande a quien doctrine esta gente” (Cartas de relación sobre la conquista de Costa Rica, 1562).

3) La llegada de los españoles y la dominación europea:
¿El final de la Historia indígena en Costa Rica?
Se habla de “descubrimiento” de indoamérica desde un punto de vista euro-céntrico que no adoptaremos aquí, por ello hablaremos aquí de dominación o de ocupación europea. Según nos narra la historia, los españoles llegaron aquí en 1502 al mando de Cristóbal Colon, los indígenas de la época los acogieron con amabilidad y curiosidad (como es generalmente el caso hasta hoy). Los tres primeros intentos de colonización (1508,1522 y 1524) fueron infructuosos para los españoles. Sin embargo, el Capitán del segundo intento, Gil González Dávila, en un descanso de quince días en casa de un cacique cerca de Boruca llegó a bautizar a más de treinta y dos mil indígenas y a decomisarles su oro para luego en su camino matar a otros miles. Uno de ellos les preguntó antes del sacramento: “¿Como es posible que Jesús sea Hombre y Dios a la vez (…) porque un pequeño puñado de hombres quiere tanto oro?” Esta incomprensión del indígena no era más que la ignorancia sobre la ambición occidental por el oro, que se perpetuaría de allí en adelante en Costa Rica y todo el mundo. Y también, la candidez en aceptar un Dios que no era el suyo, sin que se le explique nada de la cultura católica.
En 1510, una concesión de la corona acordó el derecho de organizar el trabajo forzado para que los amerindios realizaran el trabajo que los españoles no querían hacer en las minas. A muchos de los la región de Nicoya, se les marcó con hierro rojo para luego ser vendidos como esclavos en Panamá o Perú. Esto solo terminó luego de que el cura Bartolomé de las Casas demostrara en la controversia de Valladolid que “los indios tenían alma”. En 1544 Carlos Quinto y los jesuitas ayudaron entonces a terminar (en apariencia) con el tráfico de esclavos. En 1564 con la llegada de Vázquez de Coronado y su establecimiento en Cartago, Costa Rica fue sometida esta vez durablemente, a los españoles.
Hoy se puede determinar que la llegada de los hombres blancos a este país redujo las culturas y sociedades que aquí vivían, sino también el numero de indígenas matando a decenas de miles y dejando hoy un porcentaje que se estima en 1,2% según el ultimo censo del año 2000. Pero que a pesar del fin del gobierno español en estas tierras, se sigue sometiendo a diversas formas de violencia.

B) El ejercicio de la violencia estructural hacia las comunidades indígenas
1) La diferenciación entre violencia clásica y violencia estructural
Como ya se ha podido notar, hemos utilizado el termino “violencia” en nuestro titulo para referirnos a la relación existente para con los indígenas de Costa Rica. La definición de este termino debe de estar en relación con la topología de la violencia y tiene entonces que recoger un concepto común a todas las violencias existentes, esto puede ser “la destrucción” que llevado a un nivel de abstracción máxima pueda dar como resultado de la definición de violencia: “algo evitable que obstaculiza la autorrealización humana” (Galtung, 1981).
El noruego Galtung, sostiene que existen pues dos categorías básicas de violencia, la violencia clásica y la violencia estructural (que a su vez se subdivide en tres categorías –pobreza; alineación; represión). La primera de ellas es la que mas se conoce y está representada por la violencia corporal (o psicológica) directa, por ello su característica principal es que se conoce la identidad del autor violento.
En la segunda categoría por el contrario no se conoce al autor de la violencia, ya que ella procede de la estructura. Ello se produce cuando la persona (o los conglomerados sociales) ven bloqueados u obstaculizados su desarrollo, debido a limitantes que provienen de las estructuras sociales mismas (Padilla Méndez, 1996). Es por esta razón que más que referirnos a la primera concepción de violencia, nos centraremos más aquí en la violencia de tipo estructural a la que se refiere Galtung.

2) La ejecución cultural de los indígenas: un fenómeno de violencia estructural
En Costa Rica los territorios indígenas reconocidos por ley son: Conté Burica, Guaymí de Coto Brus, Cabécar de Bajo Chirripó, Cabécar de Talamanca, Quitirrisí de Mora, Salitre de Buenos Aires, Cabécar de Tayní, Cabécar de Telire, Matambú, Këkölde de Talamanca, Cabagra de Buenos Aires, Malekus, Guaymí de Abrojo Montezuma, Guaymí de Osa, Boruca de Buenos Aires, Talamanca Bribrí, Cabécar de Chirripó, Zapatón de Puriscal, Curré de Buenos Aires y Nairi Awari de Pacuarito (Ley de desarrollo autónomo de los pueblos indígenas).
Pero hablemos de la ejecución cultural, que en la historia comienza, por algo que la enunciamos anteriormente, y que corresponde a la imposición de un dogma (la religión); una ley (la guerra); y una perversión (la ambición mercantil). Sin embargo, a pesar de la expulsión de los europeos, la violencia no termina allí, ésta se perpetuó en todo Latinoamérica con la accesión al poder de las clases dominantes no indígenas. Y a pesar de la “contaminación” occidental que los colonizadores provocaron en las reservas mas cercanas a San José, como las del pueblo Huetar de Quitirrisí, los gobernantes blancos continuaron violentando a los indígenas desnudándolos culturalmente ante el resto del país y sirviéndose de sus tierras y mano de obra como hicieron los españoles. Esto da como resultado que hoy, en esta misma reserva de Quitirrisí, la carretera entre el Cantón de Mora y el de Puriscal pase en medio de sus tierras. Que en tierras de los indígenas térrabas (en la reserva de Boruca-Térraba, en el Cantón de Buenos Aires) la colonización agrícola de campesinos no indígenas, haya provocado que este pueblo asimile un modo de vida rural no autóctono.

3) Bloquear el desarrollo de ayer y de hoy
Cuando Colon descubrió a los primeros indígenas, estos eran considerados como la prolongación de la naturaleza, pero ya en su segundo viaje, este quizás se preguntaba si los indios no podrían ser los vasallos de un nuevo imperio (Mires, 1991). Incluso fue acompañado por tres personajes que anticiparían el futuro de América y de los indígenas: un militar (Pedro Margarit); un sacerdote (Fray Boyl) y un comerciante (Pedro de las Casas). Los tres conquistarían América a su modo, pero ninguno podía pasarse del otro para lograr su objetivo.
Es así como en primer lugar los católicos comenzaron a evangelizar a los amerindios, cambiando su cosmovisión de manera violenta y borrando así sus culturas, conquistando si se quiere sus almas. No contentos con esto, los militares mataron según la Escuela de Berkeley a más de veinticuatro millones de indígenas centroamericanos entre 1519 y 1605. Por ultimo los comerciantes luego de despojar al indígena de sus pertenencias y tierras, los utilizó como mano de obra y los vendió para financiar el holocausto. No contentos de esto se les dejó como misión a la elite que gobernaría el país mas tarde la misión de conservar estos tres pilares del “desarrollo” importados desde la Europa medieval.
Costa Rica sin embargo, ha tenido la sensatez de abolir el ejército en 1948 liberándose un tanto de esa influencia medieval. No obstante, el mal ya estaba hecho en lo que concierne a la religión exterminando para siempre siglos de cultura, mitos y cosmovisión… Por el contrario, lo que sigue aniquilando a los indígenas de manera lenta pero exponencial es el dinero y la economía de mercado a la que se somete a los indígenas.

a) Con el dinero se ha matado el deseo ancestral de aprender
Mas allá de las consideraciones expuestas hasta aquí, hay que saber que aunque contemporáneamente existe la tan ansiada escuela que la población indígena analfabeta de mas de cincuenta años le hubiera gustado tener, y aunque ésta sea eficaz desde un punto de vista latinoamericano. Según lo que hemos podido constatar entre los indígenas mas jóvenes, estos se limitan sólo a la escuela y ya no tienen las ganas de aprender a tejer las canastas como lo hacían sus padres mirando a los abuelos, tampoco ayudan a los padres cultivando las tierras familiares, y hoy vuelcan su mirada más hacia la capital, sino es hacia el extranjero (Estados Unidos de preferencia)

b) La transformación de la autosuficiencia en dependencia
De la misma manera en que se coloca la droga en el mercado, la industria, quien también necesita de ellos para que consuman, a hecho lo propio con sus productos. Carteles y propagandas invaden el paisaje indígena cada día. Y aunque es cierto que existen lugares donde esto todavía no se da en escala considerable como donde los Bribri, en reservas como las de Quitirrisí, se pueden ver los estragos de esta dependencia en la que nosotros, occidentalizados urbanos, también participamos. Don Favio Vásquez Mena, presidente de la asociación de productores y artesanos de Quitirrisí, nos cuenta justamente que desde su niñez ha visto como la relación con el dinero ha ido cambiando las mentalidades, los valores y las prioridades de la gente “antes no había dinero aquí, si uno quería ganarlo, eso costaba bastante”. Ahora son pocos lo lugares en donde se vive de lo que se cultiva, el intercambio es raro y hoy el dinero ha pasado a ser más importante que el producto que se vende. Se han corrompido las ideologías de hace cincuenta años haciendo que la felicidad pase por el dinero. Esto se debe (entre otras razones) a la publicidad que vende por ejemplo productos o viajes que los indígenas no se pueden procurar. Haciendo creer que el modelo urbano es desarrollado y mejor que el modelo rural pobre. Se preguntan por ejemplo ¿Por qué las publicidades no se hacen en zonas rurales o con indígenas?

C) Latinoamericano: Ganaste la independencia, pero perdiste la batalla cultural
El conflicto de intereses y concepciones que en algún momento de la historia surgió producto del encuentro de órdenes y cosmovisión distintos entre occidentales e indígenas ya no está a la orden del día. El problema ha sido resuelto en Latinoamérica por un fracaso de nuestras luchas e ideas. A diferencia de centenares de islas en Oceanía; de etnias africanas o del interior de Asia, en América latina hoy no reivindicamos nada, sino sólo que nos occidentalicen más. Y esto que nuestra economía fue absorbida primero por Europa y actualmente por los Estados Unidos (Amin / Toutart, 2002). Se puede afirmar entonces que luego de haber perdido las “guerras” de conquista, perdimos también nuestra identidad, nuestros nombres (apellidos), nuestro color de origen, e incluso nuestro amor por lo nuestro. Tan es así, que incluso dentro de las comunidades, los niños piden marcas de zapatos estadounidenses al igual que los urbanos piden mas “Coca Cola” en San José, Lima o Nueva York. Por eso, no es raro toparnos con indígenas que sueñan en el desarrollo consumiendo “a la occidental”, y es entonces que nos preguntamos ¿La cosmovisión indígena existe aun? Esperaríamos que la respuesta fuera positiva, y quizás lo sea en lugares inaccesibles de Costa Rica, con mas certeza podríamos decir que esta cosmovisión no occidentalizada la podemos encontrar en las alturas de Talamanca. Pero esto solo forma parte de una minoría de los indígenas preservados aun de la neocolonización que los urbanos latinoamericanos llevamos a cabo. Sin embargo, ni siquiera estos pueblitos, por no hablar del 1,2% que son todos los indígenas de Costa Rica, son apreciados como lo son las raíces a un árbol. Que digo apreciados, si solo fueran considerados por el Estado como se debe, la violencia proveniente de la estructura social blanco-liberal-occidentalizada no estaría presente. O en todo caso, no seria tan flagrante como lo es hasta ahora.

CARLOS GONZALEZ PALACIOS
Licenciado en Derecho de la Universidad de Nantes-Francia y estudiante de maestría en Derechos Humanos y educación para la paz en la Universidad Nacional de Costa Rica.

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