28/9/07

Posición de los pueblos indígenas de Costa Rica frente al TLC

Reunidos en el marco del Día del Indígena en Costa Rica se manifiestan sobre el Tratado de Libre Comercio TLC
En Costa Rica existen ocho pueblos indígenas, brunkas, cabécares, teribes, bribris, chorotegas, guaymíes, hüetares y malekus, a pesar de que históricamente se ha dado una presión sobre nuestros recursos, la usurpación de nuestras tierras, del saqueo de nuestras riquezas, de la pérdida cultural y de la marginalidad a que nos han sometido durante más de 500 años. No obstante esta riqueza de recursos naturales y de biodiversidad nuestros territorios indígenas son las zonas de menos oportunidades y de mayor pobreza del país.
Después de aceptar la convivencia con los pueblos indígenas, todavía se mantiene el problema por obtener o apropiarse de los recursos que existen en nuestros territorios indígenas, por lo que mantenemos la lucha por evitar la apropiación de nuestros recursos de la biodiversidad (riqueza forestal, plantas medicinales), el conocimiento tradicional, los minerales, los hidrocarburos, la tierra y el agua.

Por haber sufrido en carne propia la opresión y por saber lo que significa que el desarrollo está sujeto a la voluntad antojadiza de gobiernos e intereses particulares, estamos en contra de cualquier acuerdo que contenga inequidades y perjuicios para la gran mayoría, que atente contra los derechos tales como:

La seguridad alimentaria, la salud, la educación, pérdida de nuestro conocimiento tradicional, al uso de nuestras semillas tradicionales, la construcción de hidroeléctricas que desplazan a nuestras comunidades indígenas, acuerdos que nos sometan a tribunales extranjeros, a la entrega de nuestros recursos naturales y de nuestra biodiversidad y a la modificación de nuestras leyes que atenten contra la autonomía y autodeterminación de nuestro país.

Y fundamentalmente un Tratado que no ha sido consultado con nuestros pueblos como lo establece nuestra legislación vigente y el convenio 169 de la OIT.

Por todo lo anterior, y en ocasión de celebrarse el Día del Indígena (19 de abril), alertamos a comunidad nacional sobre la grave situación que viven los pueblos indígenas, sus niveles de marginación y pobreza a pesar de la riqueza natural y cultural, la violación a los derechos fundamentales, los problemas en tierras, salud educación, amenaza de proyectos hidroeléctricos en nuestras tierras y sobre toda las limitaciones a nuestros derechos básicos y ahora la amenaza de un tratado sin consulta y que pondría en mayor peligro llevando a la desaparición de los pueblos indígenas, tal cual está negociado el llamado TLC, por ello nos solidarizamos con el pueblo de Costa Rica y con sus organizaciones sociales, dentro de un marco de visión de futuro y de libertad de las generaciones venideras, es que decimos: NO al Tratado de Libre Comercio de Centroamérica con los Estados Unidos.

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23/9/07

Al acercarse el 12 de octubre

Leonel Arana
AranaLA@aol.com
Como ocurre todo los años en las primeras dos semanas del mes de Octubre estaremos presenciando una vez más los esfuerzos de ciertos sectores de la prensa escrita y televisada de los Estados Unidos por denigrar la figura de Cristóbal Colón y por minimizar y falsear su papel, así como el de España en el descubrimiento de América o el encuentro de dos mundos, como también puede llamársele.
A Colón particularmente se le acusa de cuanta abominación se les pueda ocurrir. Para empezar le han cambiado el nombre y han dado en llamarlo Christopher Columbus, un nombre tan ficticio e inventado como el de la cerveza Budweisser, que no es inglés ni alemán ni nada, tratando de borrar su origen mediterráneo insinuando, Dios nos libre, alguna relación con Inglaterra.

Se cuidan muy bien, eso sí, de no mencionar que el Almirante firmó siempre sus documentos, entre ellos su acta de matrimonio y su testamento con el nombre de Cristóbal Colón, sin usar jamás tampoco el de Cristóforo Colombo, que le habría correspondido de ser cierto su cada vez más incierto y dudoso origen genovés.

Para concluír se le acusa también de no haber descubierto nada ya que los verdaderos descubridores de estas tierras habrían sido Erico el Rojo y los vikingos.

La verdad histórica es que diferencia de lo que ocurrió en los territorios conquistados por España, la población indígena de los Estados Unidos empezó a ser exterminada a tiros un siglo después de la llegada de Hernando de Soto a la Florida, con el arribo de los primeros inmigrantes ingleses o pilgrims a Postsmouth, genocidio tipificado en la masacre de todos los indígenas de la tribu Pequot en sus propias tiendas de campaña mientras dormían una madrugada del año 1637 por los puritanos y naturalmente que en el nombre de Dios en lo que hoy es el Estado de Connecticut.

Sin embargo, durante la época colonial de los Estados Unidos el genocidio no fue tan grande como podía haberlo sido debido principalmente a que la corona inglesa no condujo, como más tarde lo harían unos Estados Unidos independientes y soberanos, una política de exterminio sistemático de los nativos, para lo cual prohibió la colonización de tierras al oeste de las montañas Apalaches dejando a los nativos en posesión de un territorio inmenso en el que lograron escapar a la muerte por casi dos siglos.

La gran mayoría de las tribus norteamericanas entre ellos los Cherokees, Shawnees, Apaches, Creeks (Miccosukees), Seminoles, Siouxs, Cheyennes, Navajos y Comanches lograron sobrevivir durante esos años por la sencilla razón de que desde la llegada de los primeros colonizadores o "pilgrims" y particularmente después de fracasar en algunos intentos de rebelión y sufrir la derrota de Pontiac empezaron un largo y paulatino retroceso hacia donde no habían colonizadores sajones, llegando ya para siglo XVIII a lo que en esa época era nominalmente el dominio francés de la Louisiana, enorme territorio de más de dos millones de kilómetros cuadrados que se extendía al oeste del río desde el Golfo de México hasta la frontera con el Canadá cubriendo lo que hoy son los estados de Louisiana, Arkansas, Missisipi, Missouri, Illinois, y Minnesota, entre otros o en los territorios sometidos a la Corona de España, en lo que es hoy el estado de Florida o en el territorio al Oeste de la Louisiana hasta llegar al Océano Pacífico.

En 1803 el Presidente Jefferson duplicó el tamaño de los Estados Unidos por medio de la compra de la Lousiana a Napoleón por 15 millones de dólares, lo que dejó a más de la mitad de la población indígena sin refugio. La situación de los indígenas empeoró todavía más en el año de 1821 con la compra de la Florida a España, lo que dejó a merced de los sajones a las diferentes tribus allí refugiadas, entre ellos los Creeks (Miccosokees) y los llamados Cimarrones, llamados así por su comportamiento nómada y conocidos por la mala pronunciación de ese vocablo por los norteamericanos como Seminoles.

Vale aclarar que los Cimarrones o seminoles jamás constituyeron una tribu, sino que eran grupos formados por refugiados de diferentes tribus indígenas y esclavos negros fugitivos que viajaban juntos apoyándose unos a otros. El colmo es que el despojo fue supuestamente legalizado, pues en 1830 el Congreso de los Estados Unidos decretó por medio de una ley especial, el Indian Removal Act, que todas las tierras aun conservadas por los indígenas en los viejos y nuevos territorios de los Estados Unidos debían pasar a manos de los Blancos, y que los indios debían marcharse fuera del país, al oeste del Missisipi hacia el territorio español.

Pero hasta este refugio perdieron los indígenas en 1840 con la derrota de Santa Ana en la guerra México-norteamericana. Por el tratado de rendición, Santa Ana cedió a los Estados Unidos otro inmenso territorio que cubría lo que hoy son los estados de California, Nuevo México, Texas, Arizona, Colorado, Nevada y Utah. A partir de esta fecha a los indígenas no les quedaba ningún territorio en que refugiarse y su destino estaba ya sellado.

Las cifras reflejan la magnitud del genocidio. A partir de 1803 hasta llegar a 1890 la población indígena de lo que hoy son los Estados Unidos se redujo de diez millones de personas a medio millón. Tribus enteras como los Miccosukees, refugiados en los pantanos de la Florida pasaron de cerca de cinco mil a solamente cincuenta (no cincuenta mil, cincuenta), entre 1821 y 1890. (Como prueba fehaciente de la ferocidad con que el nuevo inmigrante europeo trató al indígena norteamericano aún se conserva en un museo del estado de Colorado el original de un estatuto fechado en 1908 por el cual el gobierno del territorio ofrece pagar la suma de cien dólares a todo blanco que presente el cuero cabelludo recién arrancado de un indígena).

Los nuevos pobladores, en su mayoría de origen alemán, holandés, y escandinavo procedieron desde su llegada a la expulsión de los nativos, labor que era coordinada y mayormente ejecutada por el ejército de los Estados Unidos y su famosa y temida caballería montada o cavalry. Según registros oficiales de protestas de algunos militares la labor del ejército era cazar a los indios como animales para luego arrastrar a los sobrevivientes generalmente ancianos y niños a sitios inhóspitos y áridos, no aptos para proveerles sustento y lejanos a sus lugares de origen. Estos sitios, verdaderos campos de concentración fueron llamadas reservas indígenas o reservations y en ella todavía viven los descendientes de los derrotados. Los habitantes de estas reservas indígenas, hoy unos dos y medio millones tienen las tasas de analfabetismo y de pobreza más altas de los Estados Unidos, más bajas que el promedio de Latinoamérica, índices de alcoholismo que equivalen al triple del resto de la nación y un promedio de vida 15 años más corto que el de los otros habitantes de los Estados Unidos.

Muchas de las tribus han caído bajo el control de gángsteres organizados, que por centavos les han comprado los derechos a albergar casinos y vender tabaco, concedidos como forma de compensación y control por Washington, usando a los jefes indígenas únicamente como hombres de paja o presta nombres en las empresas que montan en dichas reservaciones. Hoy en día en las reservas indígenas más de 200 casinos de lujo, nominalmente propiedad de los indios. Sin embargo, estos supuestos dueños continúan en la miseria.

El resultado fueron tres siglos de opresión y explotación pero también tres siglos de asimilación y mescolanza de razas, costumbres, lenguas y creencias entre los dos pueblos. La población indígena también descendió dramáticamente en lo que es hoy América Latina, pero la mortalidad es atribuible más a las pestes traídas de Europa que al genocidio legalizado pues el conquistador español dirigió sus fuegos a los líderes indígenas o caciques durante el período de la conquista en el Siglo XVI a fin de subyugar a la población indígena para luego ponerla a su servicio.

Por el contrario, el grueso de las matanzas de indígenas de Estados Unidos ocurrieron en pleno siglo XIX, (la más célebres, entre ellas la masacre de Sand Creek, en la cual fueron casi exterminados los últimos Cheyennes en 1864 y las varias matanzas de Wounded Knnee en la que se les aplicó el mismo remedio a los últimos Siouxs y el asesinato de los caciques Sitting y Bull y Big Foot en el invierno de 1890), varias décadas después de que se habían publicado y aceptado por los mismos Estados Unidos los Derechos de Hombre y casi un siglo después que los iberoamericanos habíamos logrado independizarnos de España.

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22/9/07

Por qué abolir la celebración del 12 de octubre

Por Omar Hernández, Eugenia Ibarra y Juan Rafael Quesada (1)
Los actos de celebración del 12 de octubre siempre han sido organizados en nuestro país, y en general en América Latina, para resaltar el papel del conquistador y colonizador, como si antes del descubrimiento solo hubiera existido una época que hay que borrar y olvidar, o un territorio sin habitantes, una naturaleza sin dueño.
Al privilegiar casi de manera exclusiva el realce de los componentes que la cultura española trajo al continente, los actos han celebrado, más que un encuentro de culturas (que en muchos aspectos fue más bien un choque brutal), la violenta imposición de una cultura sobre otra, con la consecuente subvaloración de las civilizaciones conquistadas y de sus sujetos históricos.
Esta circunstancia ha producido consecuencias negativas para el conocimiento y justa valoración de los diferentes elementos que conforman nuestra identidad histórica, así como el papel que los distintos grupos autóctonos (los pasados y los actuales) juegan en ella.

En un continente al que sistemática y continuamente se le ha querido borrar la memoria, la tarea que nos ocupa es la de dilucidar el pasado para entender mejor el presente, en la búsqueda de las raíces que expliquen la visión que el yo americano tiene de sí mismo y el papel que el "otro europeo" jugó en su conformación. La polémica que se ha desatado en
América Latina en torno a cómo identificar esa fecha, sin plegarse a la perspectiva europea que le otorga un nombre eufórico (celebración) y eurocentrista (descubrimiento), o directamente racista como la denominación de Día de la Raza, tiene un gran sentido porque responde a la necesidad de rescatar la composición étnica múltiple de la región.
La Ley 4169 que declara el 12 de octubre Día de la Raza es, desde múltiples puntos de vista, absurda y negadora del origen diverso de nuestra nacionalidad. Basta para afirmar lo anterior, recordar que los patricios fundadores de la República consideraban que la independencia había sido el momento en que América había recuperado la identidad perdida durante la época colonial. Consideraban, por tanto, que una vez liberados del yugo que nos oprimía, la fecha de la independencia debería celebrarse con la mayor efusión patriótica 2.
Si así se conceptualizaba el período de dominación española, es normal que en todos los países latinoamericanos la fecha de independencia haya sido la efeméride más significativa.
Entonces, ¿por qué razón habría que celebrar casi con igual solemnidad el 12 de octubre?
Una respuesta a esa flagrante contradicción podría encontrarse en la siguiente afirmación de Gustave Beyhaut l3:
En América Latina, a lo largo del siglo XIX y aún a comienzos del XX, la actitud de las élites dirigentes fue la de interiorizar los valores de Europa, sus gustos, sus modas; estas élites aceptaron de buen grado sobre el plano intelectual una situación de colonizados, asimilando así los prejuicios raciales, climáticos y culturales, utilizados por los conquistadores europeos para justificar el hecho colonial.
Es incuestionable, no obstante, que en la práctica la independencia se dio únicamente para los criollos o mestizos, quienes desde ese momento se conciben a sí mismos como occidentales. Por el contrario, para las comunidades indígenas sobrevivientes, después de la Independencia continuó la expropiación y la marginalización. Además, la construcción del
Estado Nacional significó también la elaboración de una memoria histórica que sirviera de fundamento al nuevo proyecto político. Así, a lo largo y a lo ancho de todo el continente se elaboraron historias nacionales con el fin de servir de instrumentos esenciales en la formación de ciudadanos.
Siguiendo una tradición que venía desde los romanos, en el siglo XIX se creía que el conocimiento del pasado era indispensable, pues un pueblo sin raíces es un pueblo sin futuro.
Se sostenía de acuerdo con el pensamiento de la Ilustración, que las naciones son construcciones, que toda nación es una construcción de la historia. El conocimiento del pasado era visto entonces como un arma esencial para forjar solidaridades y lealtades hacia la patria.
Es preciso señalar que la noción de patria y nacionalidad no incluía a todos los componentes de la sociedad. Los grupos autóctonos eran excluidos del progreso que se pretendía alcanzar. En consecuencia, hasta la reconstrucción del pasado o memoria colectiva sirvió para justificar esta marginalización. Así vemos que la mayor parte de los textos de historia que han circulado en América Latina, desde el siglo pasado hasta hoy, se han caracterizado por representar y reproducir la visión de los conquistadores de 1492. Estos manuales escolares se han distinguido por una visión eurocentrista (la que habla del descubrimiento) y por una óptica claramente racista (cuando habla de Día de la Raza). Por esta razón, en Costa Rica los libros de texto de historia han sido portadores de valores que exaltan el papel del conquistador y del colonizador, negando o menospreciando el papel de los "descubiertos" en 1492.
A muchas generaciones de costarricenses se les ha presentado el contacto de los españoles con los indígenas, pobladores de este continente miles de años antes de la llegada de los europeos, en términos de dicotomías simplistas y falsas: civilización barbarie, luz tinieblas, cristianismo paganismo.
Igualmente, los textos educativos, olvidando a Bolívar quien se daba cuenta que América Latina tenía un rasgo esencial de mestizaje, han afirmado que los orígenes de nuestra nacionalidad y de nuestra identidad cultural se encuentran únicamente en lo español. Producto de todo lo anterior, es el costarricense que hoy abjura de lo indígena como uno de los componentes de su herencia cultural y es racista con respecto a los indígenas costarricenses y centroamericanos, a quienes llama despectivamente indios, lo que evidencia un sentido de identificación unilateral, con solamente uno de los componentes de su ser nacional.
En los siguientes apartados presentaremos una argumentaci6n detallada acerca de los puntos principales que dan pie al racismo y a la discriminación tan explícitos en la Ley en cuestión. Después de unas reflexiones acerca del carácter general de esta Ley, procederemos a examinar los conceptos de: descubrimiento, raza y civilización y la expresión concreta que han tenido en el sistema educativo nacional, principal Instancia difusora de los valores promulgados por la Ley. Tal discusión conformará el eje central de nuestra preocupación, a la vez que es el fundamento para considerar la inconstitucionalidad de la Ley N. 4169.

1. REFLEXIONES GENERALES ACERCA
DE LA LEY N.4169 La LEY Nº 4169, Día del Descubrimiento y Día de la Raza 4, dice:
ARTICULO 1ª.
El 12 de octubre será conmemorado todos los arios, en forma apropiada, como Día del Descubrimiento y de la Raza, para celebrar el hecho histórico del arribo de las carabelas de Colón a las islas del Continente Americano, recordar perennemente la comunidad que vincula a las Naciones de Hispanoamérica entre sí, por los lazos de una misma fe religiosa, iguales tradiciones históricas y culturales, raíces biológicas comunes y propósitos idénticos de defensa de la civilización cristiana dentro del ordenamiento jurídico de la vida internacional, basado en la igualdad de las Naciones y el respeto del Derecho.

ARTICULO 2º. Los actos conmemorativos del 12 de octubre exaltarán con especial énfasis:
a) El sentido misional de la colonización de América según las normas directrices de la
Legislación de Indias;
b) La obra civilizadora de los misioneros católicos que logró encausar dentro de las elevadas dominas del Cristianismo;
c) La obra educadora de esos misioneros al establecer y mantener en América las primeras escuelas de educación popular y los grandes centros universitarios que fueron foco de cultura e ilustración en el Continente;
d) Los nobilísimos ideales de Isabel la Católica al alentar la obra civilizadora y evangelizadora de España a América;
e) El profundo sentido democrático de la vida municipal que se desarrolló en América al amparo de los Cabildos establecidos por los conquistadores;
f) El resultado de la Colonización en lo que atañe a la elevación espiritual de los aborígenes, su educación para una vida mejor y el desarrollo económico del
Continente;
g) La Legislación de Indias en sus aspectos humanos y sociales; y
h) La vinculación espiritual permanente de los pueblos de España y de América, que sobrevivió a las luchas de Independencia.

ARTICULO 3º. Los Ministerios de Educación y de Gobernación tendrán a su cargo la ejecución de esta Ley.

Casa Presidencial, San José, a los 22 días del mes de julio de 1968.
Ejecútese y Publíquese. JJ. Trejos Fernández.
El Ministro de Educación Pública, J.G. Malavassi V.

El articulado de la citada Ley N.4169 se caracteriza por privilegiar una posición en la que se soslaya una explicación comprensiva y real del significado de la conquista en América.
De hecho, esta ley ni siquiera se refiere a dicho proceso, como se desprende de su lectura.
El carácter discriminatorio aparece inscrito en los aspectos siguientes:
1. La colonización aparece en el Decreto como una obra civilizadora, lo cual constituye una negación de los valores indígenas y atenta contra los Derechos Humanos. La violencia física y espiritual fue permanente y produjo todo tipo de trastornos en la población autóctona. Esto generó actitudes que se prolongan en el presente. Los pueblos indígenas continúan siendo marginados en la actualidad, en el más amplio sentido del término.
2. La Ley desconoce el componente indígena nuestro, haciendo aparecer el pasado precolombino como carente de civilización y de cultura. Esto es a todas luces discriminatorio, además de que violenta normas dictadas por el derecho internacional sobre prejuicios raciales y pueblos indios.
3. En un plano más específico, ameritan reflexión los siguientes aspectos en los apartados a, b, c, d y f del Artículo 2:
a) ¿Fue únicamente "misional" el sentido de la colonización?
b) ¿Puede considerarse como "civilizadora", la obra de los misioneros católicos?
c) ¿Contemplar la labor educativa de los misioneros únicamente como difusión desde un "foco de cultura e ilustración en el continente", ¿no es discriminatorio de las culturas autóctonas, a las que se intenta imponer UNA Cultura particular sin reconocer la propia?
d) Los nobilísimos ideales de Isabel la Católica, ¿fueron motivados principalmente por objetivos evangelizadores?
e) ¿Puede afirmarse que los resultados de la colonización ameritan exaltarse con especial énfasis en los actos conmemorativos del 12 de octubre, en lo que atañe a la elevación espiritual de los aborígenes, su educación para una vida mejor y el desarrollo del continente?
En este mismo punto e) cabe reflexionar acerca de los juicios de valor, propios del etnocentrismo, que se manifiestan en su contenido. Por ejemplo, elevación espiritual. Tal aseveración es discriminatoria al suponer que solamente por el cristianismo los pueblos obtendrán beneficios espirituales. El irrespeto por otras culturas, otras creencias y otras religiones es evidente.
Se refiere este punto también a la educación (de los indígenas) para una vida mejor.
¿Han tenido y tienen, en la actualidad, una vida mejor desde la conquista española? Además, los criterios para juzgar si su vida es mejor o peor, provienen del punto de vista de los conquistadores, y del proyecto de sociedad que vino con ellos. ¿Tiene derecho un pueblo de imponerle a otro su modelo de vida por las buenas o por las malas?
4. Del articulado de la Ley, pareciera desprenderse que la Raza que se celebra es la española, pero ¿hay una "raza" española? ¿Hay razas superiores e inferiores?
Sobre estos conceptos y para demostrar el carácter antidemocrático y violatorio de importantes normas de la vida ciudadana costarricense, contenido en esta ley, ahondaremos a continuación.

1.1. CIENCIA Y ACADEMIA ANTE EL CONCEPTO DE "DESCUBRIMIENTO".
La noción de descubrimiento, con que tradicionalmente se ha denominado la celebración, por un lado ignora y oculta el hecho de que previamente a la conquista española existía en América una historia cultural muy rica, y por otro, encierra el equívoco de vernos a nosotros mismos y todo nuestro pasado y presente culturales bajo la mirada del otro europeo.
Como afirma Noam Chomski, seguramente hubo un encuentro de dos mundos. Pero la frase descubrimiento de América es obviamente errónea. Lo que descubrieron fue un América descubierta antes por sus habitantes 5.
Colón no fue quién descubrió América. Sus verdaderos descubridores fueron los pobladores que llegaron a estas tierras miles de años antes de la era cristiana y quienes por el siglo I D.C. ya tenían civilizaciones complejas. A los primeros pobladores de este Continente se les conoce a partir del siglo XIX con el vocablo Amerindios, es decir, con la unión de dos términos creados por los europeos para comprender el Nuevo Mundo.
En realidad, la idea de descubrimiento atribuida a los españoles, es el punto de partida que privilegia la posición del conquistador. Es la posición de unas élites que se han europeizado a lo largo de] siglo XIX. Es decir, han asumido como suyas las ideas de potencias europeas.
El punto culminante de la europeización es el año 1892, en el momento del IV Centenario. En los tres centenarios anteriores no había habido mayor remembranza del 12 de octubre de 1492, todavía reciente la independencia. Pero, en 1892, siguiendo el llamado del gobierno español, prácticamente todos los países de América convierten el 12 de octubre en una gran fiesta de la familia hispana. De ese centenario que se celebró en Barcelona data la entronización de Cristóbal Colón como símbolo mayor de la presencia europea en el continente americano. A partir de entonces se convierte el "descubrimiento" en un logro europeo y en un signo de prestigio para el latinoamericano criollo.
En esas ideas aparece con toda claridad que el papel de los amerindios se ha reducido a cero. La europeización fue el motor generador de una importante parte de la historia de América Latina, pero no fue justo ni objetivo convertirlo en lo único valioso de nuestra identidad. De esa forma se alimentó la discriminación social, racial, económica y política que había comenzado siglos antes, con la conquista y la colonización europeas, contra los indígenas y los negros. La Celebración del 12 de octubre sigue alimentando esa discriminación y atenta contra la dignidad humana.
Al referirse a descubrimiento, tal como se encuentra en la Ley del Día del Descubrimiento y de la Raza, se obvia la presencia de los amerindios costarricenses, cuya antigüedad los remonta de acuerdo con los últimos avances arqueológicos, a cerca de 10.000 años atrás 6. Estos habitantes fueron los antecesores de los que ocupaban todo nuestro territorio en el siglo XV y cuyos logros culturales contribuyen a la composición de las sociedades cacicales. Estas, a su vez, aportaron a la formación de la sociedad colonial y constituyen hoy parte activa del componente multicultural costarricense actual.
Por tanto, es discriminatorio y un atentado a la dignidad humana, a nuestra identidad mestiza y a los pueblos indios de hoy, el querer comenzar a reconocernos en la historia a partir de 1492, momento en el que fuimos descubiertos ante los ojos del otro europeo. La Ley del Descubrimiento y de la Raza alimenta esta discriminación, cercena un proceso histórico milenario dividiéndolo en dos instancias mayores: la barbarie antes de 1492; la civilización a partir de 1492. Los sin Historia (o la prehistoria) antes de 1492, la historia a partir de 1492.
Si concebimos a todos los hombres iguales entonces tal división es discriminatoria. Si aceptamos la separación de un proceso histórico milenario en esas dos instancias, entonces alentarnos contra la dignidad humana.
Para los europeos el 12 de octubre de 1492 sí representa un descubrimiento: el de otro continente poblado con seres culturalmente distintos a ellos. Es comprensible pero no justificable, a la luz de los estudios científicos y académicos, que los europeos hablen de un
descubrimiento en los términos arriba mencionados. Pero para un latinoamericano con raíces que se extienden miles de años atrás, no tiene sentido alguno.

1.2. CIENCIA Y ACADEMIA ANTE EL CONCEPTO DE "RAZA"
a) Origen y sentido del concepto
El desarrollo científico desde el S. XIX ha provocado un ascenso incontenible de elaboración teórica y metodológica sobre la diversidad humana, en campos como la genética, la biología y, más recientemente en la antropología física. Sin descartar los avances y aportes significativos que se han venido dando en genética de poblaciones y en biología para la comprensión de la diversidad humana, nos centraremos en este texto en los principales productos de la antropología física y la antropología social para el estudio de la heterografía humana, de tal forma que se fundamente el carácter esencialmente equívoco, extremadamente prejuiciado, racista y distorsionador del patrimonio genético y cultural de nacionalidad, que contiene la Ley 4169.
La variabilidad biológica de la especie humana, como la de cualquier grupo de seres vivos con características físicas, y por ende genéticas, similares, se ha clasificado como razas.
Este término es tanto una frase común que se reproduce en el lenguaje cotidiano de los pueblos, como un concepto producto del desarrollo científico.
Detengámonos en primera instancia, en el concepto científico de raza y valoremos si la Ley del Descubrimiento y de la Raza se construyó con base en estos conceptos o, en su defecto, los distorsiona y confunde.
Los manuales clásicos de la antropología física así como las últimas revistas especializadas 7, presentan un claro proceso de relativización del uso científico del concepto de raza. Esta discusión ha provocado acalorados debates cuyo producto, en una síntesis apretada, resumiremos a continuación:
I. En tanto especie la humanidad es fundamentalmente análoga o semejante en sus características morfológicas y genéticas y especialmente iguales en su capacidad de crear cultura.
II. En biología y genética, los grupos de seres vivos con tendencias estadísticas en sus apariencias (morfología), en marcadores genéticos (dermatoglifos, tipos sanguíneos, etc.) y en general con cierta acumulación de características transmitidas genéticamente, constituyen poblaciones que se pueden denominar razas. Esto es particularmente útil para estudiar la microevoluci6n de grupos con ciertos niveles de aislamiento que les permite, a través de largos períodos, constituir algunos rasgos genéticos particulares. Son causas significativas de esta diversidad los efectos ambientales y los patrones de cruzamiento entre la población, así como el grado de contacto genético con otros grupos. De tal modo que las razas facilitan el proceso de clasificación e identificación de conjuntos de rasgos, cuya representación geográfica o espacial se explica por el aislamiento.
III. Dado que la humanidad, desde sus orígenes, en tanto que compuesta por animales culturales, ha superado con herramientas simbólicas y prácticas las limitaciones y condiciones ambientales más determinantes y se ha caracterizado por poblar y repoblar espacios y entrecruzar su patrimonio genético y cultural, el concepto de raza se ve constantemente negado y asimilado por la historia de la migración e intercambio del patrimonio genético y cultural.
Según Kelso, "los mecanismos evolutivos y de plasticidad fisiológica, al operar en condiciones ecológicas que varían a lo largo del tiempo, contribuyen al ocultamiento en y entre los grupos incluidos en dichas razas. Además, los rasgos aglutinados presentan, al ser tomados separadamente, distribuciones que se desbordan ampliamente fuera del área."8
El alto nivel de mestizaje de las poblaciones humanas y la incapacidad de aislar grupos de rasgos fijos por subgrupos, se debe además a las características psíquicas y sociales innatas de la humanidad. Desde los patrones de crianza hasta los procesos de socialización y endoculturación, junto a los medios y procesos de reproducción material de la especie por medio de la cultura, conducen hacia una colonización activa del medio y en consecuencia, a la búsqueda de nuevos territorios y a la relación cultural y genética con otras poblaciones. Este proceso se da desde las más elementales formas de organización cultural, hasta las más diversas expresiones culturales y sociales. Obviamente, la expansión mercantil, la industrialización y el desarrollo de los medios de transporte hacen que las sociedades contemporáneas, rurales o urbanas, se vean inmersas en un sistemático proceso de interacción e intercambio de acerbos genéticos y culturales.
Este proceso constante de relación e intercambio genético y cultural, lo tenemos presente ya desde las poblaciones asiáticas y europeas septentrionales que cruzaron el puente terrestre de Beringia hace más de 25.000 años, las cuales se constituyeron en los primeros colonizadores de los territorios que ahora conocemos como América.9 En consecuencia la idea de descubrimiento únicamente tiene sentido para los europeos, como se indicó en las páginas anteriores.
América se constituyó así en un crisol para la diversidad cultural. Esta diversidad se fue articulando con el aporte de los componentes culturales y genéticos construidos en la relación con el medio, en la sobrevivencia, en la vida social y en la elaboración de diversas visiones del mundo. Esta diversidad, simbólica y práctica, fue dando forma a las identidades propias de las sociedades pequeñas y grandes distribuidas en todo el paisaje americano por decenas de miles de años antes de la llegada de los españoles a América.
b) El concepto de raza en la educación costarricense
El concepto de raza es empleado frecuentemente en los textos escolares costarricenses, aunque nunca es definido. Es utilizado especialmente para distinguir los diversos componentes de la sociedad colonial y es asociado a la noción de sangre y al color de la piel. En la mayor parte de los casos está cargado de alusiones peyorativas, cuando se trata desde luego de razas blancas. Por ejemplo, en la obra Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos, de Joaquín Bernardo Calvo, se afirma lo siguiente:
En Cota Rica (en 1887) si bien existe una raza primitiva (el autor parece aceptarlo como una fatalidad) su cantidad es muy limitada y está completamente aislada de la población civilizada (…) En contraposición, el autor agrega que la calidad más estimable de la raza blanca es su sentido del trabajo y su voluntad de progreso.10
El mismo autor destaca como una distinción de Santo Domingo de Heredia (cantón de la provincia de Heredia), la pureza de sangre de sus habitantes.
Los textos escolares presentan como rasgo esencial de la raza blanca el ser trabajadora y deseosa de progreso. Por el contrario, se afirma que en el indio lo innato es la pereza y el amor a las fiestas. Se concluye que los aborígenes se asimilaba n a los españoles únicamente es ese último sentido. Los días de fiesta, tan abundantes en el calendario español, eran apreciados por nuestros indígenas.11
Finalmente, es necesario citar una obra que aunque no fue utilizada como texto, ha sido empleada por investigadores de diversas disciplinas y naturalmente por historiadores. La obra Noticias de antaño, de Manuel de Jesús Jiménez, es el mejor ejemplo de que el etnocentrismo conduce a actitudes netamente racistas:
¡Oh el 10 de enero de 1569¡ Es un día negro en los anales de nuestra historia (instauración de las encomiendas). Los indígenas perdieron definitivamente su libertad y la esclavitud de los indígenas fue permitida bajo una forma disimulada (...) Pero si es necesario para el cumplimiento de fines tan elevados del progreso humano que sucumban bajo el planeta los más débiles en beneficio de los fuertes, si la dominación de las razas superiores y la extinción de las razas caducas es necesario, entonces es necesario considerar como eternamente memorable ese día 10 de enero de 1569 que estableció en Costa Rica la esclavitud de los güetares, la perpetuación de los caucásicos, porque éstos por su mayor vigor físico y espiritual son más aptos para ser agentes de progreso.12

13. CIENCIA Y ACADEMIA ANTE EL CONCEPTO DE CIVILIZACION
a) La oposición civilización barbarie
El concepto de civilización aparece asociado con lo que se ha dado en llamar: la misión civilizadora de occidente. Esta posición se basa en la perspectiva etnocéntrica de la sociedad occidental, que se ve a sí misma impulsada por las leyes mágicas del progreso. Las sociedades no occidentales fueron consideradas atrasadas y por lo tanto sujetas a recibir el "progreso" vía occidente, el cual tenía que cumplir una misión civilizadora. Esta posición, a todas luces subjetiva y falsa, sirvió como instrumento para justificar el aprovechamiento de los recursos de las sociedades no occidentales en beneficio de las nuevas sociedades occidentales o civilizadas. Las sociedades no occidentales perdieron así su carácter histórico concreto, pues pronto se las consideró incapaces de cambios significativos por ellas mismas. Al ser consideradas inferiores, se creía que debían ser guiadas por las sociedades que se autodenominaban civilizadas.
En la actualidad, el concepto de civilización sigue aplicándose con un marcado matiz o acento etnocéntrico, que continúa teniendo siempre en mente, a la hora de establecer los límites del concepto, la posición de las sociedades occidentales que lo usaron como justificación colonialista... Lo que hace es justificar las actuales sociedades capitalistas y su historia, pues el término de civilización siempre tendrá el carácter que estas sociedades le dieron en el siglo XIX el de ser civilizado o no civilizado, el de tener derecho a civilizar o ser civilizado.13
b) Implicaciones del concepto de civilización en la educación costarricense.
Sin lugar a dudas, la noción de civilización ocupa un lugar privilegiado en la imagen "occidentalizada" que la intelectualidad latinoamericana se ha construido de sí misma. Para este sector nuestra América es una invención de Europa que por la conquista entró a la esfera occidental.14 El concepto de civilización ha fundamentado toda una concepción de la historia, la distinción entre prehistoria e historia y ha permitido clasificar a distintos pueblos en una lista encabezada por Europa. En su nombre ha parecido legítimo fundar una interpretación evolucionista del desarrollo de los pueblos, valorizando ciertos criterios distintivos del "avance" sobre una escala de evolución. La escritura, la urbanización y la técnica Son los más importantes.
En uno de los primeros libros de historia escritos en el siglo XIX que tuvo una gran influencia o difusión entre los docentes de primaria y secundaria de la época, el término de civilización, aunque usado de manera ambigua, expresa la dicotomía civilización barbarie y aparece asociado también a diversas manifestaciones de la cultura material. Ese libro es Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos y en él se lee lo siguiente:
Las tribus que descubrió Colón en limón, si no eran tan avanzadas como otras, hablan alcanzado sin embargo un grado de civilización del cual testimonian las fortificaciones encontradas por los españoles, así como el hecho de que ellas utilizaban el oro en sus operaciones comerciales.15
Al mismo tiempo, la civilización es atribuida únicamente a los españoles. Los ataques de los piratas en 1676 representaron un grave peligro debido a la falta de importancia de la población civilizada( ... ), reducida prácticamente a dos ciudades, Cartago y Esparza. Ricardo Fernández Guardia, el literato e historiador de formación intelectual más europeizada de Costa Rica, escribió varias obras de historia en las primeras décadas de este siglo. Estas obras fueron utilizadas corno libros de texto desde 1909 y aún en la actualidad son consultadas por estudiantes, profesores y profesionales de disciplinas diversas. En sus textos, el término civilización es una categoría básica, asociada siempre con las acciones y atributos de los españoles y en oposición a lo aborigen. Por ejemplo:
A la llegada de los españoles, el territorio de Costa Rica estaba habitado por millones de indios semibárbaros, dispersos en los grandes bosques que cubrían el país.
El móvil de España no fue tanto la búsqueda de oro, como la voluntad de engrandecer la patria, de propagar la religi6n, las leyes y las costumbres (...) de colonizar o de civilizar como decimos hoy.
Y aunque se reconoce que para los descubiertos en 1492, se trató más bien de una conquista, ésta es justificada: Si la consecuencia de la conquista fue que los indios perdieran su libertad y el control de su territorio, en cambio recibieron la religión y la civilización cristiana. 16
También el concepto de civilización se relaciona con ciertos elementos de la cultura material:
Los aborígenes habían alcanzado cierto grado de cultura, aunque con respecto a otros de América, les faltaban algunos elementos necesarios al desarrollo de la vida civilizada, como el hierro, el ganado lechero o la carne, y el que se emplea para el transporte y las actividades agrícolas.17
En Fernández Guardia, la pasión por lo europeo lo conduce al desprecio de las culturas aborígenes y a la subvaloración de lo nacional. Es importante citar algunos conceptos suyos expresados en El Heraldo de Costa Rica, el 24 de junio de 1904, puesto que manifiestan su asimilación o aculturación con respecto a lo europeo, especialmente a lo francés:
Se comprende sin esfuerzo que con una griega de la antigüedad, dotada de esa hermosura espléndida y severa que ya no existe, se pudiera hacer una Venus de Nilo. De una parisiense graciosa y delicada pudo nacer la Diana de Houdon; pero vive Dios que con una india de Pacaca sólo se puede hacer otra india de Pacaca.
A manera de paréntesis debe agregarse que el liberalismo americanista, triunfante en toda América Latina y reivindicador de la identidad nacional y de lo indígena corno parte de nuestra nacionalidad, en Costa Rica se expresa en el nacionalismo literario 18. Sin embargo, los historiadores costarricenses siguieron fieles al eurocentrismo hispanista.
En ciertos textos, el ferrocarril es uno de los indicadores más representativos de la civilización, en aras de la cual todo es justificado.
Uno de los principales elementos de la civilización contemporánea, el ferrocarril, hizo su aparición en Talamanca en 1909. En 1910 murió el cacique Antonio Saldaña. Tal fue el fin prosaico de los últimos representantes de un linaje indómito que luchó valerosamente para conservar su independencia. Saldaña vivió suficientemente para ver las tierras de sus ancestros invadidas por los conquistadores modernos para escuchar el silbido de la locomotora sobre las riberas del majestuoso Sixaola. Y podemos creer que al morir, tuvo el sentimiento que todo eso marcaba la última hora de su raza condenada a la desaparición como todas las razas refractarias de la civilización cuando ellas entran en contacto con ésta.19
En muchos casos, el concepto de civilización aparece como antítesis de los indígenas.
En consecuencia, en torno a ellos se utilizan una serie de estereotipos negativos, y en cambio, toda acción de los españoles, aún la más cruel, es justificada en tanto ella busca la redención de los naturales.
En numerosos textos de historia, si no en la totalidad, la violencia, la faceta de la guerra en los indígenas es presentada como un rasgo innato, el cual retarda el avance de la civilización.
Era bien difícil avanzar en el proceso de colonización, en el desarrollo de la agricultura, del comercio y de las vías de comunicación, (...) en una palabra de hacer progresar la civilización, en tanto que la preocupación fundamental de los españoles fuera defenderse en todo momento de los ataques por sorpresa.20
Excepcionalmente es admitido que entre los indígenas no todo era tinieblas, que entre los indígenas había manifestaciones artísticas y culturales dignas de reconocimiento. Sin embargo, en forma implícita se acepta que los indígenas son uno de los componentes de nuestra nacionalidad. Por ejemplo:
Los indígenas eran tribus de cultura muy débil. En el curso de su larga evolución, ellos conocieron diferentes épocas. Los métodos primitivos de agricultura correspondían a la cultura y a la organización política (...) "pero es necesario combatir ciertas ideas y prejuicios falsos y señalar el campo en el que se distinguieron: el arte; fueron excelentes artistas de los cuales nosotros debemos sentirnos orgullosos de descender.21

2. PETICION DE DEROGATORIA DE LA LEY Nº 4169
En vísperas del V Centenario de la llegada de los españoles a América, se hace necesaria una reflexión crítica acerca del llamado descubrimiento, de la conquista, la colonización, el significado del concepto de raza y el análisis del concepto de civilización con miras al cuestionamiento necesario de nuestras leyes. Esta reflexión comenzó hace varios años y se encuentra ahora en su punto álgido a nivel mundial.
Costa Rica no ha estado al margen de este movimiento reflexivo. Así, en la legislación costarricense reciente encontramos acciones concretas orientadas a reconocer las diferencias socioculturales de los distintos componentes étnicos del país. Por ejemplo, las lenguas maternas indígenas se reconocen en la Ley de Inscripción y Cedulación aprobada el 8 de mayo de 1991.
El Artículo 33 de nuestra Constitución Política establece que Todo hombre es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación alguna contraria a la dignidad humana.
(Así reformado por Ley NI 4123 del 31 de mayo de 1968).22 Largos, serios y profundos estudios sobre el contenido de los artículos de la Ley Nº 4169, Día del Descubrimiento y de la Raza, 23 nos hacen concluir que dicha ley atenta contra el Articulo 33 de la Constitución, antes mencionado, porque presenta un carácter discriminatorio. En consecuencia la ley Nº 4169 atenta contra la dignidad humana, así como también contra los acuerdos de Derecho Internacional, a saber, los promulgados por las Naciones Unidas sobre la eliminación de la discriminación racial.24
Un poco de historia al respecto de esta efeméride nos conduce concretamente al año de 1892, a dos decretos promulgados en ese año. El primero, Nº XXXV, fue suscrito por el Congreso Constitucional de la República de Costa Rica y declara el 12 de octubre como fiesta nacional por corresponder al IV Centenario del descubrimiento. El segundo, Decreto
Nº LXXX, suscrito por don José Joaquín Rodríguez, presidente Constitucional de la República de Costa Rica da seguimiento a lo estipulado en el Decreto anterior. Es así que se declara a perpetuidad el 12 de octubre como fiesta nacional, como testimonio de admiración y respeto a la memoria de Colón y para perpetuar el recuerdo de la fecha gloriosa del descubrimiento de América.... Cabe comentar que en el año 1958, bajo la presidencia de don Mario Echandi Jiménez, se decretó que el 12 de octubre se denominase Día del Descubrimiento y de la Hispanidad, por considerar que la designación Día de la Raza no era apropiada por discriminatoria.25
Los argumentos que aquí esgrimimos para señalar la naturaleza discriminatoria de la Ley Nº 4169, se fundamentan en los resultados de investigadores filósofos, historiadores, arqueólogos y antropólogos costarricenses, que se dedican desde hace varios años al estudio serio y sistemático de las poblaciones indígenas de antes y después de la conquista española.
Según sus criterios, dada la diversidad de sus raíces, la actual sociedad costarricense puede describirse como multicultural y multiétnica.
El Ministerio de Educación Pública ha sido el vehículo para organizar y difundir celebraciones del 12 de octubre en escuelas y colegios del país, acordes con las concepciones de la Ley Nº 4169, de tal forma que los actos administrativos y la política pública han estado bajo su orientación. Es preocupante que las actividades que se realicen en ese día sean, sobre todo, portadoras de prejuicios, además de difusoras de distorsiones históricas a nuestra niñez y juventud.
Sin embargo, es importante entender que desde esa misma institución y de los mismos educadores han surgido profundos cuestionamientos al contenido de esa Ley. Por ejemplo, en el Congreso Pedagógico Nacional, en octubre de 1990 y en el de ANDE, en octubre de 1991.
También se pueden observar estas preocupaciones en el documento Consideraciones Generales en torno al trabajo de la Asesoría Nacional de Educación Indígena, recopilado por el Asesor de Educación Indígena, Guillermo García, en 1987.26
Esta gestión de solicitud de derogatoria de la Ley No. 4169, iniciada por el Programa Interinstitucional sobre Culturas Populares, Tradición e Historia Oral, cuenta con el apoyo de otros ciudadanos costarricenses que comparten los argumentos aquí presentados, cuyas firmas la acompañan.

3. SUGERENCIAS ALTERNATIVAS AL DIA DEL DESCUBRIMIENTO Y DE LA RAZA
Desde que las naciones latinoamericanas resumen la identidad perdida en 1492 y surgen como entidades soberanas, han tenido como preocupación fundamental el conocerse a sí mismas, pero paradójicamente, lo ajeno siempre ha estado presente. Llegar a conciliar lo propio con lo ajeno, ha sido entonces un hecho esencial de su historia.
El proceso iniciado en 1492 le da una temporalidad muy particular al subcontinente que luego sería llamado América Latina: la constitución de una identidad producto de la dialéctica de lo propio y lo ajeno. La mezcla de lo indígena, de lo europeo y de lo negro nos ha proporcionado una singularidad a gran parte del continente, pero al mismo tiempo, las particularidades de la Conquista y la Colonia marcan la existencia actual de pueblos testimonios indígenas y negros que sobreviven con las mayorías mestizas.
De este origen múltiple daba cuenta Simón Bolívar quien afirmaba: Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros y todos difieren en la epidermis.
En la construcción de la imagen que los latinoamericanos hemos hecho de nosotros mismos, el papel de la memoria histórica ha sido de vital importancia, como comentáramos.
No obstante, la producción historiográfica ha presentado un origen incompleto de la nacionalidad latinoamericana que es incompleto, pues desde el siglo XIX ha excluido o despreciado a los aborígenes, a los negros, a las minorías étnicas y a los sectores populares.
En la actualidad América Latina sufre una profunda crisis de identidad, producto de una constante histórica: el haber sido simplemente eco de lo foráneo. Ahora el problema se agrava porque producto de la influencia avasalladora de los medios de comunicación colectiva, la imitación acrítica de lo extranjero hace peligrar cada vez más nuestra herencia cultural, puesto que se nos obliga a renunciar a la triple raíz afroantillana, indoamericana y española o portuguesa.
¿Por qué es importante reconocer y aceptar la herencia multicultural? Porque la prosperidad de una nación en los umbrales del siglo XIX descansa en el convencimiento de todos sus ciudadanos de cualquier etnia de que ellos y sus antepasados han tomado parte en la construcción del país y tienen un lugar destacado en la forja de su futuro.
El reconocimiento y el respeto a las distintas culturas que forman una nación, debe reflejarse esencialmente en el aula. Lejos de ser una fuente de disolución, una educación que incluya a todos los componentes étnicos y culturales, 'les necesaria para la salud de la cultura, la estabilidad social y el futuro económico de la nación".27
En consecuencia, el 12 de octubre debe ser la oportunidad para una celebración: la del proceso conocimiento reconocimiento de la multiplicidad étnica que compone nuestro pueblo, el Día de la Nación multiétnica y pluricultural de Costa Rica.

NOTAS:
1 Lic. Hernández: Director del Departamento de Antropología; Lic. Ibarra: Profesora de la Escuela de Historia y Geografía y miembro del Centro de investigaciones Históricas; Dr. Quesada: profesor de la Escuela de Historia y Geografía y Coordinador de la Cátedra Eugenio Fonseca Tortós 1992 y del Programa Culturas Populares, Tradición e Historia oral, de la Universidad de Costa Rica.
2 Quesada Camacho, Juan Rafael. Quince de setiembre: pasado y presente. Revista de Ciencias Sociales N.42, 5968, 1989, p. 59.
3 Beybaut, Gustave. Raíces contemporáneas de América Latina. Buenos Aires: Eudeba, 1962.
4 Ley Nº 4169, Asamblea Legislativa, San José Costa Rica. Expediente Nº 3446 del 20 de julio de 1968.
5 Chomsky, Noam Tener conciencia de la historial. En: Nuestra América y el V Centenario, Quito, Editorial El Duende, 1990.
6 Snarskis, Michael. Turrialba (9FGT), un sitio paleoindio de Costa Rica. Vínculus. Vol. 3, N. 1 y 2, Museo Nacional, 1977.
7 Puede revisarse The concept of race. MONTAGU, A., New York: Free Press, 1964. The concept or race KELSO, A.J. en: Improving College and University Teaching. 15:9597, 1967. Edic. Bellaterra, S.A., 1978:276296. Science and the concept of race. Mead, Dobzhansky y otros, New York: Columbia University Press, 1968, los artículos de revistas especializadas como Current Antropology (3:276281) del journal of Physical Antropology o de American Antropology entre otros.
8 Kelso, A. J. En: Improving College and University Teaching. Edic. Bellaterra, S.A., Págs. 276296, 1978.
9 Leakey, Richard. Los orígenes de la humanidad. Pág 44, 1980
10 Calvo, Joaquín Bernardo. Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos. San José: Imprenta Nacional, 1887, pág. 34.
11 Fernández Guardia. Historia de Costa Rica: El descubrimiento y la Conquista. San José: imprenta Lehmman, pág. 176, 1941. (Primera Edición, 1905), pág. 176.
12 Jiménez, Manuel de Jesús. Noticias de antaño. San José: Imprenta Nacional, 1946, pág. 20.
13 Fonseca Zamora, Oscar, A prop6sito de la colonización antigua costarricense. Revista Herencia Vol. 3., No. 1 y 2, julio diciembre 1991, pp. 5963.
14 Rouquié, Alain. América Latina. Introducción al Extremo Occidente. Siglo XIX, México, 1989, pág. 22.
15 Calvo, Joaquín Bernardo, op. cit., 1887, pp. 133220.
16 Fernández Guardia, Ricardo. 1905, pp. 2142; 1909, pág. 21.
17 Op. cit. pág. 15.
18 Quesada Camacho, Juan Rafael. España y América (reflexiones sobre el descubrimiento y la conquista). San José: Publicaciones Página Abierta, 1989, pág. 116.
19 Fernández Guardia, Ricardo. Reseña Histórica de Talamanca. San José: Imprenta Nacional, 1918, pág. 34.
20 Monge Alfaro, Carlos. Historia de Costa Rica. Imprenta Trejos, San José, 1947, pág.163.
21 Op. cit. pág 1425.
22 Nuestra Constitución Política (Constitución Política de la República de Costa Rica, 7 de nov. de 1949. Introducción del Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli, Lehmann Editores, San José, 1987, p.34
23 "Conmemoración del 12 de octubre como día del Descubrimiento y de la Raza. Expediente Nº 3446", Asamblea Legislativa de Costa Rica, 17 de mayo de 1968. Aprobada el 11 de junio de 1968.
24 Pacheco G., Máximo. Los Derechos Humanos. Documentos básicos. Editorial jurídica de Chile, Primera Edición, 1986, pp. 277310. Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial. Proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1963 Resolución 1904 (XVIII).
25 Colección de Leyes y Decretos, Poder Ejecutivo, Nº 1, pp., 218219. Publicado en la Gaceta, Nº 230 de 12 de octubre.
26 García Segura, Guillermo, Consideraciones generales en torno al trabajo de la Asesoría Nacional de Educación Indígena. Ministerio de Educación Pública, San José, 1987, p. 18.
27 Comité de Revisión y Desarrollo de Estudios Sociales del Estado de New York, "Una nación, muchos pueblos". Facetas 95: 4849,1 92.

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18/9/07

Carta del Cacique Guaicaipuro Cuautemoc

Discurso de líder indígena ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea en Barcelona el 08/02/2002
Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuautemoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuautemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.

Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1.503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuautemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan "Marshalltezuma", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos la viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo.
Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.
Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales.
En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.
Pero no podrán.
Porque esa bala es el corazón de Europa.
Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuautemoc dio su conferencia ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora sólo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

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14/9/07

La verdadera cara del 12 de octubre

El 12 de octubre de 1492 es una fecha que, anualmente, es celebrada con júbilo por muchos españoles y latinoamericanos.
Probablemente muchos de estos no sabrán qué significa realmente esta fecha al margen del uso partidista y manipulado que el estado español le ha dado desde hace años, calificándolo como el Día de la Raza o el Día de la Hispanidad, elemento de la más alta expresión xenófoba y racista, como el día del descubrimiento del nuevo mundo, como si América existiese únicamente desde 1492, o como si dicho acontecimiento hubiera supuesto algo positivo para la población indígena americana.

Sin embargo, lejos de percibirlo desde esta óptica deformada, para muchas personas esta fecha nefasta simboliza el inicio de la decadencia, explotación y miseria de todo el continente americano durante siglos; primero a través de la explotación europea y más tarde por la explotación criolla para, como dijo el ideólogo del conservadurismo Edmund Burke, "cambiar para conservar".

Así pues, el 12 de octubre de 1492 los navíos españoles capitaneados por Cristóbal Colon (que luego demostraría sus dotes de mando y esclavismo explotador), Juan de La Cosa (adinerado navegante vasco) y los hermanos Vicente Yañez y Martín Alonso Pinzón (representantes de la alta burguesía andaluza) llegaron a las caribeñas costas de Guanhaní, dato no muy preciso ya que también se baraja la posibilidad de que desembarcasen más al sur, en las costas de Cayo Samaná, donde los americanos contemplaron por primera vez las cruces y estandartes de los desconocidos occidentales, ignorando en ese primer momento el desastre que este hecho iba a suponer para su civilización.

Inmediatamente se inicia la conquista, colonización y expolio masivo más vergonzoso de la historia. Primeramente, los castellanos se limitaron al robo del oro, de las joyas y objetos de valor que poseían los indígenas, al agotarse, continuaron con el saqueo de las minas de metales preciosos, explotadas mediante el trabajo forzoso de una población indígena esclavizada que pronto registró un empeoramiento de su nivel de vida, reflejado en un incremento muy pronunciado de la tasa de mortalidad en un corto período de tiempo.

En este aspecto cabe resaltar la responsabilidad no solo de los soldados castellanos, si no del propio Cristóbal Colon, tan idealizado por muchos, el cual inició el primer gobierno extranjero en América. Su gobierno en las islas caribeñas (puesto que aún no se había explorado el continente americano) se prolongó desde 1492-1500, tiempo que Colón aprovechó para su enriquecimiento personal y de su familia. Prueba irrefutable de esto son las enormes atribuciones que se le conceden en las capitulaciones de Santa Fe del 17 de abril de 1492, donde obtiene poderes absolutos:

"Otrosi, que vuestras altezas hacen al dicho Cristóbal Colon su visorrey y gobernador general en las dichas islas y tierras firmes que el descubriere.
Que de todas las mercaderías, Don Cristóbal lleve para si la décima parte de todo ello.
Que en las dichas islas y tierras firmes naciera pleito alguno, el o su teniente, pero ningún otro juez, conozca el pleito y lo provean desde ahora...
Por cuanto vos, Cristóbal Colon, vades por nuestro mandado a descubrir y ganar islas y tierra firme, desde que lo hayáis descubierto, vos intituléis Almirante, virrey y gobernador de ellas, etcétera"
("Historia de las indias", Bartolomé de las Casas, 1527-1561)

De esta manera Colon inicia, con mano de hierro, su gobierno en América. Pero la situación económica se volvía insostenible; el oro y la plata fueron agotándose, y Colon vio la necesidad de buscar otro recurso para Su brillante alternativa no se hizo esperar; traficar con los esclavos indígenas como mercancía sería la perfecta alternativa para seguir sacando partido económico a las colonias americanas, de forma que en poco tiempo cantidades ingentes de indígenas pasaron a la península para ser comerciados y esclavizados en los territorios de la corona. Ello, como es lógico, supuso una dura reacción de resistencia y rechazo por parte de la población indígena, que a mediados de 1493, y tras sufrir la explotación y abusos de los castellanos, se sublevan y exterminan la primera colonia europea en América, el llamado "Fuerte Navidad".

Tras esta situación, que rápidamente se le escapó de las manos a Colon, la Reina Isabel de Castilla, decidió suspender el tráfico inhumano de esclavos y poner fin a la esclavitud, aunque más tarde veremos que lo hizo no por cuestiones humanitarias si no por meros intereses económicos, para limitar el poder absoluto de Colon en favor del de la corona castellano-aragonesa.

Sin embargo, esta idea de Colon, no desapareció con su expulsión en 1500, si no que, lamentablemente, paso a sus sucesores políticos, en el gobierno del clérigo Fray Nicolás de Ovando (1502-1509), el cual organizó administrativa, económica y políticamente los enclaves caribeños, pero que continuó con sus medidas racistas contra la población indígena, de forma que inicio un sistema de trabajo forzado de la población indígena usada como mano de obra esclava por todas las islas. Además, los conquistadores, recuperan un triste fenómeno, resquicios del oscuro pasado medieval, con la reinstauración del sistema de la encomienda, que tantos conflictos producirá.

Este sistema, consistía en que la corona, asignaba o "encomendaba" a los conquistadores castellano-aragoneses, una serie de indígenas, para de esa forma usarlos como mano de obra esclava y poder beneficiarse económicamente de su trabajo, en situación de absoluta explotación. Además, por si fuera poco, en ese periodo, el conquistador se veía obligado a trasmitirles la cultura cristiana occidental para que olvidasen su pasado, así como la lengua castellana, todo un proceso de conquista y aculturación de los indígenas americanos.

También se usaron otros sistema de control de la población indígena, como el repartimiento, con trabajo forzado por turnos, donde se reclutaba a la fuerza a los indígenas en los pueblos o aldeas, y del que, estaban exentos los caciques y altas familias nobiliarias indígenas, mostrando un evidente clasismo, o también el yanaconaje, en situación de semi-esclavitud (pues legalmente no se reconocía como tal) o directamente la esclavitud, fundamentalmente de la mano de obra esclava negra importada como mercancía desde África, y solución alternativa por la masacre de población indígena americana, que adoptaron diferentes sectores de la sociedad castellana, y aceptado indirectamente por el célebremente conocido defensor de los indígenas Fray Bartolomé de las Casas.

Así, con el pasó del tiempo, y por obra de la conquista castellana, se inició y formó una sociedad desigual, clasista y racista, que sentó las bases de la futura sociedad americana a partir de entonces y cuyos cánones, tristemente se mantienen hoy en día en estos países.

Esto es el llamado concepto de la "pigmentocracia" que tan adecuadamente describió el explorador Alexander von Humboldt en el siglo XVIII donde dice que:
"En América, la piel más o menos blanca decide el rango de un hombre en la sociedad"
( Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, Alexander von Humboldt, México, 1973)

De esta forma las relaciones sociales ya desde el siglo XVI en América, se fundamentaron en factores puramente étnicos, y donde, la mayor parte de la sociedad, se encontraba discriminada socialmente.

Por su parte, los indígenas, aunque desde la proclamación de las Leyes de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542) habían dejado de ser legalmente esclavos, no obstante no cambiaron su desigual situación, estaban explotados por los conquistadores, pagaban tributos excesivos por el mero hecho de ser indígenas (mita, coatequitl), socialmente estaban discriminados por las élites occidentales y criollas ( hijos de occidentales nacidos en América) y se encontraban en situación de total desprecio y rechazo de las cúpulas políticas gobernantes, que los aislaban del resto de la población en lo que entonces se llaman "reducciones" ( iniciadas por el Virrey Toledo, celebre asesino, y represor de indígenas) y que hoy llamaríamos "guettos", con una autentica jerarquizacion y estratificación social.

Por su parte, la situación de los esclavos negros era más nefasta aun, pues ellos si eran considerados legalmente como esclavos, deportados y literalmente "cazados" como animales en África, llegaban a América para hacer los trabajos más duros e insoportables, con pésima sanidad, higiene y alimentación, y que se usaban en condiciones de trabajo extremas, se les quitaba su libertad y eran tratados como piezas, mercancía y objeto, pero nunca como seres humanos. Los mismos conquistadores se regocijaban en dicha afirmación (como más tarde, el general norteamericano George A. Custer, justificaría la matanza de indios norteamericanos, en que no eran considerados como personas al no tener alma y no ser cristianos). Ese era un recurso moral ampliamente utilizado en la época.

La situación de la mujer, era más dura si cabe, pues a su condición de indígena, o africana, debía añadir la doble explotación de ser mujer, y por ello, automáticamente, de ser considerada inferior al hombre. Muy pronto, el patrón religioso y moral de los occidentales se traslado a los territorios americanos, y reducían el papel de la mujer al ámbito puramente doméstico y privado, con un sistema totalmente patriarcal. De hecho, estaba incluso mal visto que la mujer viajara sola sin la compañía del hombre (traba por ejemplo que encontraría la celebre bióloga Maria Sibylla Merian, en sus estudios botánicos en Sudamérica). También la mujer indígena debía soportar el patriarcalismo y la desigualdad en sus sociedades prehispánicas, donde estaban sometidas al hombre, y al igual que en el mundo occidental, su situación de explotación y desigualdad no cambió lo más mínimo, siendo reducidas al ámbito puramente reproductivo, doméstico y educativo de la sociedad.

Todo este proceso, condujo, como era lógico, en un auténtico desastre y catástrofe demográfica de la población indígena americana, y muy pronto, estudios realizados en el siglo XX, desvelan diferentes teorías e hipótesis acerca de la caída demográfica americana. Las cifras son muy heterogéneas entre sí, pero todos ellos, coinciden en una durísima y extrema pérdida demográfica por efecto de la conquista. Los historiadores Rivet y Sapper, creen que la población indígena prehispánica rondaba en torno a los 40-50 millones de habitantes, Kroeber lo cifra en muchísimo menos con 8 millones y Rosemblat en algo más de 13 millones de personas que habitaban el continente americano. Otros autores dan cifras muchísimo más elevadas, a partir del estudio concreto de zonas continentales, como el caso del americano Dobyns, el cual afirmó que solo en México había unos 30 millones de habitantes (quizás algo excesivo) y por tanto subía la tasa para todo el continente en unos 90-112 millones de personas, o el caso de Cook, Borah o Simpson, los cuales calculaban 25 millones solamente para México central.
(De reinos a republicas, Esperanza Mo Romero, Madrid, 1997)

De esta manera, solamente en el periodo de la conquista (1500-1524) cayó un 1/3 de la población indígena y cada cuarto de siglo la mitad del resto de la población. Las cifras, pues, son alarmantes del auténtico genocidio español en América.

Entre las diferentes teorías acerca de esta catástrofe, destacan de diverso tipo, todas ellas muy aceptables, aunque algunas de mayor peso.

Sin duda alguna, la más aceptada de todas ellas, es la llamada tesis homicida, pronunciada, por el celebre clérigo Fray Bartolomé de las Casas en su insigne libro "Brevísima relación de la destrucción de las indias", el cual considera como causa principal de la caída demográfica, las continuadas torturas, abusos, asesinatos, trabajos forzados, y carencias higiénicas y alimenticias que sufrieron los indígenas desde la llegada de los occidentales.

En este sentido, son bastante explícitas las narraciones de las atrocidades cometidas por los castellanos en América, narradas al detalle en su libro, donde se pueden encontrar testimonios como estos: "A todos los señores que eran más de ciento y que tenían atados, mando el capitán quemar vivos en palos hincados en tierra."

"Fue el y estando embebidos y seguros en sus bailes, dice Santiago y a ellos, y comienzan con las espadas desnudas a abrir aquellos cuerpos desnudos, a derramar aquella generosa sangre, que a uno no dejaron con vida"

"Hicieron ley los españoles, que todos cuantos indios de todo genero y edad tomasen a vida, echasen dentro en los hoyos y así las mujeres preñadas y niños y viejos a cuantos pudieron tomar, echaban en los hoyos hasta que los henchían traspasados por las estacas"

"Y así había en su real, solemnísima carnicería de carne humana, donde en su presencia se mataban los niños y se asaban y mataban el hombre, por solas las manos y los pies, que tenían por los mejores bocados" "Ponenlo en un cepo por los pies y el cuerpo extendido y atados por la manos a un madero, puesto un brasero junto a los pies y un muchacho con un hisopillo mojado en aceite, de cuando en cuando se los rociaba para tostarle bien, de una parte estaba un hombre cruel, que con una ballesta armada, apuntándole al corazón, de otra y de otra con un muy terrible perro bravo echándoselo que en un credo lo despedazara, y así lo torturaron para que descubriese los tesoros que pretendían"

"Una india enferma, viendo que no podía huir de los perros que no la hiciesen pedazos, como hacían con otros, tomo una soga y atose al pie un niño que tenia de un año y ahorcase de una viga, y no lo hizo rápido, en tanto que llegaron los perros y despedazaron el niño"

"No obstante, todo esto, lo condenaron a quemarlo vivo, aunque después rogaron algunos al capitán que lo ahorcasen, y ahorcado, lo quemaron" "Y porque la casa tenia vigas en lo alto, subieronse en ellas mucha gente huyendo de las sangrientas manos de aquellos hombres, mando el infernal hombre pegar fuego a la casa, donde todos los que quedaron, fueron quemados vivos"

"Hacían unas horcas largas que juntasen casi los pies en la tierra, y de trece en trece a honor y reverencia de nuestro redentor, poniendo leña y fuego, los quemaron vivos" "Comúnmente, mataban a los señores y nobles de tal manera, que hacían parrillas de varas sobre horquetas y atabanlos en ellas, y ponianles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos desesperados, se les salían las almas"
(Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, )

Estas son solo algunos fragmentos de las muchas y detalladas matanzas y torturas que Bartolomé de las Casas pudo ver y oír de las acciones de los castellanos.

También, es muy explicito del trato de los conquistadores a los indígenas, los propios documentos y testimonios ofrecidos desde las fuentes castellanas, como el llamado "requerimiento" de 1513, donde se dice textualmente " Y si no os sometierais, y en ello maliciosamente dilación pusierais, yo entrare poderosamente contra vosotros y os haré guerra y os sujetare al yugo y obediencia de la iglesia y la corona, y os tomare y a vuestras mujeres e hijos, los haré esclavos, los venderé , tomare vuestros bienes y os haré todos los daños y males que pudiere, siendo todo ello vuestra culpa"
( "Historia general y natural de las indias", Gonzalo Fernández de Oviedo, 1535-1548)

Ello, engendró una enorme polémica en el seno de la corte castellana, con aquellos que defendían la esclavitud y la desigualdad social, polémica, que se cerró a favor de Las Casas a finales del siglo XVI, tras la publicación de su libro, y que provocó incluso la supresión, por orden real, de las expediciones de conquista durante un tiempo. Por ello, con el tiempo se convirtió en un adalid de los derechos de los indígenas, y un símbolo de la resistencia contra la explotación y abusos de los conquistadores europeos en América.

También destacan otras teorías igualmente destacables y aceptadas sobre la caída demográfica, como son las de tipo económico, donde se establece la teoría del duro impacto que supuso para la población nativa la pérdida total del cultivo y uso de sus tierras, a favor de una incautación total de estas por parte de los conquistadores, y el hecho, además, de ser usados en ellas como mano de obra esclava para estos, supuso un fuerte cambio que la población nativa no fue capaz de asimilar, como es lógico, que provoco una caída durísima de la producción y altas tasas de mortandad.

También sería destacable aquí señalar la influencia que las epidemias y enfermedades europeas jugaron a la hora de acelerar el proceso de caída y decadencia de la población nativa americana. En ella se establece que para los americanos, las enfermedades europeas, como el sarampión, gripe, viruela o rubéola, consideradas como benignas y no mortales para la población europea, sin embargo, resultaron mortales para los nativos americanos, no acostumbrados e indefensos a los ataques de enfermedades hasta ahora desconocidas para ellos, se propagaron con rapidez a todos los estratos sociales y generacionales, y fueron también una causa destacada de la alta mortandad.

No obstante, y como dije, las teorías homicidas de Bartolomé de las Casas, han jugado siempre un papel más destacado, y para reforzar esta idea, basten dos ejemplos clarísimos más de ello para demostrar el trato bestial y salvaje que los castellanos dieron a la población americana. Ello son los ejemplos de las razias de conquista de Hernán Cortes y Francisco Pizarro en los imperios azteca e inca, entre los años 1516 – 1533, periodo en el cual se encuentran los rápidos procesos de conquista de ambas civilizaciones. Tras los primeros contactos y exploraciones, Hernán Cortes es rápidamente invitado por Moctezuma, soberano azteca, a las mas grandiosa de todas las ciudades americanas, y capital del imperio, Tenochtitlan, en 1519. Las maravillas de la ciudad, fueron cantadas incluso por los propios europeos, que no dudaban en compararla con las más bellas y espectaculares ciudades renacentistas, como Florencia o Venecia. Estaba sita en medio del lago Texcoco, y comunicado a tierra firme por amplios canales artificiales de tierra. En el centro, y apoyada sobre pilotes de madera hincados en el fondo del lago, se alzaba espectacularmente la ciudad de los Mexica, con amplios y bellos templos religiosos, grandes avenidas, palacios, comercios y recintos, que la convertirán en una auténtica joya arquitectónica, que impresionó fuertemente a los castellanos.

Por ello, Cortes, aprovechándose de la hospitalidad del soberano azteca (que creía ver en Cortes al propio dios mexica Quetzalcoatl) urdió un plan, aliándose con otros pueblos rivales, como tlaxcaltecas o toltecas, y conspiró para hundir y conquistar toda la inmensidad del imperio azteca. Sin embargo, los castellanos no pudieron simular sus tentativas, y tras una masacre durante una celebración ritual cometida por Pedro de Alvarado, con el fin de aterrorizar a los indígenas, estos se levantaron en armas contra los castellanos el 30 de junio 1520, la llamada "noche triste", en la cual fueron masacrados amplios contingentes castellanos con sus aliados indígenas.

Ante tal suceso, los castellanos huyeron rápidamente de la ciudad, y plantearon la contraofensiva, para, literalmente lanzarse a la conquista de Tenochtitlan. Primero se dedicaron a la conquista de las ciudades cercanas a la capital, como Ixtapalpa, Coyoacan, Tlaxcala, Tlatelolco, Cholula… de hecho, es tristemente conocida la matanza en el pueblo de Calacoaya en julio de 1520, donde, sin previo aviso masacraron como aviso a toda la población, y más tarde se lanzaron directamente al asedio final de la capital mexica.

Así, tras la conquista de la mayor parte de la ciudad por parte del ejercito castellano y sus aliados tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas, chalcas, cholultecas, entre otros, una parte destacada de la población indígena se rebela nuevamente y resiste en una zona cercana de la capital, en Tlatelolco, donde presentan feroz resistencia, y logran incluso tomar prisioneros.

Tras ello, sin embargo la resistencia y lucha de los indígenas pasó más allá de lo lógico y de lo humano, y con un armamento infinitamente inferior, supieron resistir heroicamente 14 meses a las embestidas invasoras, hasta que, finalmente, con una ciudad totalmente cercada y atacada diariamente, esta cayó el 13 de agosto de 1521, toman prisionero al emperador azteca Cuauhtemoc, lo torturan salvajemente y asesinan, y toman el bastión de Tlatelolco, finalizando las últimas resistencias indígenas.

Así, los aztecas intentan romper los lazos de entrada a la ciudad, en un desesperado intento por resistir las envestidas castellanas pero aun así, Cortes, con un fuerte ejército, consigue penetrar en el bastión mexica y conquistarlo.

Tras ello, se realiza la masacre salvaje de miles de personas, donde, el propio Hernán Cortes logra cuantificar un número mayor de 40.000 indígenas asesinados en apenas unas horas en la toma del bastión final de Tlatelolco, y con un número mayor de 100.000 en el transcurso del asedio y conquista de Tenochtitlan.

Tras ello, se inicio el saqueo y conquista de la capital azteca. Tal fue la bestialidad y salvajismo cometidos que el propio Cortes, se retiró a la cercana ciudad de Coyoacan, para dejar vía libre a sus soldados para cometer todo tipo de vejaciones y cebarse sin freno contra los heroicos resistentes, como cruel castigo.

Se cuenta, que los ríos de sangre corrieron sin freno durante varios días por las antaño amplias y lujosas avenidas de la capital azteca. Se cuenta que hombres, mujeres y niños fueron torturados, violados, vejados, mutilados y asesinados en masa por los invasores castellanos. Se cuenta que la sangre se levantaba algunos palmos del suelo en enormes riadas y charcos, fruto de la bestialidad occidental. Se cuenta, que las aguas del lago Texcoco en que estaba situada la isleta de Tenochtitlan, estaba teñida del rojo de la sangre de mujeres, ancianos, hombres y niños.

Se cuenta que en apenas unos días, los conquistadores fueron capaces de aniquilar brutalmente lo que se había formado progresivamente durante cientos de años.

Las fuentes y visiones que, sobre tal suceso reflejaron los indígenas fueron ocultadas y silenciadas. La historiografía castellana disimuló y matizó, cuando no borró literalmente tal suceso, y la corona aprobó y aplaudió el mayor de los genocidios racistas cometidos en la historia. Nadie ha levantado nunca la voz ni ha denunciado tal suceso criminal, pero sin embargo, en esas escasas horas, miles de personas fueron brutalmente pasadas a cuchillo, solamente por su procedencia y el color de su piel, siendo considerado el mayor genocidio racista de la historia. Nadie ha colocado una placa en conmemoración de tal suceso, nadie ha pedido perdón por ello, ni ha habido compensaciones de ningún tipo. De hecho, dudo realmente que la gente tenga conocimiento de que tal masacre se llevó a cabo alguna vez. He aquí la memoria histórica.

(“Cartas de relación" Hernán Cortes, 1520-1526, "Cartas de relación de la conquista de México" Fernando Cortes, "Historia de la conquista de México" William Prescott, 1843, "La conquista de México" Hugh Thomas, 1993, "El reverso de la conquista, relaciones aztecas, mayas e incas, Miguel León-Portilla, 1964, "Los aztecas bajo el dominio español", Charles Gibson, 1967)

Así pues, una vez tomadas todas las civilizaciones del continente americano, se llevó a cabo todo un proceso de colonización y aculturación de los territorios brutalmente conquistados a sangre y fuego. De esta forma, había imágenes muy dispares acerca de la población y de los nuevos territorios descubiertos. Junto con una concepción de la realidad, puramente medievalista, y patrimonial de los territorios americanos, se alzaban las nuevas voces más modernistas, como aquellas lideradas por Pedro Mártir de Angleria o Américo Vespuccio, entre otros, que dieron una visión mucho más idealizada y positiva sobre las nuevas tierras descubiertas.

Esta, se basaba en una imagen paternalista de los indígenas americanos, irresponsables y en minoría de edad (figurado) para hacerse cargo de sí mismos, en convivencia armónica e ideal con la naturaleza, que viven en una auténtica edad dorada y lejos de la corrupción y decadencia europeas.

Era, frecuentemente, vinculada con la utopía, el paraíso perfecto o el mundo ideal, de Tomas Moro, o Tomasso Campanella, con una realidad social pura, virgen y en convivencia comunista, con un funcionamiento socialista de la comunidad. Es lo que popularmente siempre se ha conocido como la imagen del "buen salvaje" del que se debe tener piedad y casi lástima, y protegerle de los abusos occidentales.

Son las primeras imágenes, junto con Bartolomé de Las Casas, que salen en defensa de los indígenas. No obstante, también se da una imagen de los indígenas como pueblos civilizados no salvajes ni bárbaros, con un funcionamiento social igualitario, con grandes civilizaciones y ciudades, como el célebre caso de Tenochtitlan, asimilada a las mejores ciudades renacentistas europeas y lo cual supuso un impacto a los europeos, que, vista tal majestuosidad, entraron en conflicto moral a la hora de calificar a esas gentes de salvajes, bárbaros e incivilizados, y por ende, inferiores y sujetos a esclavitud.

Como ejemplo, destacaría el testimonio del descubrimiento de Colon, redactado por Pedro Mártir de Angleria, donde refuerza esta idea del buen salvaje y la visión utópica del nuevo continente: "Encontró Colon hombres contentos con lo que da la naturaleza. Esta gente tiene reyes, pelean entre ellos, y tienen ambición de mando y se casan"
("Opus epistolarum", Pedro Mártir de Angleria, 1493)

No obstante, también surgen reflexiones antropológicas racistas sobre la procedencia social de los indígenas, considerados inferiores, salvajes, bárbaros, o incluso animales incivilizados por otros ideólogos, como Gines de Sepúlveda en su libro "Democrates secundus" donde, fundamentado en su desconocimiento religioso, los consideran seres inferiores para esclavizarlos y explotarlos legítimamente, a pesar de sus superiores conocimientos en muchos campos, como la astrología. Ello fue legitimado por los ideólogos oficiales de la corona, que no dudan en considerarles como mano de obra esclava, para las minas de metales, como Potosí o Zacatecas, y se les encomendaban a los conquistadores para trabajos forzados, y recluidos en reducciones.

Así, la situación social fue empeorando cada vez más, y ya, para el siglo XVIII, la situación social de los indígenas no había mejorado en absoluto. Ahora, castellanos, ingleses y portugueses, cazaban, literalmente como animales, a los indígenas en las selvas donde se refugiaban de los conquistadores, bandeirantes, y mercenarios, y vendidos en las grandes ciudades coloniales (México, Managua, Cuzco, Lima, Bogotá, Mendoza, Buenos Aires, Sao Paulo, Santiago...) como mano de obra esclava para trabajos forzados, en las minas, ciudades o en el campo.

Ante tal situación de constante opresión y esclavitud, ya en el siglo XVIII se iniciaron los primeros grandes movimientos de resistencia violenta indígena ante la colonización occidental, a favor de su libertad e independencia, como serían las guerras guaraniticas (1754-1756), o las rebeliones armadas indias de Tupaj Amaru, y Tupaj Katari (1780-1781), que darían paso directo a los futuros procesos de emancipacion e independencia de la América española.

También, en el proceso de denuncia social del proceso de colonización y conquista, cabe destacar el caso de los pueblos indígenas de Norteamérica, defendidos, desde hace años por la organización indígenas AIM (American Indian Movement Movimiento Indio Americano), y que demuestran quizás, un claro ejemplo de movilización de toda la maquinaria militar del estado blanco para expulsar, perseguir y aniquilar a la población indígena local, los legítimos pobladores de los verdaderos estados unidos de Norteamérica.

Así, progresivamente, y desde las primeras exploraciones y asentamientos de franceses e ingleses en los actuales territorios costeros de Estados Unidos y Canadá, poco a poco, los nuevos estados coloniales fueron firmando tratados con las diferentes tribus indígenas (iroqueses, powhatanos, hurones, wampanoag, delaware, ottawas, cherokees, sioux, apaches, creek, chicasaw, kiowa, sauk, fox, crow, comanches, cheyenes, mohicanos....) para ir adquierendo cada vez más territorios de los pueblos indígenas, y , de esa manera irse expandiendo militar y económicamente cada vez mas al interior, a las tierras de los pueblos nativos norteamericanos.

No obstante, ya desde el siglo XVII, comienzan los primeros enfrentamientos entre los pueblos indígenas rivales, que se alían entre sí contra otros, o con los colonialistas franceses e ingleses, para desprestigiar a otros pueblos rivales, y conseguir sus tierras. Ejemplo de ello son los primeros enfrentamientos a mediados de 1640-1650, entre iroqueses y hurones, que se alían respectivamente con ingleses y franceses (que rivalizan entre sí por el comercio de la zona) y producen los primeros enfrentamientos bélicos por el control de determinadas zonas de los actuales EEUU y Canadá.

Ya, a mediados del siglo XVIII, empiezan los primeros ataques del ejercito blanco (primero colono y luego estadounidense) contra la población indígena local. Así, en 1737, los colonos invasores ingleses, expulsan a todos los delaware de sus tierras, que se ven obligados e emigrar y a exiliarse en otras tierras.

En 1771, los famosos indios cherokees, también serán expulsados por los colonos ingleses de sus tierras en el actual estado de Kentucky y se ven obligados a exiliarse, lo cual supondrá la destrucción de la cultura e identidad de estos pueblos.

En 1770, el general estadounidense y "padre de la patria" George Washington, envía tres regimientos militares para, literalmente arrasar y destruir por completo la tierra natal de los pueblos iroqueses (cuya liga la formaban pueblos como tuscaroras, mohawks, oneidas, onondaga, cayuga, o seneca)

Así, las campañas militares del ejercito estadounidense contra las poblaciones indígenas se fueron haciendo cada vez más frecuentes.

Todo ello conlleva que, ya a finales del siglo XVIII, muchos pueblos indios, se vean obligados a firmar tratados deshonrosos con los estadounidenses, para entregar grandes porciones de sus tierras, a cambio de no ser literalmente exterminados por los hijos de los conquistadores occidentales, y por contra ser recluidos en lo que en realidad son auténticos macro-campos de concentración, lo que en Sudamérica vimos que llamaban "reducciones" y aquí "reservas", pero que vienen a ser nada más que guettos de reclusión y marginación de la población indígena, para tenerlos recluidos, aislados y controlados por el ejército de los EEUU.

Aun así, se suceden episodios vergonzosos que mancharan de sangre las manos del gobierno estadounidense, y que serán ejemplos del trato brutal a que son sometidos los indígenas, como fueron los sucesos de Texas de marzo de 1840, donde los indios comanches, de buena voluntad se reúnen con representantes del gobierno para firmar un tratado de paz y cooperación. La respuesta a ello fue una encerrona del gobierno que apresó y asesinó a la mayoría de indios pacíficos y desarmados como respuesta.

De esta manera, para 1870, la mayoría de pueblos indios americanos, han sido expulsados de sus territorios, algunos de ellos, masacrados y la mayoría recluidos en reservas forzosas, amenazados por el gobierno de los EEUU. Ello, fue generando, poco a poco, una situación de tensión y rebeldía de parte de muchos pueblos indios, que se cansaron de esta situación y comenzaron a resistirse a los mandatos de un gobierno que ellos consideraban ilegitimo e invasor.

Para contrarrestar los constantes levantamientos de los pueblos indios, el gobierno americano, formó en escuelas militares (como West Point) a destacados militares formados en la guerra de secesión americana (1861-1865), como George Armstrong Custer, o Marcus Reno, que pusieron en marcha el plan de sometimiento de los pueblos indios liderado por el gobierno estadounidense, y que, por la resistencia indígena, dio lugar a las llamadas "guerras indias" desde 1866, en que Custer fue ascendido a coronel del séptimo de caballería, hasta finales del siglo XIX, en que son aniquiladas las últimas revueltas indias en territorio norteamericano.

Los primeros enfrentamientos de los indios sioux con Custer, se suceden ya a mediados de 1870, con las batallas de Black Hills (1873), y Rosebud (1876), con saldo desigual, y que pusieron en marcha todo un proceso de enfrentamientos masivos entre ambos bandos, que culmina con la celebre batalla de Little Big Horn, el 27 de junio de 1876, en el actual estado de Montana, y bajo la presidencia y complicidad del conservador republicano Ulyssen S. Grant.

Custer, mal informado por sus aliados crow, y creyéndose en superioridad numérica, cerco, el 22 de junio un poblado sioux de 1500 indios, con unos 850 soldados americanos, más los refuerzos de Marcus Reno. Sin embargo, no contaron con las filas de refuerzo sioux, que llegaron a sorprenderles, con mas 4000 indios, liderados por los jefes sioux y cheyennes, Toro Sentado y Caballo Loco.

Tal fue el impulso y la superioridad numérica de los indios que, en pocos minutos, la pequeña colina en la que se habían refugiado Custer y sus apenas 800 hombres fue asediada y lentamente, fueron ascendiendo a la cumbre masacrando al ejercito colonial estadounidense.

En apenas unos minutos todo el regimiento estatal fue eliminado, y Custer entre ellos el cual, como castigo fue mutilado en dedos y tímpanos. Fue la mayor y más vergonzosa derrota del ejército americano, aunque no tardarían en cobrársela.

Como consecuencia, el gobierno estadounidense desata una autentica campaña militar de persecución y sometimiento de los indios que, en inferioridad numérica, se ven obligados a someterse y retirarse a las reservas impuestas.

Sin embargo, no todos están dispuestos a aceptar esta situación, y en ese mismo año de 1876, el jefe indio apache Jerónimo, se subleva en Arizona con más de 130 guerreros y declara la guerra y resistencia al gobierno de los EEUU, en defensa de las tierras y derechos de los pueblos indios contra los conquistadores blancos.

Poco a poco, la resistencia india va cediendo, Toro Sentado huye a Canadá y posteriormente será asesinado en una reserva en 1890 y Caballo Loco se entrega a las autoridades gubernamentales y asesinado a bayonetazos en 1877. Otros jefes indios se suicidan o son igualmente asesinados por el ejército estadounidense. Así mismo, 10 años después, el jefe apache Jerónimo es, definitivamente derrotado, su rebelión aniquilada y el enviado a prisión en Florida donde muere en 1909, el mismo año del también destacado jefe sioux Nube Roja.

Sin embargo, el golpe final a los pueblos indios, lo que terminó de minar la moral y las últimas resistencias de los indígenas fue lo que se ha venido a llamar la ultima batalla de las guerras indias, la Masacre de Wounded Knee Creek, el 29 de diciembre de 1890, en Dakota del Sur.

Tras ser detenidos, un grupo de unos 350 indios sioux, todos ellos ancianos, mujeres y niños desarmados, son perseguidos y enviados a la reserva de Wounded Knee, liderados por el jefe indio Big Foot, con el pretexto de desarmarles e intimidarles, para de esa forma evitar nuevas insurrecciones.

En la confusión y tensión del momento, suena un disparo, y el ejército estadounidense, liderado por John Vance Lauderdale y Nelson Miles, dispara indiscriminadamente contra los indios, matando en el acto a 300 indios, y los que escaparon fueron perseguidos y asesinados, arrojados todos ellos a una fosa común, incluido el del jefe indio Big Foot.

Poco después, el teniente Lauderdale sería condecorado por el gobierno estadounidense por su "brillante" actuación en Wounden Knee.

Con ello, quedó demostrado que tal masacre criminal, una más contra el pueblo desarmado, contó con el apoyo total del gobierno. Ello fue uno de los últimos enfrentamientos de los indios con el gobierno, que tras esta masacre quedaron horrorizados e integrados, al igual que los pueblos indios centro y suramericanos, en el sistema de los gobiernos coloniales.

Este lamentable suceso, fue recordado el 27 de febrero de 1973, por el Movimiento Indio Americano (organización indigenista americana, creada en 1968 en Minneapolis para combatir los abusos policiales racistas contra los indios) ocupa militarmente la reserva de Wounded Knee Creek ( Dakota del Sur) durante 70 días, y exige al gobierno de EEUU que revise y cumpla efectivamente todos los 371 tratados firmados con los pueblos indios y devolver los justos derechos y tierras a la población indígena americana.

Durante el asedio, dos indios fueron asesinados por federales durante un tiroteo. Tras ello, el gobierno prometió estudiar las peticiones y el sitio se levantó, promesa que, obviamente jamás se cumpliría.

Este suceso fue uno de los últimos levantamientos y protestas claras de los movimientos indios de resistencia en Norteamérica, al igual que hoy en día el EZLN, o los pueblos aymaras de Bolivia, representan los últimos movimientos de resistencia indígena contra los abusos y atropellos de los gobiernos post-coloniales en centro y Sudamérica y suponen claros desafíos a los modelos de estabilidad y falsa integración que prometen con la población indígena.

Lo cierto es que hoy, 515 años después del inicio del expolio americano, la población indígena de todo el continente americano sigue estando humillada, marginada, discriminada y sus derechos y tierras pisoteados e incautados por las élites criollas y blancas de los respectivos países.

Con ello, quiero hacer una pequeña muestra de lo que el célebre 12 de octubre de 1492
(tan amplia y vergonzosamente celebrado) supuso REALMENTE para la población indígena americana, y que deje de celebrarse este día como un día de encuentro, paz, y avance para todos, y que se sitúe en su justo sitio como el inicio de la decadencia, masacre y explotación del continente y los pueblos americanos.

CONTRA EL 12 DE OCTUBRE CONTRA EL "COLUMBUS DAY"
CONTRA EL GENOCIDIO DE LOS INDIGENAS AMERICANOS
CONTRA EL RACISMO COLONIALISTA EUROPEO

BASTA DE CONMEMORAR CELEBRACIONES RACISTA Y GENOCIDAS!!!

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