26/1/10

La confección de Las Máscaras Boruca

Relato de un artesano boruca
Tomado de Boruca.org
Estas máscaras están hecha de la madera de Balsa, la máscara es tallada a mano con herramientas rudimentarias, para culminar el tallado de la pieza o máscara se puede durar un promedio de 2 a 3 días, luego se procede a pintar la pieza con intrincados diseños usando estilos tradicionales y colores, en este proceso ella dura otros 2 o 3 días.
Cabe mencionar que cada pieza o máscara confeccionada es única y diferente, luego de finalizada la elaboración de la pieza se expone en el área del estudio.

Las máscaras a menudo son hechas que parezcan furiosas, tenebrosas, y que den sensación de temor a quienes la observen, esto es debido al origen propio y la tradicional de la confección de máscaras, se remonta al tiempo de la conquista cuando los Españoles quisieron doblegar los pueblos indígenas, pero el pueblo de Boruca, no cedió su libertad y lucharon contra el enemigo, en dicha lucha los Bruncas (personas del pueblo de boruca), utilizaron las máscaras para cubrirse el rostro, las máscaras se utilizaban como símbolo de protección, lucha, además para infundir temor hacia el enemigo (Conquistador).

Luego de un tiempo dicha lucha y victoria del pueblo Boruca se representó por medio del llamado "Baile de los Diablitos", que en el idioma Boruca se conoce como "Cagru?", dicha actividad trata de representa la lucha entre el Invasor y el indígena Bruncajc, en la cual el Indígena salió victorioso, en este festival se utilizaran variedad de máscaras según el artistas, esto como en el tiempo de la lucha del Indígena por su libertad. Este festival es multi-dia, es realizado durante cuatro días (en las fechas del 30, 31 de Diciembre y el 01, 02 de Enero), aquí se celebra el hecho de que el pueblo de Boruca (Brunka) nunca fueron conquistados por los invasores españoles. Muchos de los hombres del pueblo indígena de Boruca se visten como diablitos, que representan los espíritus ancestrales y luchan contra una figura de un toro que representa a los Conquistadores Españoles.

A veces hay cientos de espectadores, entre ellos los visitantes extranjeros y también locales, que presencian este gran festival, sin embargo, sólo a los hombres del pueblo de Boruca que han tallado sus propias máscaras se les permiten participar en el festival. Al final, los diablitos le ganan al toro español, y es así que nació nuestra Historia.

Todas las máscaras son talladas y pintadas a mano, con pasión, creatividad y dedicación de cada artesano de Boruca. No hay máscaras iguales ya que cada mascara es una pieza de arte única, y además esta llevará la firma del artesano quien tallo la pieza y la fecha de realización de la misma.

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25/1/10

Las Máscaras Boruca

Escrito por RON MILLS
Casi toda actividad en la fabricación de máscaras en Costa Rica es en alguna medida una mezcla de influencias autóctonas y europeas. Los festivales de "Los Diablitos" y "Los Negritos" de Boruca y Rey Curré por ejemplo, son claro reflejo de influencias de la pos- Conquista. El carácter y el simbolismo en esta mezcla mestiza son de particular importancia. En sí, la práctica de crear figuras efigies (Boruca, Térraba), efigies chamánicas mágicas (Guaymí) y pintura de rostros (Guaymí), vienen probablemente desde sus raíces más autóctonas. La unión de lo mundano y lo espiritual, el chaman y su aliado animal, lo personal y lo colectivo, es un eslabón conector entre varias tradiciones indígenas de elaboración de máscaras, sin importar que tan diluidas estén por la influencia europea.

La confección indígena de máscaras es, por lo tanto, un medio importante para la preservación de rastros de tradiciones autóctonas y así, de preservación de un grado del espíritu indígena y de la integridad de la sociedad al reinducir un nivel mítico de conciencia. La máscara es una herramienta importante; en el caso de los Boruca quizá la más importante; para entrar en el estado mítico de conciencia colectiva, el cual persistiremos en llamar participación mística siguiendo a Levi- Bruhl.
Este importante concepto se refiere a la entrada voluntaria a un nivel de conciencia mítico en el que distinciones de sujeto-objeto están subordinadas a un grupo de asociaciones simbólicas "mágicas" generadas inconcientemente, y que sustentan y unen al individuo a la colectividad, y a la colectividad al universo. Esto es experimentado como un anhelo colectivo, un deseo de participar en lo que ha sido llamado poéticamente un sueño colectivo (Abel 1966:57-112), aunque no es un sueño y su significado es fácilmente desechado como tal. Aunque es frágil enfrente a la aculturación, va más allá de la creencia simple, y es un aspecto fundamental en la vida espiritual.
El arte tribal es sumamente conservador. Las costumbres y las formas artísticas se han desarrollado históricamente muy lentamente, en incrementos de pérdida y de modesta improvisación, dentro de los límites de utilidad ritual. Al contrario de la cultura Occidental donde los cambios en estilo son interpretados como significativos en y por sí mismos, y donde cultos de fama crecen alrededor de individuos innovadores, el arte tribal es casi siempre anónimo. Un cambio radical simplemente es no significativo ya que cae fuera de la estructura social-religiosa. Aunque recientemente algunos individuos "artistas" han comenzado a firmar su trabajo, este es un fenómeno nuevo y es aparentemente el resultado de sugerencias del exterior, y al parecer les crea muy poca estima como celebridad en la comunidad misma, excepto hasta el momento a aquellos cuyo trabajo es mucho más fino técnicamente (y es mejor pagado por gente de afuera de la comunidad), ganando así cierto grado de prestigio social.
La fabricación de máscaras de Boruca y Rey Curré ha pasado por una significativa metamorfosis estilística desde 1979, aunque su función esencial y su horripilante carácter estético no ha sido cambiado, no por ninguna falta de creatividad en el sentido de nuestro entendimiento de esta, sino debido a que las necesidades del ritual en sí se mantienen estables. El arte, en este sentido, sigue los requerimientos de una estructura de significado. No es el resultado de algún impulso primitivo que surge de afuera del contexto social e histórico como arte sui generis. Las máscaras de Boruca y Rey Curré han sido hechas de madera de balsa por mucho tiempo, por lo general tallada y pintada, algunas veces decoradas con plumas. El anciano Diablo Mayor, don Lucas Rivera, sin embargo, recuerda que unas máscaras de caballo, negras y de cuero, fueron usadas en Boruca. Las máscaras muestran personajes zoomorfos y de transformación, jaguares, humanos-jaguares, humanos-chanchos, humanos-murciélagos, diablos y humanos-mulas, siempre con el acento en los cachos, los dientes, en los ojos salidos y las lenguas.La imaginería mitad animal fuertemente sugiere restos de nahualismo autóctono, auto-transformación shamánica en los espíritus de animales sagrados, lo cual es una característica uniforme en la práctica y en la imaginería chamánica de Centroamérica. La idea de espíritus secundarios, tales como El Otro Yo (Alter Ego), es sugerida aún más por la presencia de rostros miniatura entre las cejas de algunas máscaras, donde otras tradiciones colocan el tercer ojo místico. Las máscaras son talladas en madera de balsa en alto relieve y en un tamaño poco más grande que el tamaño natural, y están diseñadas para ser usadas confortablemente. A veces algunas de las máscaras tienen un pedazo de piel de animal pegado a manera de barba, tal y como también hemos visto de algunas máscaras de diablo de Oaxaca en México, aunque esto es poco común. Una fotografía de Rodrigo Salazar de 1980 muestra máscaras de diablo de balsa así como muñecas-diablo de madera de Boruca. Que parecen similares en sus cualidades expresivas (horripilantes y siniestras), aunque de algún manera más angulares y no tan finamente hechas como las de hoy día. El diseño de la máscara grande de cedro para el toro permanece en gran medida igual, pero cuernos de verdad han reemplazado a los tallados. Una canasta abovedada cubierta con gangoche que es usada hoy en día como el cuerpo del toro, habiendo sustituido éste al mastate pintado más tradicional o a la cubierta de cuero.

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Las máscaras boruca actuales

Escrito por RON MILLS
A Don Ismael González, de 78 años, se le deben acreditar un verdadero reflorecimiento en la confección de máscaras borucas. A fines de los años setentas, muchas de las máscaras de Diablos borucas usadas en el juego, eran de las de cartón fabricadas comercialmente para Halloween y se las compraba en la pulpería local; la confección de máscaras tradicionales había caído en serio desuso. González, habiendo aprendido la talla de máscaras con su padre, lamentaba el triste estado en que esta forma de arte se encontraba, por lo que comenzó a tallar y a educar a jóvenes en este arte tradicional. La uniformidad de proporciones y la calidad que en general la ejecución de sus máscaras ha obtenido son extraordinarias desde cualquier punto de vista.

Como se podía predecir, un creciente mercado turístico se interesa por sus máscaras y las de sus estudiantes. Aunque otros producen máscaras para la venta a turistas, ninguno iguala la calidad expresiva y la diversidad de formas encontradas en el taller de González. Aunque los diseños de las máscaras son suyos, los estudiantes añaden detalles que incluyen serpientes retorciéndose entre los dientes, facciones de jaguar mezcladas con las de humanos, máscaras miniatura entre las cejas, colmillos y bocas de esta y otras formas, ojos saltones o inclinados para arriba o para abajo & emdash;todas dentro de un orden de proporciones y convenciones que marcan estas máscaras no solo como de Boruca, sino también como de una escuela de diseño con una estética particular. El marco de proporciones admite una rica variedad. Aunque la mayoría de las máscaras de Boruca exhiben algunas de las estructuras faciales de su propia gente &emdash; boca y mandíbula salientes, narices angulares, cejas recias &emdash; algunas parecen curiosamente reminiscentes de las máscaras típicas Chinas con frentes partidas y bulbosas, mejillas redondeadas, ojos fuertemente sesgados, orejas como de cerdo y narices anchas y planas. Esto parece ser una estilización del chanco de monte. Otras máscaras exhiben fisonomías faciales y patrones de cabello que ellos consideran más españoles en su carácter, y características faciales más angulares, mandíbulas prominentes y barbas. De acuerdo con el pasado Diablo Mayor, don Espíritu Santo Maroto, la leyenda cuenta que las gentes de Boruca eran originalmente chanchos de monte y sus vecinos de Térraba eran monos, asociaciones que se manifiestan hoy en día en Térraba en sus mascaras. Las de González, cuando están pintadas, lo están con pinturas acrílicas para artistas, en fuertes colores primarios y negro. La pintura es aplicada de manera opaca, con pequeña o ninguna intención de modelado. Esta práctica se ha extendido a la comunidad, por lo que ver una máscara sin pintar usada en el festival es muy raro.
El comercio turístico ha estimulado la producción de máscaras de madera de balsa sin mayores tratamientos, o sea, sin plumas, pieles o pintura, aunque tradicionalmente fueron pintadas con tintes naturales y adornadas con una variedad de materiales.
Las máscaras que se usan actualmente en el festival de los diablitos frecuentemente admiten gran improvisación, tal como el uso de calcomanías, plumas, tachuelas elaboradas, papel metálico pegado sobre dientes de madera, y otros. De la misma manera, el saco tradicional de gangoche y la bandana usada sobre el pelo por los diablos, se ha ampliado e incluye ahora disfraces de hojas de plátano y sacos de polietileno originalmente para uso agrícola.

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El significado detrás de las máscaras boruca

Escrito por E. Francesca Galicki
Las mascaras de Boruca y Rey Curré, tan intrincadas en su diseño, talla y pintura no siempre han sido hechas y vendidas de esta forma. De hecho, ha sido en los últimos 20 años que la mayoría de los hombres de este pueblo han dependido de la artesanía como fuente primaria de ingresos. Sin embargo, la idea ha pasado de generación a generación durante los últimos cuatro o cinco siglos.
Como todo en la vida, detrás de estas famosas mascaras hay una historia que pese a ser triste, tiene sentido de triunfo ya que fueron hechas con la finalidad de defensa de la identidad y cultura indígena y hoy pasa a ser un elemento artístico y como forma de expresión y es vendido como recuerdo o souvenir.

Cristóbal Colon llego a la costa de Costa Rica en septiembre de 1502, junto con su grupo de conquistadores con la sola meta de hallar oro. En su búsqueda de riquezas, no hizo ningún intento de respetar la vida y cultura de las cuatro tribus que vivían en el territorio del país. Los Caribes de la costa este, los Boruca, Chibchas y Diques en el suroeste fueron obligados a entrar en una guerra sangrienta, durante la cual muchos hombres lucharon valientemente y murieron para proteger su tierra, cultura y vidas. De estos hombres, muchos murieron dignamente por defender lo suyo. Las batallas fueron duras para los indígenas quienes lucharon con arco y flechas contra las hachas cuchillos y rifles de los españoles.
Dado que los Boruca tienen una tradición de pasar la historia de generación en generación mediante la tradición oral, en forma de cuentos, se han desarrollado diferentes versiones de la manera en como la máscara se integro a la cultura Boruca durante los tiempos de guerra. Un anciano conocido y respetado del pueblo de Boruca, Don Ismael González, quien recibió el premio nacional de la cultura popular en el 2002, habla de la estrategia particularmente notable y significante para la cultura en el que los Boruca tallaron las figuras de diablitos en madera de balsa para proteger y disfrazar sus caras, y además asustar a los invasores. Las mascaras se teñían o pintaban usando colores naturales obtenidos de plantas o minerales como achiote (color anaranjado/rojo) carbón (gris/negro) y yuca (ocre). Otros miembros de la comunidad creen que el uso de la máscara tuvo su inicio después del vencimiento de los españoles en una ceremonia para conmemorar la victoria y rendir tributo a los que perdieron su vida en la lucha.

El juego de los diablitos
Durante varios siglos (nadie está seguro cuando) se ha celebrado El juego de los Diablitos: una celebración que dura tres días; del 31 de diciembre al 2 de enero.
Muchos interpretan el evento como una representación de las batallas contra los conquistadores, durante la cual creen que sus ancestros llevaban las mascaras como armadura. la máscara representa al guerrero indígena ,feroz y triunfante quien luchaba por la vida de sus descendientes.
Existen otros que no creen en el uso de la máscara en las batallas pero creen en la representación del guerrero y el simbolismo de la máscara.
Los hombres del pueblo quienes desean participar tallan mascaras con caras de diablos, una para cada día, decoradas con plumas y pintándolas (hoy día) con colores vivos. También llevan trajes tradicionales tejidos o hechos de sacos.
Otros llevan un traje de toro (un bastidor de madera cubierta con sacos) este lo llevan unos diez hombres durante las fiestas; ellos representan a los españoles del siglo XVII.
Empezando a las 8:00 p.m. de la noche del30 de diciembre, los participantes se reúnen en la casa del diablo mayor para consumir chicha (bebida tradicional alcohólica hecha de maíz) y se preparan para la celebración.
A medianoche, los hombres se dirigen hacia una colina y disfrazados con sus mascaras, los diablitos salen y pasan de casa en casa circulando por todo el pueblo. Cada día, el grupo circula tres o cuatro veces cada día. El pueblo entero los sigue, encabezados por un guía designado y músicos tocando acordeón, flauta, tambores y el cuerno. Se sirve chicha en todas las casas y el publico toma mientras se realizan pequeñas batallas donde el toro ataca a los diablos y ellos lo esquivan, con las caras protegidas por las mascaras.
El tercer día el 2 de enero, los hombres portan sus mejores mascaras y las batallas continúan, también este día se considera el más importante. La comisión de gente elegida para organizar el festival cada año, a veces premian a la máscara más bella, igual que la más fea, el mejor luchador, entre otras categorías. Durante los primeros dos días no hay un ganador claro durante las batallas. Pero el tercer día, los diablitos empiezan a ganar. Eventualmente el toro huye y se esconde y cuando lo encuentran, lo amarran y lo queman (solo el traje).
Este momento representa la victoria de los indígenas sobre los españoles.

Historia reciente

Con la victoria sobre los españoles y con la resistencia a la colonización, hoy día han logrado mantener varias tradiciones como música, baile, cocina, celebraciones, y hasta cierto punto, la lengua brunka.
No es usada con frecuencia, pero ha habido mas concientización y hoy se enseña en las escuelas públicas de la reserva.
Adicionalmente, la elaboración de tejidos y mascaras los cuales originalmente se hacían por necesidad y subsistencia, han empezado a relacionar a boruca con el resto de Costa Rica. Ahora se venden estos productos a los turistas del país para ingresos económicos. En 1991, existían solo tres artesanos que elaboraban mascaras.
En este tiempo surgió la idea de comercializar las mascaras de importancia cultural para la comunidad, también son valoradas y apreciadas por quienes visitan la comunidad de boruca y el país, igual que costarricenses no indígenas.
Durante siglos, la comunidad había vivido exclusivamente de la agricultura de subsistencia y no dependía del mundo exterior para nada. Cuando se tomo la decisión de vender mascaras, hubo que hacer una transición. Don Ismael González Lázaro, uno de los tres artesanos originales, inicio una clase de elaboración de mascaras en su casa, que continuaban durante los años que siguieron. Del grupo inicial de veintiséis estudiantes, en 1992 quienes aprendieron a tallar, Don Ismael selecciono ocho para asistir a clases de pintura en San José, dos veces a la semana, durante un año. Cuatro de estas personas siguieron hasta hacerse artesanos. Uno de ellos, Bernardo González Morales quien ahora tiene 30 años, tuvo la idea de elaborar mascaras ecológicas, representando los animales de Costa Rica.
Por esta razón, hoy los artesanos tallan mascaras usando una variedad de diseños. Se venden mascaras de los diablitos un poco variadas en su diseño, con expresiones fuertes talladas y pintadas con colores brillantes. También se elaboran caras de indígenas con expresiones fuertes con figuras zoomorfas incluidas. Igual, se hacen mascaras ecológicas con mariposas, colibríes, tucanes, serpientes, ranas tigres, monos, libélulas, entre otros animales, igual que flores nacionales como orquídeas. Estas mascaras ecológicas destacan la relación de armonía entre el indígena y la naturaleza donde el hombre protege la naturaleza y la naturaleza al hombre. La imagen del indígena siempre se representa en la cara de la máscara rindiendo tributo para los que murieron luchando contra los españoles. En menos de veinte años, la comunidad ha evolucionado de la dependencia de la agricultura a una comunidad artesana, donde un ochenta por ciento de la población trabaja en la elaboración de mascaras, tejidos u otros.
Además, en los últimos años, varias mujeres han empezado a tallar mascaras, en vez de trabajar tejiendo que es a lo que tradicionalmente se dedica la mujer. Ya que el pueblo depende de las mascaras, económicamente, sería casi imposible sobrevivir sin ellas. Entre las generaciones de jóvenes, muy pocos saben trabajar en agricultura. Eso no ha presentado problemas pero existen factores que están causando daño a la comunidad.
Miembros de otras comunidades indígenas, por ejemplo, que han trabajado tradicionalmente en agricultura, han empezado a elaborar mascaras para ingresos adicionales.
Empero, estas comunidades no tienen la tradición de la elaboración de mascaras, pero se han apropiado de esta actividad. Para los hombres y para algunas mujeres de boruca, las mascaras se venden para obtener ingresos para vivir, pero aun tienen un significado mucho más importante para los individuos.
En las palabras de un miembro de la comunidad (quien prefería que no se usara su nombre) "nos identifica como indígenas"

Toda la información utilizada fue tomada de trece entrevistas que se realizaron con hombres de boruca de diferentes edades. Todos aseguraron que la información que dieron es verídica. Podría ser que haya información que se contradice dado que cada quien tiene un punto de vista distinto en cuantos a ciertos temas.
El propósito de este proyecto no fue descubrir " la verdad," ya que no existe una sola. En cambio, la idea fue compartir y reunir las perspectivas que si existen.
Aquí aparecen los nombres de los que compartieron sus conocimientos.
Su disponibilidad de compartir hizo posible este escrito. Sinceros agradecimientos a todos los que colaboraron.

Rafael Rojas Morales
Rafael Díaz Mora
Santos Leiva Morales
Fernando Maroto Sánchez
Ismael González Lázaro
Melvin González Lázaro
Nicanor Lázaro Morales
Apolonio Leiva Morales
Porfirio González Morales

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24/1/10

Los pueblos del Sur caminan con dignidad

Escrito por la Coordinadora de Lucha Sur-Sur
Comenzamos nuestro camino a la par del Río Grande de Térraba, con los colores de la tierra y el bosque, la carretera interamericana se llenó de fuerza, coraje y rebeldía;saliendo de la entrada del Territorio Indígena Térraba nos fuimos regando la semilla de lucha y esperanza hasta el centro de Buenos Aires de Puntarenas.

Mujeres, niñas y niños, hombres, jóvenes y mayores, campesinos y vecinos de comunidades indígenas de Abrojo, Cabagra, Curré (Yimba Cajc), Salitre, Térraba y Boruca,hermanados con compañeros y compañeras de Corredores, Río Claro, Santa Rosa de Piedras Blancas, Finca 9, Finca 2-4, Sierpe y Buenos Aires; todos y todas nos encontramosy compartimos esfuerzos en la Coordinadora de Lucha Sur–Sur y realizamos el pasado martes 6 de octubre del 2009 la “Caminata Popular: por la Dignidad en el Sur”

Quisimos conversar, conocernos con otras y otros de los pueblos del Sur, compartir nuestras luchas, nuestro dolor, nuestra rabia, pero también nuestros sueños y esperanzas; dijimos que ya está bueno, que ya basta que nos exploten, que unos pocos se apoderen de nuestras tierras, de los bienes naturales del pueblo, esos que se roban nuestros conocimientos y nos discriminan.

Y es que en eso estamos, hablando, conociéndonos y organizándonos desde el pueblo para luchar contra este sistema capitalista neoliberal que trata de hundirnos en la miseria y en la desesperanza; pero no van poder, les va a costar, porque pronto seremos uno con esa fuerza que viene desde abajo.

Caminando fuimos, abrazados por el sol, curtidos por el convencimiento de que tenemos que luchar; dijimos:

• No al Proyecto Hidroeléctrico Diquís, no lo necesitamos, ni lo hemos pedido, mucho menos queremos que inunden nuestras tierras y raíces.
• Fuera a las transnacionales piñeras, que envenenan nuestras tierras, aguas,
mujeres y hombres y que chantajean con el desempleo.
• Que no queremos granjas atuneras, ni proyectos de marinas en nuestras costas.
• Que no queremos el Aeropuerto Internacional del Sur, proyecto pensado solo para
los extranjeros y el narcotráfico.
• Y rechazamos la expansión corrupta y agresiva de proyectos inmobiliarios y
turísticos en la Fila Brunqueña y el litoral Pacífico Sur que destruyen nuestros
bosques y contaminan nuestras fuentes de agua.

Oiganlo bien, políticos corruptos, empresas transnacionales y lamebotas ticos;
estamos diciendo NO a estos megaproyectos de muerte que solo benefician a
unos pocos a costa del hambre del pueblo y de los bienes que nos pertenecen a
todas y todos; eso exigimos y por eso luchamos.
Compañeras y compañeros, seguimos caminando los caminos para encontrarnos
sudados, compartir la chicha y el tamal de arroz, juntar nuestras fuerzas y dignidad;
como pueblo queremos:
• Tierras, para producir lo que nos comemos y así poder compartir con
otros alimentos sanos; tenemos que recuperar las tierras que nos han robado a
los pueblos indígenas y campesinos, las tierras que le pertenecen a la comunidad
de Finca 9.
• Vivienda para vivir dignamente, con salud y educación.
• Tenemos que construir nuestras propias opciones de trabajo, producción y
buen vivir, pensadas desde nosotros y para el bienestar de todo el pueblo.
• Seguiremos conviviendo con nuestra Madre Tierra, con respeto y
compartiendo con todos lo que ella nos ofrece.
• Continuamos construyendo una democracia real, participativa, donde las
comunidades decidamos sobre nuestras formas de vivir, de pensar, de
organizarnos y gobernarnos; queremos autonomía indígena, campesina y
comunitaria.
Eso es todo por ahora; al final de la jornada les dijimos unas cuantas verdades a los
politiquillos de la Municipalidad de Buenos Aires, a los explotadores de PINDECO y a los
jefes del PH Diquís; sabemos que no quieren y les cuesta entender, pero se los decimos
de frente.
Es todo por ahora, seguiremos como pueblo en los caminos de
resistencia, construyendo desde nuestras raíces nuevas comunidades,
nuevos mundos, dignos y rebeldes.

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ALTO AL PROYECTO HIDROELECTRICO DIQUIS-TERRABA

Declaración de la Comunidad Indígena Térraba, Zona Sur, Costa Rica
La Comunidad Indígena de Térraba,
Guiada por los propósitos y principios contenidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes; la Declaración de la las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; La Ley Indígena 6172 y, en ejercicio legítimo de nuestros derechos más amplios, reconocidos y consagrados en la legislación nacional e internacional citada, la cual ha sido debidamente tutelada y respaldada por los reiterados pronunciamientos de la Sala Constitucional sobre el tema de los derechos de los pueblos indígenas de Costa Rica,

Afirmando que el pueblo indígena de Térraba es por ley el legítimo y exclusivo propietario de sus territorios y por tanto, es el único que puede ejercer simultáneamente el derecho de utilizar sus tierras y todos los recursos en ellas contenidas, para alcanzar el bienestar de las comunidades presentes y futuras,

Reafirmando que, en el ejercicio de sus derechos, el pueblo indígena de Térraba debe estar libre de toda forma de presión externa, coacción, soborno, abuso, persecución o amenaza de instituciones, empresas o personas con intereses ajenos al bienestar de la comunidad indígena de Térraba,

Preocupados por el hecho de que el Instituto Costarricense de Electricidad -ICE-, actuando en complicidad con otras autoridades de gobierno, han venido actuando con evidente mala fe, al pretender desarrollar un proyecto que afecta una enorme cantidad de nuestras tierras, utilizando además el caudal de nuestros ríos y demás recursos naturales, lo cual trae a nuestra memoria las históricas injusticias sufridas por nuestros antepasados, como la colonización y enajenación de nuestras tierras y recursos, lo que nos ha impedido ejercer en particular, nuestro derecho al desarrollo de conformidad con nuestras propias necesidades e intereses y decisiones autónomas,

Conscientes de la urgente necesidad nacional de promover las fuentes de energía renovable, para cubrir no solamente la demanda producida por el crecimiento poblacional, sino también por las nuevas empresas productivas y generadoras de empleo en todo el país,

Celebrando que los pueblos indígenas costarricenses nos estemos organizando para promover nuestro propio desarrollo político, económico, social y cultural y para poner fin a los siglos de olvido, abandono y subdesarrollo,

Proclamando que estas nuevas generaciones de indígenas de Térraba, no estamos dispuestas a caer en los juegos politiqueros del pasado y no aceptaremos desde ahora en adelante que "nos regalen el pescado", sino que nosotros queremos comprar nuestro propio pescado y convertirnos en socios y activos empresarios que podemos generar nuestras propias empresas y alternativas para el desarrollo y el bienestar general de nuestra comunidad,

Alertados por la incertidumbre de los cambios que se vislumbran en nuestra realidad nacional, económico-jurídica, política y social, con las nuevas condiciones que generará la aplicación del Tratado de Libre Comercio con los EE.UU. y los cambios que sufrirán las instituciones públicas en su naturaleza y su accionar,

Convencidos de que la participación consciente, autónoma de nuestro pueblo en los acontecimientos que nos afecten directamente, así como el control de nuestras tierras y recursos, es lo que nos permitirá mantener y reforzar nuestras propias instituciones, cultura y tradiciones y promover nuestro desarrollo de acuerdo con nuestras propias aspiraciones y necesidades,

Considerando que la participación de nuestro pueblo, contribuirá al desarrollo sostenible de la Nación, así como a la justa y equitativa distribución de la riqueza y a la explotación sostenible del medio ambiente en nuestros territorios en beneficio directo de nuestra comunidad,

Convencidos de que la presente Declaración fijará los nortes para el desarrollo de todos los pueblos indígenas costarricenses, así como la necesaria articulación con la economía nacional y la necesidad de romper con odiosos monopolios,

Exigiendo a las autoridades nacionales que cumplan y apliquen eficazmente todas sus obligaciones legales y éticas para con los pueblos indígenas costarricenses, en cumplimiento y salvaguarda de sus ineludibles deberes y obligaciones, respetando además los instrumentos internacionales y los pronunciamientos de la Sala Constitucional,

Reconociendo y reafirmando que los pueblos y personas indígenas tenemos pleno acceso al disfrute y ejercicio de todos los derechos humanos reconocidos nacionalmente, así como en el derecho internacional, sin discriminación alguna, incluyendo el derecho de decidir de forma autónoma y libre nuestras prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo,

Proclamamos solemnemente la siguiente

Declaración de Térraba

1. El Pueblo Indígena de Térraba condena todo acto llevado a cabo por sujetos públicos o privados, que tenga por objeto o consecuencia enajenar nuestras tierras, territorios o recursos.

2. El Pueblo Indígena de Térraba, no será desplazado por la fuerza de sus tierras o territorios, incluyendo las amplias zonas pretendidas por el Instituto Costarricense de Electricidad para la construcción del Proyecto Hidroeléctrico El Diquís. Las acciones tendientes a la efectiva defensa del presente postulado, incluirán la expulsión forzosa de toda persona o entidad, cuyo ingreso no haya sido autorizado por la Comunidad Indígena a través de sus órganos representativos.

3. Siendo Costa Rica un Estado de Derecho, instamos a las autoridades a respetar nuestra estructura organizacional, que establece a la Asociación de Desarrollo de éste territorio indígena, como la única organización representativa de toda nuestra población y condenamos las negociaciones incompatibles que al efecto se pretenden realizar por medio de otras organizaciones espurias que no representan a nuestro pueblo.

4. El Pueblo Indígena de Térraba, proclama su derecho a determinar y a elaborar prioridades y estrategias para el ejercicio de su camino hacia el desarrollo. En particular, el derecho a decidir y participar activamente en la elaboración y determinación de proyectos productivos y de cualquier otra índole, así como a administrar esos proyectos mediante sus propias instituciones. Estos derechos incluyen el derecho a poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras, territorios y recursos que poseemos en razón de la propiedad tradicional y otras formas legítimas de ocupación o utilización, así como aquellos que se encuentran ubicados dentro de los límites territoriales de la comunidad indígena de Térraba. Instamos al Estado y sus instituciones a respetar el derecho de propiedad que ostentamos sobre todos nuestros territorios.

5. El Pueblo Indígena de Térraba, proclama su derecho a determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la utilización de sus tierras o territorios y otros recursos.

6. El Pueblo Indígena de Térraba, condena la presencia del Instituto Costarricense de Electricidad y demanda la inmediata desocupación de sus territorios.

Térraba, 30 de agosto de 2008.

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12/1/10

BARTOLOMÉ DE LAS CASAS. EN DEFENSA DE LOS INDIOS

Y para meditar sobre América, continente del que los conquistadores se creyeron dueños, y vinieron a diezmar a los pueblos aborígenes, agrego este texto de Fray Bartolomé de las Casas:

Muy poderosos y soberanos señores:
El obispo que fue de Chiapa besa a V. A las manos y suplica tengan por bien oír lo que dijere, etc. AV. A. ya consta, y a toda España y por todas las Indias es notorio, como los muchos años que ando en esta (real corte) y ante este Real Consejo de las Indias, negociando y procurando remedio de las gentes y naturales de las que llamamos Indias y que cesen los estragos y matanzas que en 'ellas se hacen contra toda razón y justicia. Y puesto que la voluntad de los Reyes que en estos tiempos han reinado y sus consejos ha sido proveerlos de justicia y conservarlos en ella, y no consentir que les fuesen hechos daños y agravios, y así lo han mostrado por sus muchas leyes y provisiones, pero llegadas allá no se han cumplido por la grande y desmedida codicia y ambición de los que allá han pasado, mayormente de los que a aquella gente han ido a gobernar, porque los unos y los otros siempre han engañado a los reyes con muchas y diversas falsedades, y no avisando de cómo aquellas gentes padecían, por los insultos que en ellas se hacían y el mal gobierno que desde el principio se les había puesto, pretendiendo sus propios intereses solos, y otros por la misma causa con rebeliones, alborotos y desobediencias que han cometido contra la fidelidad que debían a su rey natural. Y así, de días en días, y de años en años, se han ido entablando y arraigando y olvidando las dos especies de tiranía con que habemos asolado aquellas tan innumerables repúblicas: lo uno en nuestra primera entrada que llamaron conquista, en aquellos reinos, no nuestros sino ajenos, de los reyes y señores naturales en cuya pacífica posesión los hallamos. La otra fue y es la tiránica gobernación. . . y porque los reyes son obligados en cuanto en sí fuere a quitar los impedimentos temporales que estorban la salvación de sus súbditos (. . .) . . . convenía se vean y examinen las conclusiones que yo tengo aparejadas para ello. . .

La primera, que todas las guerras que llamaron conquistas fueron y son injustísimas y de propios tiranas.
La segunda, que todos los reinos y señoríos de Indias tenemos usurpados.
La tercera, que las encomiendas o repartimientos de indios son iniquísimos y de per se malos, y así tiránicos y tal gobernación tiránica.
La cuarta, que todos los que las dan pecan mortalmente, y los que las tienen están siempre en pecado mortal, y si no los dejan no se podrán salvar.
La quinta, que el rey nuestro señor, que Dios prospere y guarde, con todo cuanto poder Dios le dio, no puede justificar las guerras y robos hechos a estas gentes ni los dichos repartimientos ni encomiendas, más que justificar las guerras y los robos que hacen los turcos al pueblo cristiano.
La sexta, que todo cuanto oro y plata, perlas y otras riquezas que han venido a España, y en las Indias se trata entre nuestros españoles, muy poquito sacado, es todo robado. Digo poquito sacado, por lo que sea quizá de las islas y partes que ya habemos despoblado.
La séptima, que si no lo restituyen lo que han robado y hoy roban, por conquistas y por repartimientos o encomiendas y los que de ello participan no podrán salvarse.
La octava, que las gentes, naturales de todas las partes y cualquiera de ellas donde habremos entrado en las Indias tienen derecho adquirido de hacernos guerra justísima y raernos de la haz de la tierra, y este derecho les durará hasta el día del juicio.
Estas conclusiones prueba el autor larguísimamente en el libro que dio a Su Majestad.
Fray Bartolomé de 1as Casas,. en obras escogidas.. de Memorial al Consejo de Indias.., hacia 1.565.. Madrid. B.A.E. pp.536 y ".
Tomado de LOPEZ CORDON, M.V. y MARTINEZ CARRERAS. J.V., .i Análisis y comentarios de textos históricos, "T. n, pp, 47-49

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Mitología chorotega

Su mitología es similar a la de sus congéneres náhuatls, y de esto dan testimonio los cronistas de la Colonia, como se desprende de este texto de Gonzalo Fernández de Oviedo:

“Los indios de Nicoya y de Orocí son de la lengua de los Chorotegas, é traen horadados los bezos bajos, é puestos sendos huesos blancos redondos del tamaño de medio real ó más, como lo hacen los indios en la Nueva España. Son flecheros é valientes hombres, é llámanse cristianos desde que Gil González anduvo por allí; pero yo creo que hay pocos de ellos que lo sean. Son idólatras é tienen muchos ídolos de barro é de palo en unas casillas pequeñas é bajas que les hacen dentro del pueblo, allende de sus casas principales de oración, que llaman teyopa en lengua de Chorotegas y en la de Nicaragua archilobo.


Y entre las otras tienen otra manera de areito (baile) é rito, que es de aquesta forma. En tres tiempos del año, en días señalados que ya tienen por fiestas principales, este cacique de Nicoya é sus principales é la mayor parte de toda su gente, así hombres como mujeres, con muchos plumajes é aderezados á su modo é pintados, andan un areito á modo de contrapás en corro, las mujeres asidas de las manos é otras de los brazos, é los hombres en torno de ellas más afuera así asidos, é con intervalo de cuatro ó cinco pasos entre ellos y ellas, porque en aquella calle que dejan en medio, é por de fuera é de dentro, andan otros dando de beber á los danzantes, sin que dejen de andar los pies ni de tragar aquel su vino: é los hombres hacen meneos con los cuerpos é cabezas, y ellas por consiguiente.
Llevan las mujeres cada una aquel día un par de gutaras ( ó zapatos nuevos); é después que cuatro horas ó más han andado aquel contrapás delante de su mezquita ó templo en la plaza principal en torno del montón del sacrificio, toman una mujer ú hombre (el que ya tienen ellos elegido para sacrificar) é súbenlo en el dicho montón é ábrenle por el costado é sácanle el corazón, é la primera sangre de él es sacrificada al sol. É luego descabezan aquel hombre é otros cuatro ó cinco sobre una piedra que está en dicho montón en lo alto de él, é la sangre de los demás ofrecen a sus ídolos é dioses particulares; é úntanlos con ella, é úntanse a sí mismos los bezos é rostros aquellos interceptores ó sacerdotes, ó, mejor diciendo, ministros manigoldos o verdugos infernales; y echan los dichos cuerpos así muertos á rodar de aquel montón abajo, donde son recogidos é después comidos por manjar santo é muy preciado.

En aquel instante que acaban aquel maldito sacrificio, todas las mujeres dan una grita grande é se van huyendo al monte é por los boscajes é sierras, cada una por su parte ó en compañía de otra, contra la voluntad de sus maridos é parientes, de donde las tornan á unas con ruegos, é á otras con promesas é dádivas, é á otras que han menester más duro freno á palos é atándolas por algún día hasta que se les ha pasado la beodez; é la que más lejos toman, aquella es más alabada é tenida en más.

Aquel día ú otro adelante de la fiesta de las tres, cogen muchos manojos de maíz atados, é pónenlos alrededor del montón de los sacrificios, é allí primero los maestros ó sacerdotes de Lucifer, que están en aquellos templos, é luego el cacique, é por orden los principales de grado en grado, hasta que ninguno de los hombres queda, se sacrifican ó sajan con unas navajuelas de pedernal aguda las lenguas é orejas y el miembro ó verga generativa (cada cual según su devoción) é hinchen de sangre aquel maíz, é después repártenlo de manera que alcance á todos por poco que les quepa, é cómenlo como por cosa muy bendita. (Gonzalo Fernández de Oviedo, citado en Luis Ferrero, “Historia de Costa Rica”, p. 40)

“Tienen diversos dioses, é así en el tiempo de su cosecha del maíz, ó del cacao ó del algodón ó fésoles, con día señalado y en diferentes días, les hacen señaladas particulares é diferentes fiestas é sus areitos é cantares al propósito de aquel ídolo é recogimiento del pan ó fruto que han alcanzado.” (El descubrimiento y la conquista. Ricardo Fernández Guardia. Colección Biblioteca Patria No. 1, ECR, 1975, p. 41)

Ferrero afirma que no se ha podido averiguar nada sobre los dioses chorotega-mangue (p. 128); considero, sin embargo, que el esquema religioso atribuido a los nicarao podría ser similar al de los chorotega-mangue, por el parentesco cultural nahua, y por eso lo registro aquí, con las reservas del caso. Si se lee con atención el texto de Fernández de Oviedo antes citado, o las concepciones sobre el destino de las almas de los guerreros, que “iban adonde sale el sol” (Bobadilla, 1959, IV: 369, citado en Ferrero, p. 130), o la antropofagia ritual, “típica de las clases sacerdotales y gobernantes” (p. 133), se verá que las referencias ritualísticas son similares a las de sus congéneres nahuas.

Francisco de Bobadilla (1959, IV:365-384, citado en Ferrero, p. 126), registra los siguientes dioses entre los nicaraos:

Tamagastad: (náhuatl Tlamacastl o Tlamacazqui: “el proveedor o dador de bienes”). Esta es una de las designaciones del dios de la lluvia, Tláloc. El llamarse Tláloc Tlamacazqui quiere decir que es dios que habita en el paraíso terrenal y que daba a los hombres los mantenimientos necesarios para la vida corporal. (Sahagún 1969, I:45).

Cipattonal: es dueña de la noche, o más precisamente del momento que antecede al amanecer cuando aún hay oscuridad. Tiene estrecha vinculación con Teteu Innan, la madre de los dioses mexicanos; es decir, es una manifestación de Teteu. A esta pareja se les atribuía la creación del cielo, de los seres humanos, de la tierra y de todas las cosas. Esta pareja de dioses creadores fue asistida por otros dioses, entre ellos Oxomogo, Chalchigüegüe y Chicociágat. Creían que Oxomogo y Cipattonal intervinieron en los orígenes del hombre y del mundo y a ambos se les atribuía el calendario.

Chalchigüegüe: (náhuatl Chalchihuitlicue: “la del faldellín de jade”), diosa de las aguas terrestres y marítimas, un atributo de la reina madre Teteu. Decían que era hermana de los dioses de la lluvia que llamaban Tlaloques.

Chicociágat: (náhuatl Chicoace Acatl, “Seis Caña”), nombre de Cinteótl, dios de las mieses.

Miqtanteot: (náhuatl Mictlantecuhtli) dios del mundo de los muertos.

Quiateot: dios de la lluvia, el que envía el agua y hace los truenos y relámpagos y lluvias (Fernández de Oviedo 1959, IV:372), cuyo nombre se deriva del náhuatl Quiahuitl, “lluvia” y teotl, “dios”. Se lo ha conectado con uno de los nueve señores de la noche, deidad de la lluvia, servidor y acompañante de Tláloc.

Omeyateite y Omeyatecigoat (Ometecuhtli y Omecihuatl): “el señor y la señora Dos”. La pareja primordial.

Mixcoa: dios del comercio.

Bisteot: (probablemente Apisteotl, “glotón”). Dios del hambre.

Mazat: dios de la cacería de los venados.

Toste: dios de la cacería de los conejos.

Chiquinaut Ecat: náhuatl Chicnahui Ehécatl, “Nueve Viento”, día del nacimiento de Quetzalcóatl.

Thomateot: Bobadilla afirma que probablemente significa Tomacteot, “gran dios”. Creo que se refiere a Tonatiuh, el Sol.

Theobilchi (Teopiltzin): Hijo de Thomateot y que vivió en la tierra.

Tamachas: una especie de ángeles pequeños.

Tamacstli y Tamacaxtoval: A estos los nahuas los conocían como tlaloques, colaboradores del dios de la lluvia, y como Ehecatontin, auxiliadores del dios del viento.

Hasta aquí los dioses nicaraos que Bobadilla registra, probablemente compartidos por los grupos chorotega-mangue, quizás con algunas variantes en los nombres.

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LOS TERIBES

Historia del grupo indígena Naso Teribe de Bocas del Toro
José Manuel Reverte*
Academia Panameña de Historia

Es un grupo indígena bien definido y compacto que se conoce desde que los primeros exploradores españoles penetraron por la región bañada por el Río Teribe y sus afluentes.
Extendíanse los indios teribes, térebes, tervis, tejves, térrebes, o térrabas, ortografía multiforme con la que se les conoce en las distintas épocas en los documentos de los siglos XVI y XVII a todo lo largo del Río Teribe, Changuinola y la Isla de Toja o Colón, y estaban formados por diversas parcialidades, todas ellas más belicosas que las tribus vecinas. Sólo tenían como enemigos a los chánguenas o chánguinas, tribu caribe de notable fiereza y a los Talamancas que habitaban las márgenes del Río Sixaola.
Llegó a ser una tribu numerosa, hasta de 10.000 indios en la época en que Cristóbal Colón llegó a las costas de Bocas del Toro, hasta quedar reducida por las diversas circunstancias que hemos ido viendo durante el curso de esta exposición a la cifra actual de unos 400 individuos.

El último Censo de la República de Panamá (1960) no nos da informes muy precisos sobre poblaciones indígenas, y menos sobre el área habitada por los indios teribes, ya que no especifica ni hace distingos entre los diversos grupos autóctonos. Para el Distrito de Changuinola (Corregimiento) da una población indígena de 513, para la cabecera de Bocas del Toro y Caseríos, 85 y para Guabito, 32. En total, en el Distrito se registran 630 indígenas. Esta información no establece diferencias entre grupos teribes, guaymíes o talamancas, ni tampoco parece referirse a los indios cuna que buen número trabajan para la Compañía Frutera de Bocas del Toro-
Según los informes obtenidos en la región durante nuestros viajes y el número de casas vistas por nosotros entre los teribes, creemos que como máximo la población de este grupo debe llegar a 450 individuos.
La primera información sobre los teribes se la debemos a Juan Vázquez de Coronado. Ya por entonces los teribes se revelan como un pueblo con características propias, y totalmente diferentes a los demás aún en sus reacciones. Fueron los únicos que menciona el Adelantado en su Probanza de méritos (154) como rebeldes, ya que no quisieron prestar obediencia y sumisión al Rey de España. Eran indios bravos, poco amigos de someterse a nadie, orgullosos e independientes.
Cuando llegó Vázquez de Coronado a la región (1563-1564) compartían el Norte de la Cordillera los térebes o Texbi con los quequex-ques que debía ser una rama de la misma tribu, luego los Ara, Güera, Tuaca, Cuexara, Zabarú, Cururu, Araraca, Tamari, Queribista, Tay-maru, Tariaca y Suerre (155).
De todos estos cacicazgos, sólo los térebes presentaron resistencia y se negaron a prestar obediencia (156).
Por tal motivo Vázquez de Coronado, envió al Sargento Mayor Juan de Turcios, que con el Capitán Diego Caro de Meza, Alguacil Mayor y 26 ó 30 soldados fueron a la provincia de Tervi y en nombre de Su Magestad “tratase y amonestase a los naturales del dicho pueblo é provincia de Tervi, que luego den la, obediencia a S.M. y reconozcan al Rey Don Felipe nuestro Señor por su Rey é Señor” (157).
Se desempeñaron tan bien los emisarios que convencieron pacíficamente a los indios teribes y estando en Cutcurú el Adelantado, se presentó el día 20 de febrero de aquel año de 1564 el cacique QUIQUINCUA “del dicho pueblo de Terbi (que por nuestro nombre llamamos Texbi) con 10 principales y 60 yndios maceguales” y le rindió obediencia intercambiando regalos.
Ya por entonces o poco después, las restantes facciones que hablaban la lengua teribe rindieron obediencia al Adelantado y sellaron el pacto de amistad.
Los primeros indios con que en realidad tomaron contacto los hombres de Vázquez de Coronado al descender desde Ara, fueron los Teribes, y éstos fueron los que protegían a los indios mejicanos, los delegados de Moctezuma.
Los lugares donde hicieron alto y tomaron posesión son claramente nombres teribes: Texbi, Terbi, Quequexque, Cutcurú y el descenso hacia el mar se hizo siguiendo el Río que ya por entonces llamaron de la Estrella, habitat de los teribes, así como el reparto de minas fue sobre las márgenes del mismo río de los teribes.
El año de 1605, el Gobernador y Capitán General de Costa Rica, D. Juan de Ocón y Trillo, hizo un repartimiento de indios contraviniendo las órdenes del Rey y en él se dispone que el pueblo Té-rrebe quede depositado en Diego de Sosa y Juan Alonso.
Ya por entonces (1608) los indios térebes y sus familiares los quequexques tenían como enemigo natural a sus vecinos los ORO-BARASQUE o DORASQUES o DORACES (158), con los que siempre estaban en guerra y que debían estar estrechamente vinculados con los Changuenas y Chánguinas-caribes, si es que no eran los mismos.
El carácter de los teribes y su bravura se manifiesta en diversas ocasiones. El 1611 se rebelan los térrebes, quequexques y otros, matando cuatro españoles (159), y Diego de Sojo, Teniente del Gobernador, envió al Capitán Pedro Flórez para que fuese a investigar y hacer las detenciones de los culpables. El Capitán Flórez fue recibido con una granizada de lanzas que dejaron malheridos a cuatro españoles y siete indios de los que acompañaban al Capitán, muriendo dos caciques del grupo de indios que iban con Flórez. Este atacó sin embargo, tomando al asalto el Palenque teribe que no menciona cuál fue ni en qué parte estaba situado. De allí siguió a otros poblados teribes.
Se calculaba en 20.000 indios los que habitaban el Valle del Duy en el cual se comprendía el Río de la Estrella o Teribe, aunque en esta cifra se englobaban otras tribus diferentes, con lenguas distintas a la teribe. Por otra parte, la sangría era constante, como resultado de las continuas guerras intertribales, y esto constantemente hacía disminuir la cifra de habitantes que se veía equilibrada apenas con el número de nacimientos (160).
El Obispo de Panamá, Fray Francisco de la Cámara, en 1620, calculaba en 4.000 el número de indios que habitaban el Río de la Estrella, “que están en continua guerra los del un río con otro” (se refiere al Teribe y al Changuena), (161).
Se les reconoce como “gente que usa alguna polizía a la usanza mexicana”.
El Cabildo de Cartago menciona el año de 1648 que los palenques de Térrebe y Quequexque están habitados por tinos 600 indios y señala que ambos grupos son de la misma provincia (162).
Pero el Censo más detallado procede del año de 1697, en que Fray Francisco de San José tuvo la paciencia de ir de poblado en poblado anotando todo cuanto veía.
Estimaba el fraile que los térrebes disponían de 109 casas y 9 caciques con un total de 1.300 almas. No se incluían los de la Isla de Toja aunque en su mayoría eran térrabas o al menos hablaban esta lengua y que ascendían a 800 almas con más de 100 caciques.
Cada casa era habitada por 15 á 20 almas.
En cuanto a los Chánguenas, fueron estimados en 1.200 almas, repartidas en 42 casas y dirigidas por 14 caciques (163).
Reconoce Fray Francisco que “los térrabas son los más trabajadores y tienen más instrumentos”. Tenían un gran sentido comercial y sus tratos con algunas tribus como los Borucas del Sur de Costa Rica y Chiriquí y con los mismos mejicanos así lo demuestra.
Tenían sus buenas siembras de maíz, caña de azúcar, plátanos, cacao, pixvá, yuca, frijoles, ñames y cazaban y pescaban en toda época del año.
Es indudable que los misioneros comprendieron el valor de aquel grupo indígena y lo demuestra el hecho de que a pesar de su bravura y frecuentes rebeldías, concentraron su atención sobre ellos, y fueron térrabas los que comenzaron a trasladar al Mar del Sur para poblar la región boruca.
Pero desde el primer instante pudo observarse que mientras un grupo de Teribes era más dúctil y maleable y se plegó a la forma de vida que le dictaron los franciscanos, otro grupo, del que proceden los actuales teribes del Distrito de Changuinola, nunca quiso abandonar la tierra de sus mayores y permaneció en su habitat contra viento y marea, y todavía sigue en nuestros días aunque ya hayan aceptado ciertas ventajas que les proporciona la vida moderna, tales como vestido, lengua, alimentos, e incluso están construyendo una Escuela.
Los misioneros Fray Antonio de Andrade y Fray Pablo de Rebullida (164), informan que los Téjavas o Téxavas son la misma nación que los Térrabas. Por entonces (1705), los franciscanos habían logrado una paz o armonía temporal entre teribes y talamancas, y señalan que los teribes (del río de la Estrella e Isla de Toja, que hablan una misma lengua) serán unos 2.000.
Lo mismo señala Rafael Fajardo en 1708 (165) que dice que Térrebes e isleños de Toja son de la misma nación torraba.
Fray Antonio de Andrade y Fray Pablo de Rebullida en 1709 informan que los indios de la nación térraba “son aplicados a rezar y las criaturas son muy hábiles, pues aún de pecho hemos visto rezar (166); tienen mucha fe y no olvidan fácil lo que se les enseña como las otras naciones” (167).
Pero no es fácil cambiar a quienes han vivido por siglos a su manera y Fray Pablo de Rebullida recibiría el martirio de las manos de quienes tanto amó como recompensa a sus desvelos por ellos. No en vano escribía en una carta el año 1702: “yo me habré de salir por no tener la vida segura en estas dos naciones por el furor de los Térrabas que a todos nos tiene aterrados” (168).
Los mismos indios teribes fueron los que en un momento de exaltación quemaron 14 iglesias destrozando cuanto encontraron a su paso (169).
En 1719 todavía no habían cambiado los Teribes, y los de la Isla de Toja eran calificados por D. Diego de la Haya Fernández, Gobernador de Costa Rica como “los más belicosos de toda la América, pues no tienen correspondencia ni familiaridad con ninguna nación”.
En 1763, Fray Manuel de Urcullu divide a los indios de la región en los siguientes grupos:
Talamancas, que comprenden los cabeceras y viceitas.
Térrabas, que comprenden los de este nombre, y los toxares que habitan la Isla de Toja.
Changuerías Zeguas o mexicanos Dorasques y Guaymíes.
Y señala que “los indios de todas estas naciones son bravos y guerreros pues su más común ejercicio es andar con las flechas y las lanzas adiestrándose para sus guerras … el juego y diversión de los muchachos es disparar y tirar lanzas y así salen muy diestros en su manejo”.
Este era el indio Teribe, el antepasado del actual.
Durante nuestra visita realizada al río Teribe en 1964, hemos encontrado un grupo de indios acogedores, cordiales, amables, alegres, felices y un poco infantiles en sus reacciones, sumamente inteligentes, vivaces, despiertos, con un dominio perfecto de la lengua castellana que hablan con un acento peculiar a pesar de su aislamiento, dirigidos por un cacique o Jefe hereditario que ellos llaman EL REY, hombre de edad avanzada, al que todos respetan y aún miman. Recuerdo el detalle al parecer insignificante, cuando solicité permiso para tomar una fotografía de él, y me fue inmediatamente concedido con amplias sonrisas, pero después de hacerme esperar unos minutos durante los cuales dos de los varones de la tribu se acercaron a su REY para peinarle cuidadosamente, ya que llevaba revueltos los cabellos por el viento, acicalarle y estirarle la camisa y colocarle luego cuidadosamente la gorra de cuero con que se adornaba y cubría. Y mientras la escena se desarrollaba ante mis ojos y yo esperaba pacientemente a que terminaran la “toilette”, el REY se dejaba hacer muy complacido ante la solicitud y cuidado de sus subditos. Su nombre es Lázaro Santana.
Tienen un gran sentido musical, utilizando diversos instrumentos autóctonos, flautas, pitos, tambores, hechos por ellos mismos y algunos poseen modernas guitarras españolas con las que acompañan sus canciones, antiguas y modernas con gran habilidad.
Sus facciones son agradables, pudiendo calificarse algunos de ellos como realmente agraciados. Tipos robustos, fuertes, bien constituidos y en general bien nutridos, a pesar de las parasitosis intestinales que abultan el abdomen de los niños y hacen palidecer su semblante.
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* LOS INDIOS TERIBES DE PANAMA. 1967. Capitulo X. El Indio Teribe. Trabajo presentado al XXXVII Congreso Internacional de Americanistas, septiembre de 1966.
154 “Provanza de méritos, etc., 1563″, loc. cit. (AGÍ, Patronato, 1-3-12/3).
155 Estos fueron los nombres que los caciques de Coto y Tururaca dieron a Juan Vázquez de Coronado, que según ellos disponían de poblados o palenques de población considerable, “la mayor parte poblados en savana, de gran gente y riqueza”. (“Provanza hecha a pedimento de Juan Vázquez de Coronado acerca de sus méritos y servicios, 1563″. (AGÍ, Patronato, 1-3-12/3).
156 “Como consta y es público y notorio, los yndips naturales é vesinos de la
provincia de Tervi no han dado la obediencia a S.M. como lo an hecho todos los de su comarca, y ellos solos están rebeldes”. (“Obediencias de caciques”, loc. cit. 1564).
157 “Obediencias de caciques, 1564″, loc. cit.
158 “Carta de Alonso de Bonilla al Gob. D. Juan de Ocón y Trillo 1608″. (Arch. Nal. de C. Rica, Fernández, L.: “Col. de Doc. para la Historia de C. Rica, t. V, p. 147).
159 “Información de méritos y servicios del Cap. Pedro Flórez, 1611″. (AGÍ, 64-4-5).
160 “Proposición del Capitán Diego del Cubillo, 1617″. (AGÍ, 64-2-2). Dice así en este documento: “Las guerras civiles que ay entre los del Valle del Guaymí y los de Quequexque, Térrebe y otros, los que consumen y acaban”
161 “Carta del Obispo de Panamá, Fray Francisco de la Cámara”, loc. cit.
162 “Informe del Cabildo de Cartago, 1648″. Loc. cit.
163 “Declaración de las casas y parcialidades, etc.”, loc. cit.
164 “Informe de los misioneros Fray Antonio de Andrade, Fray Pablo de Rebullida y Fray Lucas de Rivera, Cartago, 2 de junio 1705″. (AGÍ, 65-6-28).
165 Carta de Rafael Fajardo, loc. cit.
166 Se entiende con esto que según la costumbre muy generalizada entre los indios de diversas tribus del istmo la lactancia materna duraba mucho tiempo.
167 “Informe de Fray Antonio de Andrade y Fray Pablo de Rebullida, 1709″. (AGÍ, 65-6-28).
168 “Carta de Fray Pablo de Rebullida, 1702″, (AGÍ, 65-6-28).
169 “Carta de D. Lorenzo Antonio de Granda y Balbín”, 1709. (AGÍ, 65-6-28).

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LOS COROBICIES

De esta etnia costarricense realmente sólo hay algunos datos históricos y muchas conjeturas al respecto. Al igual que muchos otros pueblos desaparecieron como por arte de magia y hoy en día cuesta mucho encontrar referencias de su existencia. Se conoce que habitaron en la provincia de Guanacaste, Costa Rica, en la margen oriental del golfo de Nicoya, estos datos se conocen por el hecho histórico que sucedió en 1522, cuando el pueblo corocibí fue visitado por el conquistador Gil González Dávila, que identificó a su rey con el nombre de Corevisí. También por la relación en el recuento que hizo el tesorero de la expedición Andrés de Cereceda, en la que anotó que en el reino de Corevisí se bautizaron 210 personas.

El territorio de los corobicí, o reino de Corevisí, se hallaba ubicado en la desembocadura del río Homónimo, hoy conocido por el nombre de Tempisque, a cuatro leguas del los dominios del monarca Sapandi o Zapandí, y a ocho del reino de Diriá, situado a orillas del río del mismo nombre que el monarca. Sin embargo, existen dudas al respecto porque, según cuentan las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés al referirse a Zapandí: "E a par de él al Noroeste está otro cacique que se llama Corobicí", si en lugar de noroeste se lee nordeste ubicaría a los corobicí en el curso superior del río Tempisque, territorio correspondiente a los afluentes del río Las Piedras, entre los cuales hay uno que recibe el nombre de Corobicí.

En el reparto del "botín", o encomiendas, que se efectuó en 1569 por el gobernador Pero Afán de Ribera y Gómez, mencionó al rey Garabito o "Cobobicí", con lo que pretendía, quizás, nombrar al monarca de los corobicíes. Una de las hipótesis más extendidas de su desaparición es que, como consecuencia de la conquista española, se retiraron a las montañas y cruzaron la Cordillera Volcánica de Guanacaste para establecerse en las llanuras del norte de Costa Rica, por lo que muchos estiman que dieron de esta manera origen al actual pueblo maleku.

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Algunos nombres indígenas de nuestros pueblos

ASERRI
En los muchos manuscritos de la época aparece también denominado como Ausarí, Aquiserrí, Aquetzarí, Accerrí y Acerrí, esto la denota dificultad al pronunciar su nombre por parte de los españoles.

BAGACES
La voz indígena bagatsi puede interpretarse como "lugar de caña de carrizo" y se refiere a la población, al cacicazgo y al nombre del cacique que vivía en este lugar al momento de la llegada de los españoles.

COTO BRUS
El nombre de Coto Brus proviene de una región indígena, un valle, un río y un cacicazgo. Couto fue el nombre del río y de su numeroso pueblo indígena. Brus o Brusí fue el nombre del valle.
A su llegada el conquistador Vazquez de Coronado, intervino para pacificar una rencilla local, al rescatar y poner libre a Dulcehé, hermana de Corrohore, el cacique de Quepo, sellando la paz los dos pueblos.

DOTA
Dóbota es vocablo indígena que puede traducirse como "cima hasta donde llegan las aves". Cantón de gran extensión territorial debido principalmente a sus muchos "quiebres y recovecos" de sus montañas.

GUANACASTE
Este lugar se llamó quauh-nacaz-tlan por sus indios nahuas y con el vaivén del idioma se fusionó como Guanacaste Este nombre pasó a identificar a toda la provincia.
Quauh árbol, nacaz oreja y tlan, lugar o sitio. Lugar o sitio del Arbol de Guanacaste cuyo fruto semeja una oreja humana

GUARCO
Guarco fue el indio rey de reyes, Señor y Cacique de Purrupura.
En tiempos de la colonia la Provincia de El Guarco abarcó los pueblos indígenas Acsarí, Xoca, Oroxi, Xaratsí, Corroscí, Coo, Oticara y Turrialba.
Una leyenda cuenta que Iztarú hija del Cacique Coo, fue sacrificada en el Volcán (hoy Volcán Irazú), para apaciguar la ira de Guarco.
El volcán estalló (terremoto precolombino) y lanzó lava e inundó en lodo las tierras de Gran Señor de Purrupura.
Ante tal sacrificio y con sus cultivos perdidos Guarco no volvió a molestarle jamás.
Con ese lodo habrían de construirse, dos siglos después, las famosas tejas tejarenas (de El Tejar) que menciona el poeta Aquileo Echeverría.

NANDANYURE
Nandayo, en lengua nahua significa Cerro Puntiagudo y, obviamente se refiere al Cerro Azul de Nandayure.
Nandayure fue también en nombre de la hija del cacique cuyo pueblo habitó este lugar.


OROTINA
Escritos de la colonia dan cuenta del Cacique Gurutina y menciona a la población con este nombre y también como Oruntina y Orotina.
El bosque orotinense ofrece presencia arqueológica que revela que existió un centro político habitacional ya desaparecido al momento de llegar los españoles.

OSA
Según descripciones del conquistador Gil González D'ávila, Osa es el nombre del cacique que habitaba esta región. Incluso se refiere también con este nombre al Golfo de Osa o Golfo D'Osa, conocido hoy como Golfo Dulce, lugar en donde se asienta Cortés, su principal población.
Su territorio se encuentra en el bosque tropical húmedo del Pacífico. En la ribera del Río Térraba viven aún grupos indígenas que conocen este río como Diquís y en la Población de Palmar Norte, ubicada en la margen derecha de este río, se asienta sobre un cementerio indígena que fuera conocido como el palmar de los indios

PARRITA
En cuanto al origen del nombre, una versión nos dice que se trata del mismo asentamiento indígena que menciona la historia y que lo sitúa en el año 1577 como Pirrís, -pueblo productor de maíz- nombre con el que aún se conoce el más importante de sus ríos.
Otra versión popular deduce, que por ser Parra apellido común en varios de los primeros colonos, bien podría ser un diminutivo. Aunque así no fuera, vale recordar esa costumbre arraigada entre los costarricenses: nombrar las cosas y hasta a las personas con diminutivos; razón por la que los centroamericanos les llamaron "ticos" y es hoy el término con que se autodenominan.

POAS
Una planta de grandes espinas llamada púas dio nombre a este lugar aunque se presume que poás bien puede ser una voz indígena, pues el macizo fue conocido como el Volcán de los Indios Botos y también (actual) Volcán Poás.

POCOCI
Los dos ríos que corren a ambos lados de la población parecen ser el origen del nombre de la ciudad de Guápiles pues se dice que son guapes -gemelos- mientras que Pococí, nombre del cantón, corresponde al nombre del cacique indígena que habitaba este lugar a la llegada de los españoles. Otros caciques que habitaron la región fueron Camaquiri y Cocorí mencionados en cartillas históricas y literatura nacional.

PURISCAL
El nombre de puriscal proviene de "purisco" la flor del frijol. Cuando florecen los frijolares se dice es "tiempo de purisca" y se observan entonces los puriscales. Esta voz proviene del quechua, purutu o poroto, nombre con que también se conoce al frijol.

SIQUIRRES
El nombre de Siquirres aparece en documentos del año 1678. Siquiris o Siquirres significa en lengua indígena "Colorado".
TALAMANCA
El nombre de este cantón se remonta a su fundación por Diego de Sojo en el año 1605. Santiago de Talamanca se ubicó en la margen derecha del Río Tarire o Río Sixaola.

TARRAZU
Tarratzu: Voces indígenas; tzu, lugar o sitio; tarra, planta o arbustos. Tarrazú deriva su nombre de lengua indígena. Y es que este cantón se extiende por el camino de los indios de las montañas Dota, Candelaria y estribaciones de la Cordillera de Talamanca.

TIBAS
Tibatsí fue el nombre con que los indígenas conocieron este lugar, al Cerro Tibás y al río afluente del Río Virilla (ni el cerro ni el río pertenecen al territorio actual del cantón).
Ti significa agua; Ba-tsí es unión de monosílabos que puede significar agradable por estar abrigado o encubierto.

TILARAN
Toda la región toma su nombre de la voz nahua "tilawa" que puede traducirse como: muchas aguas, mucha lluvia, o "muchas lluvias y aguas".
Y tal vez sea obvio decir que aquí llueve casi todo el año más, si es importante destacar que su lago Arenal es una obra de la mano del hombre.

TURRIALBA
Turrialba parece ser un vocablo indígena pero, hay ausencia de datos, por lo que no presumimos siquiera su significado.

TURRUBARES
Turruba o turbara, es nombre indígena que identifica una planta similar al zacate dulce que era común en el lugar. Este nombre españolizado (a la tica) y pluralizado nos da el nombre de turrubares: sitio con muchas turrubas.

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