15/1/08

CULTURA MALEKU

Hace siglos, Los Malekus –una rama de los chibchas– estaban divididos en 23 pueblos. Aproximadamente en los últimos 100 años la población se ha ido mermando y hoy solo quedan los palenques de El Sol, Margarita y Tonjibe, todos asentados a seis kilómetros de San Rafael de Guatuso, provincia de Alajuela. Hoy, hay unos 600 malekus distribuidos en los palenques. Sus principales necesidades son: tierras para continuar con el cultivo de plantas medicinales, el arreglo de las vías de acceso a su comunidad y la reparacion de sus puentes.
En términos generales las principales características de los guatusos son: conservan su lengua, tienen sistema de enterramientos propio, cantos, formas de preparar los alimentos y de criar a los niños, manera de llevar la carga, uso del tambor, del arco y de las flechas, asi como el empleo de hamacas y bolsas hechas de tejidos de fibras vegetales.

El territorio histórico maleku
La posible extensión el territorio indígena maleku a mediados del siglo XIX de acuerdo a la distribución de los palenques, algunos lugares sagrados y rasgos hidrográficos y topográficos tenía un área aproximada de 1,100 kilómetros cuadrados y coincidía en gran parte con el área de la cuenca del Río Frío.
En esta área se encontraban 17 palenques o pequeñas comunidades, cinco palenques a la orilla el río Pataste, dos en el río Patastillo, nueve a lo largo del río La Muerte y un palenque en las márgenes de la quebrada Ulhíjal,i que es afluente del río La Muerte. Las partes bajas de los ríos Pataste, Patastillo y La Muerte constituyeron el centro, nodo o corazón de la región cultural maleku.
Se encontraron en los antiguos palenques tumbas, restos de cerámica y especies muy viejas domesticadas: pejibaye, cacao, aguacate, jícara y pita. Cada palenque contaba con cuatro o cinco ranchos grandes, techados con hojas de palma y abiertos. La población de cada palenque rondaba entre los 90 y 120 habitantes.
Los palenques ocuparon una posición central respecto a las tierras agrícolas y los sitios de pesca, caza y recolección.
La recolección de productos del bosque par distinto uso se realizo en toda la región, no se identificaron lugares particulares.
Los maleku construían residencias temporales en los sitios de caza, pesca, alejados como en la Cordillera de Guanacaste.
Un importante sitio de pesca y caza estaba localizado en las lagunas de Caño Negro y los humedales y bosques aledaños.
Muchos de los nombres de lugares usados por los malekus están relacionados con lugares o sitios que involucran la presencia de agua, y poseen un fuerte significado y valor religioso. Poca es la importancia a los rasgos topográficos tales como montañas, colinas, cerros, pendientes, laderas. La única palabra usada para pendiente, ladera o cuesta es octequí, octec, u octench.
Las partes altas de los ríos principales: VENADO, CUCARACHA, LA MUERTE, PATASTE, FRIO, BUENAVISTA Y SAMEN, incluso sus cataratas y la laguna de CAÑO NEGRO, son considerados sagrados. La forma más común de hablar sobre un Dios es refiriéndose al lugar donde vive.

En términos de población autóctona, es el Pueblo minoritario. Como consecuencia del deterioro del medio ambiente y otros factores de carácter cultural, para los Malekus se han reducido drásticamente las posibilidades de construir sus viviendas tradicionales., asimismo de otras prácticas tradicionales relacionadas con la caza, la producción agrícola y artesanal. Respecto a las viviendas, éstas se construían con materiales naturales, de forma cuadrangular, sobre pilotes y sin paredes. En estos ranchos llamados palenques se concentraban varias familias unidas por parentesco. Este Pueblo también ha realizado importantes esfuerzos para promover la producción y mercadeo de gran variedad de artesanías en las cuales se recrean técnicas y diseños tradicionales, elaboradas con materias naturales, como el jícaro, semillas, balsa y otras.

Aunque son los forjadores de la región Huetar Norte, y llegaron muchos años antes que el hombre blanco, los indios malekus se enfrentan hoy a un desafío: su cultura está amenazada con desaparecer.
Los malekus de Guatuso saben que sus creencias, tradiciones y costumbres corren peligro, y, por eso, piden ayuda e intentan sobrevivir por medio del turismo.

Nos quitan las tierras y algunas religiones nos invaden. Cada vez somos menos, aseguró el chamán (hombre que cura), Wilson Morera Elizondo, o como le llaman en su dialecto nativo Tafa.

Actualmente, hay tres comunidades malekus: Margarita, donde hay unos 175 habitantes; la comunidad del Sol, con otros 175 pobladores; y Tonjibe (la cuna de esa cultura), donde viven unos 250 indígenas.
A criterio de los líderes de la comunidad, la llegada de algunas religiones y la venta, según ellos, extraña de sus tierras, les impiden reforzar su cultura y, más bien, la debilitan.

Nuestro proyecto es que los jóvenes no dejen que esto muera. Vamos a hacer todo lo posible para preservar lo que tenemos desde hace años. En el lado donde vivimos los indígenas, todo es bosque verde, pero del lado de los blancos solo hay construcciones y árboles en el suelo, aseguró Tafa.

Entre los problemas que enfrentan estos indígenas, destacan la falta de centros de salud cercanos, la necesidad de mejoras en las vías de comunicación y la urgencia de más ayuda para la formación de pequeñas o medianas empresas.

Si un niño se nos enferma en la noche, debemos llevarlo hasta Ciudad Quesada, si es que hay un carro disponible, aunque disponemos de nuestras medicinas naturales, comentó Tafa.

Según dijeron él y otros miembros de la comunidad, en la actualidad el turismo es la clave para sacar adelante a sus comunidades y, desde hace dos años, promueven un proyecto para impartir enseñanzas sobre su cultura y sacarle provecho económico.

Turismo Maleku
Desde hace dos años, los indígenas malekus buscan otras alternativas para sobrevivir: la agricultura ya no les sirve.

Nadie nos compra los productos, porque se nos dificulta sacarlos por los caminos. Creemos que el turismo es nuestra salvación, aseguró Wilson Morera Elizondo, chamán de la comunidad de Tonjibe.

La llegada del turismo, añadió, tiene un beneficio adicional, pues permitirá a esa etnia preservar su cultura y darla a conocer a otras personas.
En este momento, la comunidad maleku cuenta con ranchos típicos que los visitantes pueden admirar. Además, los malekus venden artesanías de gran calidad y efectúan paseos y caminatas por senderos donde los turistas pueden observar belleza escénica, conocer sobre plantas medicinales y ver tumbas indígenas.

Pueden visitarnos, pues aquí todos son bienvenidos para mejorar esta comunidad, pero no para destruirla, comentó Morera, al señalar que hacen rituales, si los turistas lo desean, para exponer algunos aspectos de sus creencias.

Al son de tambores multicolores, indígenas malekus realizan una de sus tradicionales ceremonias: Dios, Naturaleza y Hombre, en la que piden por la armonía entre el ser humano y la vida silvestre. Hablan su lengua y visten sus atuendos ancestrales. Lo particular es que no sólo lo hacen para ellos, sino para un nutrido grupo de turistas que se ha desplazado desde La Fortuna para presenciar su ceremonia.

Pocos turistas e incluso nacionales conocen que en el país existen 24 pueblos indígenas, algunos de los cuales están dispuestos a compartir su cultura y su conocimiento.
Es así como grupos de las etnias bribrí, en Talamanca; Kekoldi, en el Caribe Sur y maleku, en la zona Norte, se han abocado al turismo ecológico y cultural con el objetivo de obtener ingresos que les permitan mejorar su calidad de vida. Al mismo tiempo, le ofrecen al turista una oportunidad única de entrar en contacto con la naturaleza y con la poco conocida cultura indígena del país.
A una hora de La Fortuna y a una distancia similar del Refugio de Vida Silvestre Caño Negro, la Reserva Indígena Maleku recibe diariamente a turistas interesados en conocer la utilización de plantas con fines medicinales, así como su historia y tradiciones.
Dagoberto Elizondo es un indígena maleku que al igual que su familia está involucrado en la atención de turistas. Un área de 9 hectáreas en regeneración le sirve a Dagoberto como laboratorio natural para explicarle a los turistas el uso medicinal o comestible que la etnia indígena hace de cada planta: el hombre grande para la anemia, la presión alta y como fórmula para combatir el alcoholismo; la madera del pejibaye para elaborar arcos; la raíz de una platanilla para fabricar tintes naturales; la jamaica y el fruto del pejibaye para elaborar bebidas; la caña agria para los riñones; y el jícaro como cantimplora. El recorrido es también un repaso de la cultura maleku: de cómo el cacao es considerado sagrado, el mastate es usado como velo para las viudas y la madera de balsa es empleado como un importante material para artesanías.

Dagoberto explica con orgullo: Somos admiradores de la naturaleza, gracias a esta sobrevivimos.

El recorrido por el bosque descubre también un pequeño cementerio indígena y un petroglifo. Cerca de allí una muestra de objetos de jade, metates y esferas de piedra sirve de escenario a más inquietudes de los turistas.

TRADICIONES MALEKUS
Dentro de este grupo étnico existe una tradicion relacionada con la cacería de tortugas en las lagunas de Cano Negro. Ellos tienen el dios “Javara” que es el de las tortugas, este va a darles los alimentos y los va a proteger, el guia el bote por buen camino durante la travesía, sino cazan nada es porque Javara lo habia dispuesto asi. Esta actividad se realiza entre los meses de marzo y abril; en ella van a participar jóvenes y ancianos de ambos sexos. Esta actividad dura alrededor de quince días, llevan redes y alimentos como café, azúcar, arroz, entre otros. Salen en la madrugada y de camino van pescando y cazando tortugas, iguanas, tepezcuintles, monos colorados, tigres, principalmente. Al caer la noche hacen ranchos de hojas de palma para dormir.
De regreso algunas familias indígenas los esperan con chicha y música, lo cual hace de este viaje una verdadera fiesta. En estas actividades se comparte la carne traída con los vecinos.
Además, existen otras manifestaciones artísticas como las danzas napuratengeo y la nakikonarajari. En ellas participan tanto hombres como mujeres y se bailan de la misma manera, el acompañamiento es realizado con flautas, tambores, maracas y cánticos, existiendo un cantor, principal que lleva la tonada y el resto de los participantes van respondiendo en estribillo. Para realizar estas danzas todos se toman de las manos formando una larga fila, dan tres o cuatro pasos hacia delante, levantan un pie y las manos hacia arriba, luego retroceden a su lugar original. Asi sucesivamente se siguen dando los mismos movimientos. Las flautas que se utilizan para estas danzas son diferentes a las utilizadas en las actividades fúnebres.

En otra de las ceremonias, los indígenas malekus claman a su dios por la naturaleza y el futuro, incluye danzas, rezos y una profunda devoción. La realizan una vez cada tres meses o en fechas especiales coincide casi siempre con la luna llena y tiene lugar en horas de la tarde, pero solo participan los hombres, ni una sola mujer.

En ella, los integrantes invocan al Gran Espíritu, y le piden por sus necesidades concretas. Diez de ellos dirigieron el rito y el resto de los presentes permaneció de pie todo el tiempo, pero en ciertos instantes, todas las rodillas se doblaron con profunda solemnidad.

¿Por qué, Gran Espíritu, has permitido que cometamos tantos errores contra nuestra madre naturaleza?
Oh, Gran Espíritu, ya no se escucha el rugido del jaguar ni el silbido del halcón.
Ya no cae en nuestra cara el rocío del amanecer, ni sentimos el olor de las flores del campo. Ya no están nuestros hermanos los animales, ni nuestras hermanas las aves.
¿Por qué se fueron?
Las plantas medicinales también se han ido. ¿Por qué? ¿Por qué ya no corren las aguas por los cauces de los ríos?
Oh, Gran Espíritu, que nos has tenido en estas tierras por tantos siglos.
Por eso cantamos y danzamos en tu honor, inclinamos nuestros rostros a la tierra y alzamos la voz para que escuches nuestros ruegos.

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LOS OTROS ENTRE NOSOTROS

Msc. Rebeca Gallardo Barquero
Promoción y Divulgación de Derechos Humanos
Defensoría de los Habitantes de Costa Rica
En nuestro ambiente contemporáneo nos encontramos inmersos en una modernidad que por lo general es excluyente de su propia objetividad, se niegan a la vez rituales, mitos, simbologías y se relativiza con facilidad jerarquías y normas. Desde nuestra perspectiva occidentalizada toma la vanguardia lo aparente, lo imaginario, lo virtual, que desvaloriza los orígenes de relaciones distintas a la predominante.
Esta generalizada y compartida miopía impide valorar y aceptar formas de relación diferentes a la mía y en general es la base de la intolerancia y el irrespeto por el otro, incrementada por prácticas de etiquetamiento denigrante y discriminatorio hacia una mayoría de grupos humanos.

El ejercicio valores a determinado grupos humanos depende del contexto social e histórico en que origine y se geste. La objetivación cultural y relación establecida por ejemplo entre el color de la piel, la procedencia étnica, la edad, el género, entre otros con atributos de mayor o menor grado de aceptación o rechazo por la mayoría o grupo dominante, limita o posibilita el acceso a los beneficios de desarrollo social, económico o político, en una sociedad.

Precisamente son los pueblos indígenas en nuestro país los que mayormente han sido limitados en su acceso al desarrollo, el informe de la Defensoría de los Habitantes 2002-2003 dice: en general en cuanto a los servicios básicos muestran que el 46,5% de las viviendas dentro de territorios indígenas se abastece de agua por tubería dentro de la vivienda, pero únicamente el 29% de esa agua proviene de un acueducto; sólo el 21% tiene tanque séptico, predominando la letrina (65%), y el 38% dispone de electricidad. Estos porcentajes contrastan con los que se obtienen para las viviendas del resto del país, en las que los indicadores de agua proveniente de acueducto, tenencia de tanque séptico y electricidad superan el 90%.

Por otro lado el Informe del Estado de la Nación indica que la satisfacción de necesidades y presencia de carencias de los territorios, tan sólo el 7,6% de los indígenas no tiene ninguna carencia, al igual el 14,4% de los no indígenas. Estos porcentajes van mejorando para los indígenas conforme se alejan de los territorios; el 29,4% de los que habitan en la periferia no tiene carencias, como tampoco las tiene el 36,2% de los indígenas residentes en el resto del país. Sin embargo, estas cifras contrastan con el 60,4% de los no indígenas del resto del país sin carencias. (1)

Las poblaciones indígenas más aisladas dependen de la medicina tradicional para tratar sus enfermedades sin embargo el cambio en patrones de alimentación y conducta como el uso de alcohol han modificado los tipos de padecimientos en algunos casos su situación de salud es semejante a Costa Rica hace 50 años, en donde predominan enfermedades infecciosas, epidémicas y endémicas. Por otro lado hay una presencia de enfermedades crónicas y degenerativas semejante a la ocurrida en la población a partir de los años 60 s y por último la presencia de enfermedades de reciente aparición provocadas por manifestaciones genotípicas provocadas por el ambiente como se mencionó. (Barrantes, 1998:249).

La realidad que viven nuestros pueblos indígenas en Costa Rica, la definida brecha socio-económica que se evidencia con respecto a otros sectores sociales y las inapropiadas políticas de desarrollo elaboradas para un supuesto beneficio de esta población es lo que hace imprescindible para la Defensoría de los Habitantes priorizar la atención a estos grupos, y adelante se cita un ejemplo particular de trabajo.

Antes de ello es importante mencionar como recomendación teórica la elaborada por Max-Neef, quien es un economista que menciona la importancia de elaborar políticas de desarrollo humanistas, en donde los actores beneficiados formen parte activa de la formulación de los objetivos de esta políticas, como punto fundamental en la congruencia entre la realidad de estos pueblos u otras agrupaciones y la satisfacción de sus necesidades a partir del planteamiento de cada uno.

Necesidades y satisfactores humanos
Citando a Max-Neef (2) nos preguntamos quien determina que es calidad de vida? La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales. Surge entonces la tercera pregunta: ¿cuáles son esas necesidades fundamentales, y quién decide cuáles son? Antes de responder a esta pregunta, el autor nos dice que es necesario hacer un análisis previo.

Se ha creído, tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que cambian constantemente, que varían de una cultura a otra y que son diferentes en cada período histórico. Supone estas últimas como incorrectas, ya que son producto de un error conceptual. El típico error que se comete en los análisis acerca de las necesidades humanas es que no se explica la diferencia esencial entre las necesidades y los satisfactores de esas necesidades. Es indispensable hacer una distinción entre ambos conceptos por motivos tanto epistemológicos como metodológicos.

Tomando en cuenta la población que nos ocupa hoy, estos satisfactores no pueden definirse fuera del escenario y el grupo que las requiere, por tanto las políticas de desarrollo generadas para tal propósito deben ser consultadas, a cada grupo particular, además de que una política de desarrollo para los pueblos indígenas no puede ser general debe ser articular a cada grupo étnico beneficiado, porque sus satisfactores pueden variar de una agrupación a otra.

La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes. Las necesidades humanas deben entenderse como un sistema en el que ellas se interrelacionan e interactúan. Simultaneidades, complementariedades y compensaciones son características propias del proceso de satisfacción de las necesidades.

No existe una igualdad conceptual entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades; a la inversa, una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquiera estas relaciones son fijas. Pueden variar según el momento, el lugar y las circunstancias.

Veamos un ejemplo: cuando una madre le da el pecho a su bebé, a través de ese acto contribuye a que la criatura reciba satisfacción simultánea para sus necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto e Identidad. La situación es obviamente distinta si el bebé es alimentado de manera más mecánica. Una vez diferenciados los conceptos de necesidades y de satisfactores, es posible formular dos postulados adicionales.
Primero: las necesidades humanas fundamentales son pocas, delimitadas y clasificables.
Segundo: las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.

Cada sistema económico, social y político adopta diferentes estilos para la satisfacción de las mismas necesidades humanas fundamentales. En cada sistema éstas se satisfacen (o no) a través de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores.

Uno de los aspectos que define una cultura es su elección de satisfactores. Las necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad consumista son las mismas del que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la cantidad y calidad de los satisfactores elegidos, y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos. Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es consecuencia -entre otras cosas- de abandonar satisfactores tradicionales para reemplazarlos por otros nuevos y diferentes. Según lo anterior la responsabilidad Estatal de dar contenido jurídico y económico a uno o más satisfactores de una misma necesidad en una comunidad, como es el caso de las diversas agrupaciones etnias que conforman nuestra sociedad, requiere del consenso y la participación para determinar los enunciados.

De esta forma grupos humanos que se encuentren en un estado de pobreza como es el caso de la mayoría de los habitantes indígenas de este país, no puede limitarse esta clasificación a una situación exclusivamente economicista al encontrarse estas personas por debajo de un determinado nivel de ingreso, hay más bien pobrezas donde cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana por ejemplo y de continuando citando al autor hay una pobreza de Subsistencia (si la alimentación y el abrigo son insuficientes); hay una pobreza de Protección (debido a sistemas de salud ineficientes, a la violencia, la carrera armamentista, etc.); hay una pobreza de Afecto (debido al autoritarismo, a la opresión, las relaciones de explotación con el medio ambiente natural, etc.); hay una pobreza de Entendimiento (por la deficiente calidad de la educación); hay una pobreza de Participación (por la marginación y discriminación de las mujeres, los niños o las minorías étnicas); hay una pobreza de Identidad (cuando se imponen valores extraños a las culturas locales y regionales, o se obliga a la emigración forzada, el exilio político, etc.); y así sucesivamente.

Pero las pobrezas no son sólo pobrezas, son mucho más que eso. Cada pobreza genera patologías, toda vez que rebasa, por su intensidad o duración, ciertos límites críticos. Esta es una observación medular que conviene ilustrar Una política de desarrollo orientada a la satisfacción de las necesidades humanas (entendidas en el sentido amplio que el autor ha mencionado) trasciende la racionalidad económica convencional, porque compromete al ser humano en su totalidad. Las relaciones que se establecen -o que pueden establecerse entre las necesidades y sus satisfactores hacen posible construir una filosofía y una política de desarrollo auténticamente humanistas, para el caso de los pueblos indígenas requieren necesariamente de tomar en cuanta no solo practicas culturales particulares a cada grupo , también los actores internos legitimado para desarrollar esas practicas, por ejemplo en el caso del tema de salud, enfermedad o muerte , cabe preguntarse quienes son las personas legítimas dentro de una comunidad o agrupación étnica particular para trabajar esos temas , el éxito de cualquier política depende de si se consulta a la persona o personas correctas.

Defensoría de los Habitantes y Comunidades Ngöbes o guaymíes
En el caso de la Defensoría de los habitantes es una labor fundamental y legar la defensa de los derechos humanos y fundamentales contenidos en la normativa vigente, además de un control de legalidad del sector publico, esto nos posibilita a divulgar e incentivar nuevas formas de participación que se vena posteriormente reflejadas en políticas de desarrollo humanas e integrales al grupo que se quiere representar.

Para la Defensoría de los habitantes la defensa y la promoción de los derechos humanos y fundamentales contenidas en la normativa actual, es un mandato que nos permite desde nuestra función posibilitar y apoyar acciones de las instituciones publicas en la formulación de políticas de desarrollo a escala humana, es decir que contemplen las necesidades y por tanto la descripción de los satisfactores requeridos para construir una política de desarrollo auténticamente humanistas, que para alcanzarlo hay puesto en práctica El ejercicio de la participación.

Desde le Area de Promoción y Divulgación hemos desarrollado varios programas de capacitación, intercambio, dialogo y facilitación en comunidades indígenas, últimamente y que es meritorio mencionar se ha desarrollado un Proyecto a nivel nacional y con implicaciones binacionales con el Pueblo Ngobe, con el apoyo de las instituciones del gobierno costarricense y las del gobierno panameño.

Se define el pueblo indígena Ngobe como prioritario, partiendo de la realidad que es un grupo cultural cuyo asentamiento natural trasciende los límites de la frontera entre Costa Rica y Panamá, establecida posteriormente a su creación como grupo Estado. El propósito es evidenciar las necesidades que surgen al encontrarse viviendo en un situación de pobreza económica importante, lo que obliga a este grupo humano a movilizarse constantemente entre un país y otro, para encontrar los satisfactores en distintas actividades.

El objetivo de este trabajo que tiene un año de haber iniciado es definir acciones conjuntas de rendición de cuentas y acompañamiento sobre la problemática indígena transfronteriza, que involucre a las comunidades Ngobes, con la participación de las Oficinas de Derechos Humanos de ambos países.

Se inician actividades principalmente de coordinación e intercambio entre la Defensoría del Pueblo de Panamá y la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica, teniendo como base la definición de objetivos y tareas conjuntas dirigidas a abrir espacios de diálogo que permitan el intercambio del Pueblo Ngobe con nuevas formas de participación que no anulen las formas tradicionales de liderazgo, sus estilos de comunicación y les permita exigir a las instituciones competentes la solución de sus problemas garantizando el uso de los derechos que le son propios.

En este proceso se enmarcan los tres encuentros binacionales, contando con la presencia de ambas Defensorías y representantes de los territorios Ngobes de Costa Rica y la Comarca Ngobe-Buglé de Panamá.

El Pueblo Ngobe en Costa Rica ha contado con el acompañamiento y capacitación de la Defensoría de Costa Rica y de otras instituciones, previo a los encuentros y en forma continua hasta la fecha.

Los tres encuentros, se desarrollaron con una metodología participativa y se trabaja en los temas definidos como prioritarios por ambas representaciones indígenas en Costa Rica y Panamá. Desde el primer encuentro se acordó trabajar sobre tres aspectos básicos: salud, educación y migración.

El proceso de trabajo se definió en el primer encuentro de la manera siguiente:
Primer encuentro Golfito -Costa Rica, 2-3 noviembre del 2004:
Definición de temas prioritarios, metodologías de trabajo e identificación de distintos tema de colaboración.

Segundo encuentro Chiriquí-Panamá 2-3 de marzo 2005:
Cada representación del Pueblo Ngobe asumiría en conjunto con cada Defensoría la profundización de los temas definidos. Esta información se reúne y analiza para dar paso a un tercer encuentro de diálogo institucional.

La responsabilidad de involucrar a las instituciones estatales en ambos países encargadas de garantizar el cumplimiento de los derechos que se relacionan con los temas anteriores, recayó en ambas Defensorías.
Esta memoria da cuenta del evento que reunió instituciones, oficinas de Derechos Humanos y representación del Pueblo Ngobe.
Se realizó en las instalaciones de la Universidad Nacional, durante el 25 y 26 de mayo del 2005 en el cantón de Corredores-Costa Rica.

Se identifica por medio de actividades nacionales y binacionales con representantes de este grupo étnico tanto de Costa Rica como de Panamá y las instituciones involucradas también de ambos países tres necesidades prioritarias, salud, educación y migración.

Relacionado al tema de Educación
Las representaciones Ngöbes de ambos países definen la necesidad de acceder a la garantía y cumplimiento del acceso a una educación de calidad y respetuosa de las particularidades culturales para los y las habitantes de las comunidades Ngobes de ambos países. A partir de esta definición se trabaja sobre los satisfactores requeridos para cumplir con este derecho, cada comunidad habla sobre los problemas encontrados en cada comunidad y los requerimientos, los cuales presentan a las instancias competentes.

De los indicadores se evidencia que en Costa Rica la enseñanza primaria y secundaria son excluyentes y asimétricas para las poblaciones indígenas. Además existen barreras que deben enfrentar quienes enseñan en estas zonas como la infraestructura, el clima y la carencia de docentes disponibles no sólo porque 52% se encuentra de manera interina sino porque por lo general, al corto tiempo son trasladados a regiones urbanas. Además los y las estudiantes no cuentan con horarios alternativos que se combinen con las tareas que necesariamente deben realizar en sus casas así como en el campo, o la movilización que hacen la mayoría con sus familias por las recolectas de café..

Por su parte en la comarca Ngobe Buglé de Panamá los representantes manifiestan que no existen compromisos claros para definir y ejecutar políticas en educación que deriven en cambios tales como docentes mejor preparados, textos de educación primaria generalizada y bilingüe para mejorar los índices de escolaridad y permanencia en el sistema. El tema de educación por tanto, para la Comunidad indígena Ngobe de ambos países, es uno de los más importantes. Aunque los datos anteriores corresponden a Costa Rica sin embargo los integrantes de la comarca Ngobe Bugle reconocen que la situación es muy similar en Panamá.

Existe entonces un abandono institucional que impide la asistencia y permanencia de los niños(as) y jóvenes en el sistema de educación formal, el problema no es sólo que no se imparte bajo las condiciones particulares de su cultura sino lo que es peor hay un bajo nivel de escolaridad, producto de un sistema excluyente.

Sobre el tema de Salud
Los servicios de salud deberán planearse y administrarse en cooperación con los pueblos interesados y tener en cuenta sus condiciones económicas, geográficas, sociales y culturales, así como sus métodos de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales.

Dentro de este marco es que el concepto de salud y enfermedad toma características distintas por cada uno de los pueblos indígenas, cada pueblo utiliza elementos naturales propios según su ubicación y conocimientos. Las posibilidades de garantizar la salud adecuada al interior de sus comunidades está estrechamente relacionada con los recursos existentes, y los satisfactores involucrados es decir el acceso a la alimentación, al trabajo, al agua potable, a la vivienda. La utilización de los recursos naturales es fundamental para definir los parámetros de desarrollo de vida digna y condiciones de salud adecuadas.

Todo lo anterior implica tomar en cuenta varios aspectos para garantizar el servicio de salud a los habitantes de las comunidades indígenas Ngobes, aunque se reconoce que Costa Rica bajo el amparo de la solidaridad de la Seguridad Social posee indicadores más elevados en materia de salud esto no implica que se de en las mejores condiciones según dispuesto en el Convenio 169. En el caso de los indígenas que habitan en la Comarca panameña no cuentan con las mismas posibilidades de acceder a los servicios de salud por lo que se ven forzados a visitar los centros de salud que se encuentran cerca de la frontera en territorio costarricense con consecuencias importantes en el seguimiento de la atención de los pacientes, ya que en la mayoría de los casos se encuentran en condición irregular y no se logra sostener los resultados en materia preventiva.

Además, no se posibilita el buen manejo del control epidemiológico, en caso de enfermedades que se encuentran tratadas en Costa Rica , la constante movilidad de estas personas en busca de opciones laborales impide una adecuada ubicación en caso de requerir hacer un tratamiento prolongado.

Se le recomienda a las autoridades en Salud que brinden a los funcionarios/as la información necesaria sobre las obligaciones legales que tienen de atención a esta población, y brindar los recursos necesarios para facilitar la comprensión a estas personas.

Sobre el tema de migración
El asunto migratorio se convierte en tema transversal a cada uno de los temas tratados. Una de las realidades que convoca a las Oficinas de Derechos Humanos de ambos países a trabajar juntas, es que se parte de que las divisiones políticas han separado a un grupo humano con los mismos orígenes y en donde las relaciones de parentesco trascienden estas fronteras, Este es un tema que hay que tratar con atención porque involucra situaciones de dificultad en la relación entre las familias Ngobes asentadas en los dos países. Existe un tránsito irregular de indígenas Ngobes fundamentalmente de Panamá a Costa Rica, por tres razones: visita a familiares, búsqueda de empleo y para obtener atención en los servicios de salud prioritaria en la atención prenatal, parto y materno infantil en general.

Los costos de documentación inhiben al Pueblo Ngobe este derecho, vulnerando su acceso a la seguridad social cuando migra por razones económicas. Se analizó también la migración irregular que se da de Ngobes panameños para acudir a los servicios de salud en Costa Rica por la gratuidad del servicio, el problema se agrava por la falta de inscripción de los niños y niñas nacidos en Costa Rica pero de padres y madres panameños/as, en el país vecino, ya que muchos de ellos regresan a su país y las personas menores de edad no son inscritos en el Registro Civil de Panamá, violentando con ello el derecho a la nacionalidad.

Es por ello que nos encontramos coordinando acciones con las instituciones Estatales que tienen la responsabilidad de posibilitar en cumplimiento de estas necesidades, se requiere de una política de desarrollo humano urgente, con el concierto del Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, autoridades de Migración y representantes del Sector Salud que tomen en cuenta, las particularidades de este grupos humano , como un ejemplo para iniciar políticas así potenciar las herramientas jurídicas e institucionales con que cuenta cada uno para atender las necesidades y superar las desventajas a partir del respeto de su propia identidad.

Para concluir, es necesario que en una sociedad se reconozcan como legítimas las diferentes agrupaciones étnicas, se les de su valoración e importancia según sus particularidades, posibilitando la formulación de políticas de desarrollo acordes a los principios de universalidad, equidad e igualdad, amparadas en una normativa de especificidad que ha sido aprobada para este propósito.

Las diferencias culturales son la riqueza con la que cuenta una sociedad, donde los derechos humanos y las normas sustentadas en esta valoración se originan en el afán de posibilitar el desarrollo de los pueblos, y por la responsabilidad del Estado de garantizar el desarrollo digno de todos/as sus habitantes. Es precisamente la intolerancia y la discriminación la que impide poner en práctica los derechos humanos y fundamentales específicos, lo que expone el reto de bajar el discurso a la práctica cotidiana, en donde los/as miembros/as de la sociedad asuman y se apropien de los principios contenidos en la norma, acorde a una sociedad democrática.

El ejercicio ciudadano bajo este sistema otorga la posibilidad y la obligación de sus miembros/as de participar activamente en la expresión de las políticas que deben solventar sus necesidades reales, pero la consecuencia entre estos objetivos y la realidad se desprende de la manifestación o la voz que levanten los/as interesados/as. Lo anterior permite afirmar que el ejercicio de los derechos es una práctica social, por lo que se debe formar a los habitantes en los mecanismos efectivos de participación, para ello se debe evidenciar las sanas practicas de información, la transparencia y la buena gestión de las instituciones, consecuentemente con la posibilidad de las mismas de rendir cuentas de la ejecución de sus presupuestos y de los espacios formales con que cuentan para participar, además de propiciar espacios de dialogo en donde los y las interlocutores cuenten con capacidad negociadora de sus necesidades ante los encargados de solventar las mismas.

Tomar en cuenta la diversidad cultural, los derechos que nacen del respeto de esta diferencia, la construcción de planes de desarrollo reales y efectivos con la aceptación de todos/as los/as interesados/as posibilita superar etapas en donde sectores del gobierno interesados en limitar la independencia de los pueblos indígenas, manipularon intentos de garantizar la incorporación de convenios internacionales de Derechos Humanos previamente ratificados por el país, a la normativa nacional que los pusiera realmente en practica, por este error hemos sido merecedores de fuertes criticas internacionales.

De esta forma al comprender las relaciones tradicionales de poder que han pesado sobre los pueblos indígenas en nuestro país y han sofocando las posibilidades de éstos al desarrollo y crecimiento económico, se considera prioritario implementar políticas para enfatizarlas a mejorar la calidad de vida de estas comunidades, incorporar procesos de consulta que permitan el consenso y una aprobación de la colectividad que pretenden beneficiar, incentivando con ello no solo, el mejoramiento de los índices de salud, vivienda u otros, sino también como una forma de involucrar a estos pobladores en un ejercicio de Participación Ciudadana activa, para que en un futuro no muy lejano sean partícipes de la formulación de políticas que le son propias.

NOTAS:
(1) Los indígenas en territorios con una carencia representan un 11 % y llegan a 31 % al acumular tres carencias. Más aún, con cuatro carencias muestran el porcentaje más alto entre todas las poblaciones de interés (28%).

(2) Para información adicional, consulte la página web de Manfred Max Neef.

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MANDAMIENTOS INDIGENAS

Al igual que en otras muchas religiones, el pueblo indio poseía sus propios mandamientos, los cuales eran premisas fundamentales que regían todos los actos de su vida:
Tus mandamientos religiosos fueron escritos en tablas de piedra por el dedo flameante de un dios enfadado. Nuestra religión fue establecida por las tradiciones de nuestros ancestros, y los sueños que les fueron dados a nuestros mayores durante las horas de silencio nocturno por el Gran Espíritu y las premoniciones de los sabios escritas en el corazón de todos los hombres.
No necesitamos iglesias, porque todo lo que se discuta sobre Dios no nos interesa. Muchas cosas se pueden discutir sobre el hombre, pero nunca sobre Dios. El hombre blanco pensó regular la naturaleza y cambiarla según sus ideas.

Nunca fue comprendido por el piel roja. Nosotros creemos que el Gran Espíritu ha creado todas las cosas. No sólo la humanidad, sino también los animales, las plantas y las rocas. Todo en la tierra y entre las estrellas tiene alma verdadera y toda vida es sagrada.
Pero tú no comprendes nuestras oraciones cuando se dirigen al sol, la luna y el viento. Nos has juzgado sin comprendernos. Sólo porque nuestras oraciones son diferentes. Pero somos capaces de vivir en armonía con toda la naturaleza. Toda la naturaleza está dentro de nosotros y nosotros somos parte de la naturaleza.
Jefe Nube Blanca
1) Trata la Tierra y a todo lo que hay en ella con respeto.
2) Muestra gran respeto por tu semejante.
3) Trabaja junto para el beneficio de toda la Humanidad.
4) Da asistencia y cariño donde se necesite.
5) Haz lo que creas que está bien.
6) Mira después el bienestar del cuerpo y la mente.

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COSMOVISION Y ESPIRITUALIDAD

PONENCIA A LA II CUMBRE INDIGENA, QUITO ECUADOR
Martha Orozco Ossio del Qollasuyu - Bolivia.
Julio 22 del 2004.
La herencia de nuestros antepasados es conservarnos en el equilibrio cósmico a través del tiempo, espacio y la perduración de nuestras vidas en la existencia.
Es importante saber, sin embargo, cuanto estamos aun conservando y practicando este principio, que no es sólo decir sino demostrar en la cotidianidad y altas responsabilidades.
Hermanos, en esta oportunidad tan importante, es de dar gratitud al TAYTA INTI, la PACHAMAMA y los APUS por tan grandioso bondad de permitirnos reunirnos para recordar que aún somos merecedores de nuestra herencia milenaria.

Es por eso permítanme graficarles algunas experiencias oportunas al caso para de ese modo lograr mayor acercamiento y entendimiento entre los asistentes y servir de la mejor manera posible a los pueblos a las que pertenecemos.
Como parte de los seres vivos que habitamos esta parte de la Pachamama son las leyes naturales irreversibles las que nos determina nuestra conducta que la podemos considerar como un principio de vida; es decir nadie puedes hacer el día en el tiempo de la noche y viceversa ni con toda la tecnología que hasta hoy ha avanzado la cultura occidental, entonces de la misma manera nuestra conducta obedece a principios de la ley cósmica por que somos la síntesis del macro cosmos y cada ser tiene el reto de mantenerse en el equilibrio hacia la perduración en el tiempo y espacio, sin temor a la muerte que sólo es un cambio.
Así mismo el sentido de conservación de vida y la perduración de la especie es uno de los ejemplos en el momento de esta vida con principios básicos que bien han hecho los sabios en plantear del NO ROBAR, NO MENTI NO SER FLOJOS, en el viaje de aspiración de perduración ascendente.
Ante todo esto, surge la pregunta, ¿hay lugar a la desobediencia?, la respuesta se tiene que buscar al interior de uno mismo, si tiene voluntad de existir en vida, sino, caer en el desequilibrio perdiendo los valores y principios de vida, los faltos de voluntad como indiferentes forman parte del mismo y son materia prima de los dioses de lo ajeno donde existe el desorden y la degradación de vida; robar, mentir, matar, someter, es la conjugación violenta de la destrucción.
Y donde nos ubicamos los indígenas’, Cual es el camino que estamos siguiendo?, aún tenemos qué ofrecer a nuestros progenitores?, ¿Cuáles principios practicadas nos fortalece y nos dignifica como persona y como pueblo?
Vestir, hablar diferente y quejarnos del pasado será todo lo que podemos hacer? qué futuro nos repara?
Si nuestros antepasados lucharon hasta el agotamiento para que sus hijos hablaran y escribieran el idioma de ellos … para algún día hacerles entender nuestros principios y construir una vida mejor, qué hay de eso, sin embargo nos mostramos postrados ante las debilidades del momento y dejamos llevar a nuestras familias con las fuerzas desequilibradas que atrapan hasta dejarlos en la miseria y el hambre.
Se ha olvidado las prácticas sagradas o se las ha negociado por otras, será el fin ya? Es hora para despertar y construir un nuevo modo de vida.
El principio del PACHAKUTI tiene valores que retomar y practicar, por ahora las planteo las siguientes:
1. PILAR ESPIRITUAL; Es considerar las practicas de las leyes cósmicas que llega a ser el cimiento de la construcción de nuestras vidas sea como persona o como pueblo construyendo el vivir con sabiduría retomando en algunos casos el respeto a los APUS, ABUELOS, a los GUARDIANES: DE LAS AGUAS, DEL FUEGO, DE LOS BUENOS VIENTOS MENSAJEROS, DE LAS PLANTAS Y ANIMALES.
Que lo sagrado no quiera decir lo mismo que prohibido sino que sea como el agua del manantial y como la luz del día y como la energía del TAYATA INTI y como el seno de la PACHAMAMA.
2. PILAR SOCIAL; Es la interacción del conjunto de valores que se acumulan en el pilar uno que facilita construir sociedades que sean capaces de perdurar en el tiempo y espacio. Practicar la sabiduría de la conservación de la salud, nutrición, vivienda, enseñanzas y otras actividades que dan el bienestar a la comunidad entera.
3. PILAR ECONOMICO; Con plena conciencia de la constitución física y los pilares anteriores somos la síntesis de la PACHAMAMA y el TAYTA INTI, por eso mismo debemos ser respetuosos en el manejo de la producción, considerando el equilibrio Socio-Económico, por ejemplo alimentarnos y vestir con lo que tenemos en nuestro entorno, manejo de tecnologías con sabiduría cósmica y evitar caer en los errores del actual sistema.
4. PILAR POLITICO; Es la suma de los pilares anteriores, en tendiendo que los seres humanos nos desarrollamos en grupos, por eso mismo toda acción y conducta tiene reglas de principio de ley cósmica donde todo cargo creado tiene su lugar y tiempo rotativo y circular como el sistema solar, lo mismo que los elegidos ocupan el cargo por única vez y con esmero, así mismo la conciencia de cambio debe iniciarse por la partícula para luego eradiar en la materia como el individuo hacia la sociedad y construir pueblos equilibrados que perduren en tiempo y espacio.
Con estos principios fundamentales retomaremos la sabiduría de la vida y guiar mejor a nuestra familia, nuestros pueblos, cuidar a nuestra PACHAMAMA y así, considerarnos hijos del TAYTA INTI.
¡KAUSACHUN PUEBLOS INDIGENAS DE AMERICA!
¡ JALLALLA II CUMBRE DE INDIGENAS DE AMERICA ¡

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DERECHOS CÓSMICOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Propuesta presentada en las sesiones que trata la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas del Mundo en las Naciones Unidas - Ginebra - Suiza.

La historia de la cultura occidental hasta nuestros días se ha movido entre alguna de estas cuatro perspectivas: geocentrismo, homocentrismo, etnocentrismo o individualismo. Añádase a esto que el pensamiento occidental siempre ha planteado al hombre en lucha contra la naturaleza, y de diversos modos, al hombre en lucha con otros hombres. De esto ha resultado inevitablemente un deterioro en las relaciones humanas y en las relaciones del hombre con las demás especies. Como consecuencia y ejemplo de lo anterior tenemos la devastación irracional de la Naturaleza, llegándose al extremo del exterminio de especies y a una contaminación, provocando ellos un desequilibrio de la armonía cósmica que tiene condenados a los componentes de la Madre Naturaleza (incluyendo al hombre) a una muerte lenta, pero segura.

En lo social ha significado distintos tipos de injusticia, todas igualmente brutales y humillantes: explotación, miseria, hambruna, guerras, etc. Esto durante siglos.
Las reacciones han sido una consecuencia lógica, y es así como en l789 estalla la Revolución Francesa en contra de los abusos de que eran objeto las clases inferiores por parte de una nobleza feudal, decadente y estéril. Esta acción se ve coronada en parte por una proclama que llegaría a tener honda repercusión en toda la Tierra, aún hasta nuestros días, los DERECHOS DEL HOMBRE.
Si bien entendemos que este manifiesto fue producto de una exigencia histórica de justicia y que marca su hito clave dentro de la historia de la Humanidad, somos claros en afirmar que sigue enmarcándose en una perspectiva homocéntrica que privilegia al hombre en desmedro de todo lo demás que lo circunda.
En contraposición a esta postura, sostenemos nuestra FILOSOFIA COSMICA en el SISTEMA INDÍGENA MILENARIO DE ESTRUCTURA PROPIA en lo IDEOLÓGICO, FILOSÓFICO Y ESPIRITUAL (COSMOGÓNICO). Permanecemos fieles a la cosmovisión en armonía integradora del universo (Pacha –Tiempo y Espacio) allí está el origen de todo, todo lo que existe es parte o proviene de ella, también el hombre. La guerra no existe en la naturaleza, no es fruto natural, es invento del hombre divorciado de la tierra, hoy se mide a la civilización y al desarrollo de un Pueblo por su capacidad y técnica de destrucción. Las armas solo miden barbarie. Por lo tanto, nuestra actitud existencial como indígenas (indígena significa originario del lugar) no es de lucha contra algo hostil que debemos dominar para nuestro beneficio como sostiene occidente, sino una actitud de armonía y respeto hacia quien nos permite vivir y desarrollarnos hermanados con todos sus demás integrantes cósmicos, los astros, los animales, las plantas, los árboles, las rocas, los ríos, los mares, el viento, el rayo, el fuego y así todos los que viven dentro del Universo.
En todo lo que existe está la Fuerza Vital y por eso el hombre en nuestra FILOSOFÍA CÓSMICA (diferente de la filosofía capitalista y marxista), generada por los Pueblos Indígenas que orientada por los mismos es de carácter universal, en consecuencia cualquier habitante del planeta tierra puede adoptarla, debe respeto a todo el universo, porque el equilibrio y la armonía se logran reconociéndonos como hijos y hermanos de todo lo demás.
Es por todo esto que frente a los DERECHOS HUMANOS que proclama occidente nosotros proclamamos los DERECHOS CÓSMICOS como expresión de la profunda convicción de nuestra filosofía, el hombre no es el centro sino uno más dentro del perfecto equilibrio armónico del Universo. Es, así que si bien el hombre tiene derechos consuetudinarios y primigenios, también poseen estos derechos los demás integrantes del cosmos, el aire y las aguas a no ser contaminados, los peces, pájaros y demás animales a no ser extinguidos, los bosques a no ser arrasados, porque en último término, toda herida que hagamos a la tierra y a cualquiera de nuestros hermanos naturales tarde o temprano la sufrirá el hombre y hoy, gracias a la pequeñez de las criaturas de occidente, la Madre Naturaleza se desangra y el hombre solo no puede vivir.
A todos los hermanos que participen de esta visión de nuestra FILOSOFÍA CÓSMICA, pedimos realizar acciones de promoción y defensa de los DERECHOS CÓSMICOS que es afirmar nuestra identidad y los derechos de los Pueblos Indígenas todos los días y con toda la energía del Sol, y a los hombres que no la comparten les proponemos repensar su lugar dentro del Universo para que descubran la fuerza vital, energética, que existe en toda la Naturaleza Cósmica porque formamos parte de ella inevitablemente.
Por último, hacemos un llamado a todos los hermanos, sin distinción, a discutir, analizar y profundizar esta propuesta que buscamos conozca toda la Humanidad del Planeta Tierra como integrante del Universo a través del Movimiento Indígena de Estructura Propia logrando su construcción como aporte de alternativa de vida diferente en la realidad contemporánea de los pueblos, frente al imperio de la irracionalidad que sostiene el Sistema de Occidente.
INTEGRANTES EN EL CONTINENTE
Parlamento Qullana Aymara PAQA (Bolivia)
Comunidad Kolla Los Airampos CKOA (Argentina)
Comunidad Kolla José C. Paz (Arg.)
Comunidad Kolla ¿Cinco siglos de Qué? (Arg.)
Comunidad Kolla de Hurlingham (Arg.)
Comunidad Indígena de Trenque Lauquen (Arg.)
Comunidad Indígena Tilkara Wilkiphujo COINTI (Arg.)
Huasamayo Warmi Tilcara-Jujuy (Arg.)
Comunidad Wilkanina – Jujuy (Argentina)
Comisión Interamericana de Juristas
Indígenas Salta – CIJIS (Argentina)
Comunidad Salazaka – Chinchaysuyo (Ecuador)

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UN NUEVO NOMBRE PARA EL CONTINENTE AMERICANO

Es fácil entender que muchos de los que nacimos en este territorio bautizado por los colonizadores como América, somos de ascendencia europea, pero tal irreversible hecho, no nos impide luchar por la verdadera identidad de nuestro continente y recuperar entre otras cosas su verdadero nombre original con el que los indígenas acordaron llamarlo antes de la llegada de Colon: ABYA-YALA

Según el Centro Cultural ABYA-YALA con sede en Quito, Ecuador, este es el término con que los Cuna (Panamá) denominan al continente americano en su totalidad. La elección de este nombre (que significa TIERRA EN PLENA MADUREZ) fue sugerida por el líder aymara Takir Mamani, quien propone que todos los indígenas lo utilicen en sus documentos y declaraciones orales.
Resulta indignante ver como los planes educativos en la gran mayoría de nuestros países siguen alineados con la colonización, inculcándole a los niños el 12 de octubre como la fecha de descubrimiento dejando a Colon como un iluminado; siguen sin enseñar por lo menos una lengua nativa original (salvo excepciones como en Paraguay) lo que confirma el intento de exclusión y marginación de la raza original del continente al que siguen llamando América y no Abya-Yala en sus libros de primaria.
Debemos exigir que se deje de contar la historia de América para contar, enseñar y estudiar la historia de Abya-Yala…muchas cosas cambiarían, muchas verdades no se podrían ocultar y muchos de los actos genocidas hasta ahora encubiertos por los libros de historia, quedarían en incuestionable evidencia y los nombres de los colonizadores engrosarían la tristemente larga lista de ladrones y asesinos de nuestros pueblos.
Podría ser un primer gran paso de recuperación de identidad que bien podría seguir con el reclamo de lo saqueado, la liberación de las fronteras y la unidad continental desde la base misma originaria.
Abya-Yala es una sola, sin puntos cardinales que subliminalmente no solo dividen sino que mal ordenan esto arriba y esto abajo…
Abya-Yala...Tierra en plena madurez…que buen momento histórico para llamar así a nuestro continente…
Cabe recordar que el nombre de América fue sugerido en 1507 por el geógrafo Martín Waldseemüller en homenaje al cartógrafo italiano Américo Vespucio, quien aceptó, y así, de un plumazo, le arrebato al pobre de Colon (que murió convencido que había llegado a la India por el otro lado) la inmensa gloria de que el nuevo mundo llevara su nombre.
Este florentino Américo, además de ser navegante y cartógrafo, fue secretario del embajador de Florencia y estuvo al servicio de los Medici en el ramo del Comercio…
Y así, si los gringos quieren: ¡Que sigan llamando americanos!

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EL BAILE DEL SORBON

El Sorbón es la danza ritual que sintetiza y revive la génesis del mundo. En la creación del cosmos, así como en la construcción de la casa de Sibö (Surayúm, casa cósmica de la que U-suré es reflejo), se realiza una fiesta: una inmensa chichada (fiesta en torno a la chicha, licor tradicional hecho de maíz fermentado).
Durante esta fiesta, Sibö crea la tierra, los seres humanos, y el día (el sol se eleva por primera vez cuando termina la chichada). Este acto constituye la inauguración de la casa de Sibö.

El Sorbón también es la conmemoración de la creación de la tierra, cuya formación mítica se realiza a partir de una niña (o niño) que muere bajo los pies de los danzantes. Al morir la niña tierra, la naturaleza vivió, creciendo sobre los restos del cadáver.

El ESTRENO DE LA CASA COSMICA trae consigo una muerte (la niña tierra) - así como la muerte de la semilla dentro de ella - que permite que la PLANTA HUMANA (origen de los Talamancas) germine y viva de la misma forma en que sucede con los campos.

Esta gran fiesta de inauguración dió la pauta para que la SEMILLA HUMANA - los Bribris y Cabécares - continúen realizando este acto como ritual doméstico, asegurando la fecundidad agraria así como también la fecundidad humana.

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UNA CONSULTA AL PUEBLO BRIBRI

Con el deseo de lograr una arqueología integral y alternativa, decidimos acercarnos a los pueblos indígenas del sureste de Costa Rica. Al hacerlo, perseguimos esos dos objetivos integrales del trabajo que puede hacer el arqueólogo y, con la participación de esos pueblos iniciar los trabajos en el territorio indígena de la zona. Buscamos, tal y como lo estableció el capítulo internacional de UNICOI, al cual pertenecemos y dentro del cual hemos ayudado a definir políticas, lo siguiente:
"Respetar y reconocer totalmente los valores, leyes, conocimientos, experiencia y expectativas de los pueblos indígenas, así como de otros grupos étnicos y minoritarios. Para cumplir con este principio se deben realizar y asegurar las consultas apropiadas y la participación igualitaria en la toma de decisiones a los pueblos indígenas y a otros grupos étnicos y minoritarios" (UNICOI Charter 1993).

De igual manera que nosotros, en el Capítulo UNICOI, los organismos internacionales reconocen y promueven este derecho de los pueblos indígenas. En la agenda 21, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se establece un capítulo 26 sobre el "Reconocimiento y el fortalecimiento del papel de los pueblos indígenas y sus comunidades", en el artículo 26.6, inciso a) se dice:
"Desarrollar y fortalecer acuerdos nacionales para consultar con los pueblos indígenas y sus comunidades, con la idea de reflejar sus necesidades e incorporar sus valores, conocimiento tradicional y otras prácticas en programas y políticas nacionales en el campo de la administración y conservación de recursos naturales y otros programas de desarrollo que los afecten" (Nuestra traducción).

Para realizar la consulta, a los pueblos indígenas del sureste de Costa Rica, nos pareció imprescindible que las comunidades involucradas supieran qué es la arqueología, qué es un arqueólogo y qué implicaciones tiene la investigación arqueológica. Para ello elaboramos un folleto, con la información requerida. Para elaborarlo, contamos con la colaboración de aquellas personas que consideramos necesarias para llegar a los pueblos indígenas. Solicitamos el apoyo de una persona conocedora de los indígenas,, que fuera bien aceptada por ellos y que no fuera del gremio de la antropología, para que nuestro trabajo se mantuviera en terreno neutral. Conseguimos este apoyo en la figura de la señora Beatriz Shulthess, "indígena argentina" y coordinadora de pueblos indígenas y mujeres del consejo de la Tierra, organismo creado después de la reunión de las Naciones Unidas en Río de Janeiro, Brasil (1992). La señora Shulthess es, además, miembro al igual que yo, del Capítulo UNICOI, Comisión Internacional sobre Arqueología y Medio Ambiente, nombrado en Puerto Rico en 1992 para darle seguimiento a los acuerdos referentes a la administración de los programas internacionales concernientes a los recursos heredados (biológicos y culturales).

Con la revisión de Doña Beatriz se elaboró un documento que presentara, de manera sencilla y comprensible o armónica con los pueblos indígenas, la arqueología.
Con ayuda del Departamento de Lingüística de la Universidad de Costa Rica, concretamente del Dr. Adolfo Constenla Umaña y de José Feliciano Elizondo, se tradujo al Bribri un resumen detallado del documento, con el deseo de lograr la mayor aceptación y comprensión del mismo.

De la zona indígena de Talamanca, nuestro proyecto incluía dos de las tres zonas en que se divide: el Valle de Talamanca al noreste y sureste del río Telire-Sixaola y la zona de Cocles o Keköldi en las cercanías del litoral.

En diferentes giras visitamos las siguientes comunidades: en el Valle de Talamanca: Amubre, Suretka, Cachabre, Shiroles, Bratsi y Keköldi en el litoral. Las visitas consistieron en la entrega del documento y su explicación a diferentes líderes comunitarios, a quienes, a su vez, les pedimos que repartieran el folleto entre su gente.
En consulta con el sociólogo Asdrúbal Alvarado, Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica, diseñamos una estrategia de entrevista que nos permitiera la consulta a las comunidades indígenas que visitamos. Se concluyó que lo mejor sería trabajar con entrevista abierta, la que giraría alrededor de los temas de nuestro interés, a saber:

¿Qué percepción se tiene de la arqueología y del arqueólogo?

¿Qué les parecería la realización de investigación arqueológica en sus territorios: qué intereses tendrían, qué limitaciones pondrían, qué valores deben ser cuidados, de manera que no se transgredan a la hora de practicar la investigación arqueológica?

¿Tiene importancia, para las comunidades indígenas, la práctica de la arqueología?

¿Qué concepción general del pasado se tiene? y, en particular ¿Qué concepción se posee de los restos culturales materiales dejados por la sociedad que los antecedieron?

La consulta de estos temas, de manera abierta se concluiría cuando la entrevista se considerara "saturada", es decir, que las respuestas empezaran a repetir sobre los mismos puntos.

En total se entrevistaron 11 personas, de diferentes posiciones y funciones en las comunidades. Las respuestas a las preguntas fueron muy similares y repetitivas, tanto en su contenido formal como en el actitudinal. Salvo en el caso de uno de los entrevistados que tienen la función de awa o chaman, en cuyo caso la información se enriqueció con el conocimiento de la tradición oral, sus respuestas estuvieron marcadas por ese conocimiento y han sido, para nosotros, de gran importancia.

Al mismo tiempo, entrevistamos o consultamos sobre el mismo tema a diversos profesionales que conocen la región y los pueblos indígenas: dos lingüistas, un sacerdote y un geógrafo cultural, y, por supuesto, a nuestra colaboradora y contacto con las comunidades indígenas.

Estábamos dispuestos a continuar con nuestras giras y entrevistas, esperando que se nos concluyera con un sí o un no explícitos, a nuestro interés de iniciar trabajos arqueológicos con los pueblos indígenas. Sin embargo, se nos informó que las comunidades se sentían presionadas, por nuestra presencia, el tema y la reiteración de nuestras entrevistas. Esto se nos confirmó, cuando la Directora General de Cultura, Lic. Eugenia Chaverri, nos informara que las comunidades indígenas la habían consultado, muy preocupados por nuestra presencia e intereses. Así las cosas, decidimos no continuar "presionando", y trabajar con la información recopilada hasta el momento.

Durante el proceso tuvimos la oportunidad de conocer quienes y a quién deberíamos solicitar el permiso formal para realizar los trabajos con apoyo comunitario, de hecho, en todas las entrevistas se nos dejó claro que cualquier decisión final debería venir de las asociaciones o grupos de desarrollo. En nuestro caso, esto involucraba a dos agrupaciones, para la zona del litoral: Kèköldiwac y en la llamada Talamanca Bribri: la Asociación de Desarrollo de Talamanca. Aunque no tan directamente como estas dos asociaciones, el Consejo Awapa, juega un papel importante en solicitudes como la que nosotros presentamos.

Para formalizar la consulta, elaboramos una carta en la que, formalmente, proponíamos realizar investigaciones arqueológicas con los pueblos indígenas. Para tipificar el trabajo conjunto, señalamos en la nota los siguientes puntos:
a) El trabajo sólo se haría en aquellos lugares donde se contara con autorización de las comunidades.
b) Se contratarían indígenas como asistentes y apoyo en los trabajos.
c) Se promovería un convenio entre las Asociaciones de Desarrollo de las comunidades indígenas y la Universidad de Costa Rica. El convenio tomaría en cuenta los intereses de las comunidades indígenas y los de los arqueólogos de la Universidad de Costa Rica, deberían siempre subsumirse a los de las comunidades indígenas.

De lo anterior, se desprende claramente nuestra disposición de consultar e involucrar a los pueblos indígenas de la Talamanca Bribri, en la investigación arqueológica de su territorio. Anteponiendo a todo, lo que interpretamos como un principio ético fundamental: respetar en todo la posición de los bribris ante su herencia cultural. Dispuestos a aceptar lo que señala Zimmerman (1995: 66).
"Consultar e involucrar a no arqueólogos pone al menos parte del control de la investigación en otras manos que no son las nuestras" (Traducción nuestra).
Tal y como sucede en el caso de los indígenas, esperaríamos que la arqueología para ellos sea un instrumento y, no, un fin en sí misma. Los arqueólogos, en este caso, son primero que todo, consejeros (Watkins et al 1995:35; Zimmerman 1995:66).

Para los que defendemos, ante todo, la función social de la arqueología, esta situación no sería difícil de aceptar, sino parte esencial de la disciplina.

Es importante recordar que el conocimiento de la historia es siempre, tal y como dicen Vargas y Sanoja (1992: 26), "usado en el presente". A pesar de la realidad objetiva de la historia, es decir, el conocimiento objetivo del pasado, ésta será reflexionada desde el presente, formándose así una conciencia histórica y permitiendo una toma de posición "por parte de los actores actuales". Posición que, como es lógico, se hará en "función de la situación contemporánea".

Todo grupo social, tiene mayor o menor posibilidad real de acceder a la propiedad de su herencia histórica, de su legado, de su herencia cultural, su patrimonio y sus bienes culturales. Sin embargo, son los grupos que ejercen el poder los que se "apropian" de la conciencia histórica de su país, lo que generalmente significa la subordinación de los otros grupos sociales, y, por otro lado, el cargamento de conciencias históricas alternativas, pues, cuando los grupos tienen una separación, por su mismo pasado, del resto de la sociedad nacional su conciencia y su necesidad de la historia no se subsume, para los efectos de ellos mismos, en la conciencia histórica oficial. Otros grupos, aunque políticamente dominados y culturalmente diezmados, siguen necesitando para su sobrevivencia de su propia conciencia histórica.

Con una visión de la historia, con una interpretación del pasado desde el presente y para el logro de intereses propios, los diferentes grupos confrontan sus visiones. Un ejemplo de esto lo encontramos en las palabras de Tso (asesor de los Navajos) ante la segunda Conferencia del Nuevo Mundo sobre Arqueología de Rescate:
"... Históricamente, la mayoría de los Navajo pertenecen al grupo llamado tradicionalista, el cual apoya la creencia de que existieron antes de que los primeros grupos europeos de ojos azules llegaron al oeste en sus carretas cubiertas... Como señalé anteriormente, los Navajo pasamos cuando menos 120 años de nuestras vidas reclamando la tierra a los vaqueros, mineros y otros intereses de la sociedad. Hemos trazado una línea que llamamos límite de la Reservación. Porque nos ha tomado 120 años reclamar esta tierra, no tenemos ninguna intención de abrir sus puertas en nombre de la arqueología, ni a fin de que la gran sociedad del mundo tenga una idea más clara de cuándo llegó el hombre ni cómo vivió anteriormente. Nosotros consideramos que las excavaciones arqueológicas quizá ponen en libertad a nuestros enemigos, enemigos que podrían ser espirituales, enemigos que podrían ser físicos en forma de turistas, enemigos llamados reglamentación y gobierno, enemigos que, en nombre de la explotación minera, podrían llegar cuando los límites de la reservación se liberalicen o desaparezcan (Tso 1990: 77,78).

Hemos querido transcribir las palabras de Tso, pues, nos parecen válidas no solo para el pueblo navajo, sino también para todos los pueblos indígenas americanos que se niegan a abrir la puerta a la arqueología, una disciplina que tiene más que decir "a la gran sociedad del mundo" que a la de ellos. Detrás de la historia de esa sociedad, se encuentra una conciencia y unos intereses distintos a los de los indígenas americanos, los que también tienen derecho a entrar, al abrir esa puerta.

Así las cosas, sólo con una arqueología, como la que proponemos, capaz de aceptar un cambio fundamental, capaz de otorgar control, de lo que se hace en arqueología, a otros grupos sociales que se beneficiarían de rescatar su legado histórico, podría lograrse que las puertas de los pueblos indígenas se abran sin resquemores, como ha sido el caso para las investigaciones que realiza la Oficina de Reservación Cultural de los Hopi (Watkins et al 1995: 35). En la que trabajan tanto investigadores Hopi como no Hopi.

Antes de continuar con el análisis de los resultados de nuestras consultas en la Talamanca Bribrí, merece que comentemos el concepto de rescate del que ya hablamos antes. Este concepto para nosotros debe significar, en el caso de la herencia histórica, "aquella acción que permite el conocimiento de la historia real, de los diversos niveles de cotidianidad que caracterizan la vida de la gente común, como opuesta a la sola historia de lo extraordinario y de las individualidades" (Vargas y Sanoja 1992: 33). Es, en resumen, la historia objetiva, la historia de todos los intereses, y, por lo tanto, la historia de todos.
Sin embargo, hasta ahora, esto no ha sido así, la historia ha sido usada para beneficio de unos y para justificar la subordinación de otros.

Como señalamos antes, al igual que en el caso de los Navajo, los indígenas de la Talamanca Bribrí han sentido y comprendido esto; en su discurso lo hemos entendido así. A continuación presentamos los resultados de nuestra consulta en esa región. Nos ha parecido importante no mencionar los nombres, ni las identidades de las personas entrevistadas. Hemos ideado un medio para lograrlo, puesto que se trata de un "discurso", concordante con su realidad, presentaremos el pensamiento de todos en uno solo; es decir, la unión de todas las respuestas, a veces coincidentes y repetitivas, en otros casos complementarias. Trataremos de lograr así un gran discurso, el de un pueblo entero. Escribiremos en tono de respuesta, respetando su discurso y dejando, mientras sea necesario, nuestro modo académico.

Nuestro único y al mismo tiempo múltiple personaje, es un hombre de edad media, silencioso y pensativo, nos recibe a la sombra de su casa tradicional, la que, al juzgar por los materiales, no deja de incorporar la influencia de la sociedad nacional en que se inserta. Es un hombre curtido por la experiencia, como si muchas edades, muchos oficios y responsabilidades se agolparan en su interior. No es ni alto ni bajo, su tez morena y sus manos fuertes nos saludan, al permitirnos, con algo de escepticismo y frustración adelantada, entrevistarnos con él.

Sabemos que habla castellano, pero lo primero que hace, al esperar nosotros la primera respuesta, es decirnos, de manera amable pero segura, que no hablará ni escuchará sino es en su idioma. Idioma que nos separa al obligarnos a dialogar por intermedio de un traductor. Idioma que nos acerca, porque, al exigir el derecho a su comunicación, nos hacemos iguales, pues, ninguno se ve obligado a perder su identidad por el otro. Idioma que, al mirar por la ventana, cercana a nosotros, se confunde con la fuerza evocativa de la casa tradicional talamanqueña, la que podemos observar al tratar de localizar al pájaro responsable de los hermosos trinos que escuchamos afuera. La estructura cónica nos recuerda su carácter cósmico, su carácter de morada divina, donde el hombre es capaz de ascender a los cielos y descender al inframundo, donde el tiempo y el espacio se encuentran, al repetirse las enseñanzas del origen, del principio y del fin de las cosas.

El sonido de las palabras en Bribrí nos recuerda donde estamos, al mismo tiempo que éstas se suceden, nuestro compañero nos traduce:
"¿La historia que ustedes quieren reconstruir, es acaso la nuestra? ¿No persiguen ustedes sus propios intereses? A mi me parece difícil responderles, porque, aunque yo estuviera de acuerdo, tal vez otros o la mayoría del pueblo no lo esté. Aunque tengo mi propia forma de pensar, en nuestra cultura estamos organizados en asociaciones. Para poder responderles tenemos que reunirnos, tenemos que consultar lo que ustedes desean. Una vez que nosotros lo conozcamos, podremos darles un sí o un no. Este sería el inicio para llegar a un acuerdo. Sin embargo, yo le quiero decir la verdad, tenemos que poner mucho cuidado en solicitudes como las que ustedes hacen. Muchas veces, se lo digo con toda sinceridad, los verdaderos intereses se nos ocultan. Ha venido gente, que nos ha pedido permiso para ver unas plantas, pero lo que menos les importa son las plantas. En realidad, vienen a ver qué recursos nos encuentran, qué más nos pueden quitar y yo me pregunto: ¿Es que acaso no nos han quitado, siglo a siglo, lo suficiente?".

Todo lo anterior lo debemos tener muy presente y, por eso, tenemos que ser muy cuidadosos y celosos de nuestras cosas. Incluso nuestra cultura ha sido utilizada por personas foráneas, por eso, cuando nos piden información nos negamos, mantenemos nuestras reservas, hasta que no tengamos claras las intenciones.

Es la primera vez que a nuestra comunidad vienen personas con la mentalidad de ustedes. En nosotros ha surgido la desconfianza, porque hemos sido muy explotados y engañados. Cuando nos damos cuenta, ya todo ha sido decidido en San José, y resulta que nunca han llegado a las comunidades indígenas a solicitar permiso o a comunicarse con la Asociación, o con un grupo de trabajo, cuando vienen ya traen un documento que da órdenes. Por eso es que nos encuentra así, a la defensiva. Ahora nuestra idea es, nuestra política es, que nosotros demos la pauta, que nosotros tomemos las decisiones, y, digamos como nos gusta. Pero, en realidad, a nosotros nos viene todo hecho, y eso no lo podemos aceptar.

Para contestarles a ustedes, tenemos que reunirnos todos, para tomar un acuerdo. No quiero que mi pueblo me acuse de no consultar, de andar diciendo, de venderlos. Por eso es mejor hablar con todos y tomar un acuerdo. Hay diferentes grupos y asociaciones, todas tienen contacto entre sí, primero está la que consideramos nuestro "gobierno local" y después las otras, todas son importantes. Para nosotros, lo que se haga debe beneficiar a la comunidad, no tenemos interés en lo que no beneficie. Entre nosotros hay quienes conocemos de verdad. Antes, cuando ocurrió lo que ya pasó, lo que ya no podremos vivir, era muy distinto; habían caciques, pero, después del último que murió, nunca más hubo otro cacique y todo ha ido cambiando, incluso algunas personas no saben hablar bribri aunque son nativos de aquí. La juventud de hoy día, no conoce lo que los anteriores usaban. Pero los mayores, los que conocemos, lo contamos muchas veces, varias veces para que se entienda como fue. Nosotros los indígenas ¿cómo vamos a dejar nuestra historia, la historia pura de nosotros?. Debemos saber y respetar lo que en al principio dejó el Señor. Si nosotros lo olvidamos, no nos quedará nada, dejaremos perdida nuestra cultura. Nuestra cultura antes era diferente, más dura, más fuerte, se tenían que observar muchos requisitos.

Nadie, hasta el momento, puede decir con certeza cuántos años tenemos los bribrís de vivir aquí. Nosotros tenemos un proyecto para construir una casa, un Centro Cultural Histórico, que venga a renovar el valor de nuestra cultura indígena. Sabemos que tenemos nuestra historia, que nuestro pasado es importante; sin embargo, a pesar de que nuestros padres nos hablaron bastante de nuestros antepasados, nuestros abuelos, desconocemos los detalles de la historia de Talamanca. Cuando uno conoce algo de esa historia se siente orgulloso de su raza cuando se desconoce (lo que le pasa a la mayoría) es doloroso ver que los indígenas no quieren pertenecer a su grupo racial. Les han hecho sentirse vacíos, pues no les han dejado nada, o, muy poco.

Pero, deben ustedes saber que nosotros no consideramos que todo lo que ustedes buscan es parte de nuestra historia, no, todo no. Dios hizo eso o quizás a otros, antes de nacer nosotros, antes de que nacieran los bribris, en ese tiempo no había nada, en ese tiempo Dios lo hizo, y lo dejó ahí, y, después cuando nosotros nacimos, cuando estamos trabajando la tierra encontramos esas cosas, pero, están dentro de la tierra guardadas, reservadas".

Nuestro interlocutor, guardó silencio después de su últimas palabras, como si con ellas él quisiera mantener para siempre esas cosas donde se dejaron, donde se guardaron, donde se reservaron.

Era tiempo de irnos, y, haciendo uso de las pocas palabras que conozco en bribri, me despedí en su idioma; la lluvia y la vegetación talamanqueña nos impactaron al salir. Después de caminar un tiempo y reponernos del susto que nos da una culebra que, a una distancia de un paso nuestro, se escabulle rápidamente en la vegetación recordé que no sabíamos el nombre de quien habíamos aprendido tantas cosas, se lo pregunté a mis compañeros. Uno de ellos, bribri de nacimiento, me lo dijo, su nombre era: Siwa' Káiaiá.

Como es de suponer quisimos saber el significado de esas palabras nuestro amigo nos dijo que Siwa' se entiende como el viento de la historia, todo lo que cuentan los Awa' acerca de la creación o respecto a Sibö, a la creación de la tierra, a la creación de los bribris y cabécares, de los seres que existieron antes, seres malignos, enemigos de los bribris por nacer: los Sorkula.

Káiaiá significa tiempo muy atrás, tiempo remoto, pero tiempo concreto.

Por los caminos del territorio bribri de Talamanca, tuve tiempo de seguir consultando a mis compañeros de viaje, ambos con mucha experiencia en la cultura bribri. De nuestra conversación saqué en claro que un arqueólogo no es una persona que se entienda fácilmente entre los bribris, pues las cosas que pertenecieron a los muertos están cargadas de un poder especial, muy fuerte, que puede tener consecuencias negativas, esas cosas son Bukulu y en el caso más leve Ña. Por otro lado, desenterrar lo que está reservado, las cosas de los Sorkula, seres malignos opuestos a la creación de los bribris, no parece ser un oficio ni agradable ni positivo.

Terminamos el camino en silencio, por mi cabeza pasaron lecturas, experiencias y las enseñanzas de mis maestros. Era obvio que mi concepto de historia no era el mismo que el de los bribris. Al fin y al cabo la historia bribri ya era conocida por ellos, y les daba sustento todos los días, esa historia era Siwa', todo lo demás había ocurrido gracias a ella.

Fragmento tomado de:
LA ARQUEOLOGIA Y LA UTILIZACION DEL SIGNIFICADO DEL TIEMPO: Implicaciones de una consulta al Pueblo Bribri, Costa Rica, América Central
Cuadernos de Ciencias Sociales 05/01/96,
Programa Costa Rica; Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLASCO)
Autor: Oscar M. Fonseca Zamora

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ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE TIEMPO E HISTORIA EN EL MUNDO BRIBRI

Podemos partir del hecho de que la historia bribri, es la historia de todos los tiempos, es la historia de la creación de los bribris y de lo que ocurrió antes de eso. Es una historia completa, cuya importancia radica en su presencia continua, pues, al fin y al cabo, es el marco en el que se puede explicar todo. Además, lo que se dio en un tiempo, por su carácter de fenómeno esencial, se sigue repitiendo continuamente, a lo que contribuyen los rituales. Por ejemplo, el baile indígena conocido como El Sorbón repite el momento de la creación del mundo. Es una historia que, como su nombre lo indica: Siwà (el viento), está siempre en todo momento y en todas partes, es capaz de moverse y se ha movido en todas direcciones.

Diferentes seres aparecen antes de la creación de los bribris, las historias sagradas lo ubican a uno a este respecto, permitiéndonos entender esas cosas y esos otros que Dios hizo antes de crear a los bribris y que dejó "en la tierra, guardados, reservados".
En la historia de los Sorbulu, aprendemos:
"Así fue al principio, cuando Sibökömo nació, entonces nació allá abajo y fue el primer ser; cuando apareció en ese mundo, no había gente nada había, nada.
Solamente había Sòrbulus,".
Los Sòrbulus son seres negativos para los humanos:
"... Allá enviaré a la gente de la gripe antes que (aparezcan los humanos); pues sino, estos no aumentarían.
Cuando Sibö nació el gallo cantó: Kotereuuu...
Los Sòrbulus lo sabían... A un Sòrbulu que estaba ahí no le gustó para nada: (Sibö ha nacido; vamos a buscarlo para matarlo..."
A Sibö lo maltrataron por nosotros, ellos querían matarnos a nosotros. Sòrbulu no quería a Sibö, Tcho'dawe no lo quería tampoco, Kòbala no lo quería, Bulúmia no lo quería, Shulàkma no lo quería, Kapágalo no lo quería, a nosotros nos quería,..."
¿Quién nos quiere? Solo Sibö nos quiere...

Por eso antes los mayores se hacían sukias..., aprendían los cantos para curar a la gente.
Se informaban bien, todo estaba bien establecido, por eso Sibö es para nosotros, los indígenas, nuestro rey..." (Cfr. Jara 1993).

En la actualidad, los Bribris no necesariamente aceptan que los restos culturales materiales, los restos arqueológicos, estén relacionados con ellos. Nuestras entrevistas, nos indican que los chamanes consideran esos restos como anteriores a los Bribris y, por lo tanto, dejados por los seres diferentes a ellos, por ejemplo los Sórbulus. Por ser estos de carácter negativo para los humanos, el trabajo con los restos; labor propia de un arqueólogo, no sería adecuado, pues, de alguna manera, se corre el riesgo de "mover" esa "negatividad".

Un caso similar al de los Bribris, lo encontramos en la literatura antropológica. Para los indígenas Navajos de Norte América, el trabajo arqueológico en las minas de los Anasazi, representa un grave peligro, pues, para la mayoría, los Anasazi o Khis'ani (conocidos como indígenas Pueblo), llegaron a ser enemigos de los Navajos. Sus asentamientos antiguos siguen estando ocupados por los fantasmas de esos enemigos. Por lo tanto, los trabajos arqueológicos pueden producir la venganza de aquellos, siendo los Navajos los enemigos de los Anasazi el riesgo es sentido por ellos (Holt, 1983). Al respecto dice Harold Tso (1990:77):
"... Anasazi significa "restos del enemigo". De modo que cuando un arqueólogo llega a la reservación de los Navajos en busca de los restos de los pueblos enemigos, probablemente va a desenterrar dichos enemigos en contra del pueblo Navajo".

Entre los Bribris ocurre, igual que entre los Navajos, que algunos pocos aceptan a los restos arqueológicos, como elementos relacionados con sus ancestros o su pasado, (Holt 1983:595). Pero, aunque la relación de los restos no sea con sus enemigos, perturbarlos se considera negativo. En el caso del os Bribris:
"Las pertenencias del fallecido se tratan con el mayor cuidado, porque los indígenas creen que morirán si tocan o disponen de esa propiedad (Angulo 1913, citado por Bozzoli 1979:110).

Para los Bribris los muertos y sus pertenencias están cargados de una suerte de "suciedad peligrosa", la que es más temida, como nos explica Bozzoli, si es de los propios Bribris, a ésta se le llama Ña (1979:140).

Es necesario que volvamos, ahora, a la concepción de historia que encontramos en los Bribris. La existencia de los Sorbolu y el nacimiento de los Bribris tiene lugar en el marco de lo que Mircea Eliade llama "la regeneración continua del tiempo" (1974:73), un tiempo ahistórico, un tiempo en el que se deja atrás lo cotidiano, sin permitir que este se convierta en historia. Lo cotidiano, es un tiempo biológico lleno de eventos personales, cargados en última instancia de "pecados", los cuales no conviene recolectar a modo de historia. A este tiempo "cotidiano", se opone uno arquetípico, la repetición continua de los arquetipos primordiales, donde el cosmos y el hombre se regeneran incesantemente, destruyéndose el pasado "cotidiano" y eliminándose así los demonios y los pecados; al repetirse ritualmente, el acto cosmológico primordial. Se da paso así a una estructura cíclica del tiempo, un eterno retorno. La realidad no se contamina ni con el tiempo profano, ni con la necesidad de lograr algo nuevo en él.

El tiempo se tolera como una dimensión más de la existencia, pero no se convierte en parte constitutiva del nosotros, no tiene importancia para ser verdaderamente, esto se logra respetando y repitiendo el comportamiento de los seres y eventos primordiales o arquetípicos, los únicos capaces de sobrepasar los epifenómenos, la irrealidad. Se trata de una ontología particular, diferente a la nuestra, que no desea separarse nunca del verdadero ser (esta concepción cíclica del tiempo la hemos tomado de Eliade, 1974; cfr: pp: 73-92).

Hemos presentado una posición ahistórica del tiempo; sin embargo, la ambivalencia que se presenta entre lo que hemos llamado el tiempo ordinario y el tiempo arquetípico merece mayor discusión. Para entenderla mejor y no quedar en una separación extrema y mecánica del fenómeno, conviene ampliar nuestra revisión del tema.

De acuerdo con E. Jacques (1984:64). "El tiempo es una construcción conceptual única, unívoca, y se aplica por igual al universo físico percibido, imaginando al mundo exterior y al interior, subjetivo u objetivo". Si bien el autor acepta sólo una clase de tiempo, nos señala la existencia posible de "muchos subdominios", los que dependen de la experiencia que se tenga (Ibid: 65).

De acuerdo a la experiencia de los seres humanos, puede enfatizarse un subdominio u otro del tiempo. Sobresalen aquí dos ideas, la de cronos y la de kairos, en la primera se enfatiza una concepción cronológica serial, la idea del paso de un estadio a otro. Por otro lado, al segundo término contiene un predominio del sentimiento más humano y cíclico del tiempo. Un tiempo de la oportunidad, de la consumación humana. Se trata, pues, de que en el mismo tiempo se organizan tipos diferentes de sucesos y de experiencias. Experiencia que debe entenderse como: consciente, y que en el juego de cada una de ellas se crea una imagen particular del mundo. Moviéndose, el ser humano, y organizando su experiencia en dos ejes o dimensiones temporales distintas: el de la sucesión, de la reconstrucción histórica de lo anterior y lo posterior, por un lado, y el eje de la intención, de la simultaneidad de pasado- presente-futuro, por el otro". Siendo cronos y kairos formas de referirse a las dos coordenadas temporales en cuestión: el eje temporal de la sucesión (ts) y el eje temporal de la intención (ti) (cfr. E. Jacques 1984). El tiempo, como simple sucesión de episodios o hechos, da paso así al tiempo visto desde otras facetas del ser humano: "la intención e intuición, el deseo, el recuerdo y la percepción que se combinan para crear un campo de pasado-presente- futuro que se desplaza con continuidad". De alguna manera es la estaticidad de la continuidad, donde el fenómeno que se piensa es más importante que la continuidad misma, más importante que la historia pues fue-es y será.

Al carácter bidimensional de una única idea de tiempo, de la que se nutren todos los seres humanos, queremos agregar la intencionalidad del usuario, el uso que se hace del concepto tiempo. Dentro de la bidimensionalidad discutida: cronos o kairos, el ser humano puede escoger o privilegiar una u otra según el interés o la intención en el uso del concepto. Este punto lo discutiremos desde la experiencia de diferentes científicos sociales al analizar la manera en que culturas (sociedades) distintas manejan el tiempo (Bloch 1977; Howel 1981; Appadurai 1981; Peel 1984). Al terminar esta nueva clarificación sobre el tiempo, estaremos en disposición de pronunciarnos sobre el concepto de historia y, por lo tanto, de tiempo, que concluimos de lo que hemos tratado de aprender de los Bribris.

Bloch (1977:282) nos dice que el examen de los conceptos de tiempo en culturas diferentes, termina siempre en dos nociones de tiempo. Uno linear y similar a nuestra concepción de tiempo continuo y duracional, y, por otro lado, una concepción estática o cíclica. El mismo autor argumenta que si existieran nociones diferentes de tiempo entre las distintas culturas, la comunicación entre ellas sería imposible. Las semejanzas en la lógica fundamental que se emplea en la sintaxis de los diferentes lenguajes, implica una noción de temporalidad y secuencia compartida, indicando una manera similar de aprender el tiempo (Ibid: 283). Rechaza, así, los alegatos de Geertz (1973) de que los Balineses tengan un concepto de tiempo diferente; al que califica de una noción de tiempo no-duracional. Después de este rechazo, Bloch afirma que "algunas veces y en algunos contextos lo tienen, algunas veces y en otros contextos no lo tienen". Es decir, en un momento se usa una noción y en otro otra. Así vemos que el tiempo estático o cíclico se usa en y para fines rituales y por lo tanto religiosos. Mientras que la noción (dimensión) duracional se usa para las actividades prácticas, por ejemplo: la agricultura.
Nosotros creemos que esta visualización del problema por parte de Bloch, se enmarca muy bien en la bidimensionalidad del tiempo que nos propone E. Jacques, un único tiempo que permite moverse en sus dos dimensiones. Permite un tiempo medible, linear, duracional, así como un tiempo "estático" o cíclico donde encontramos la presencia del pasado en el presente y su continuidad en el futuro. Los sistemas cognoscitivos del mundo por parte de la mente humana, se mueven en esas dos dimensiones temporales, donde ciertas teofanías parecen detener el tiempo, la llave para ser capaces de percibir su movimiento, está en la capacidad de contar con las claves de esa teofonía, única manera en que de "forma estática-duracional" y por el poder del ciclo, nos movemos desde el pasado al presente y al futuro.

Estamos de acuerdo con Bloch (1977:285) cuando critica a algunos antropólogos por privilegiar sólo unas de las nociones de tiempo, la más exótica. Sin embargo, nos parece necesario señalar con E. Jacques que se trata de una sola noción de tiempo, pero de el privilegio, escogencia o uso de una u otra de sus dimensiones. Lo que, de alguna manera se refuerza en los argumentos de Howe (1981) al refutar a Bloch.
Es la mente humana la que se ubica en una o en otra de las dimensiones temporales. Estamos ante la creación del tiempo en la medida que lo pensamos, enfatizando una u otra de su dimensiones.

La relación que Howe (1981:223) señala entre "tiempo" y "duración", puede, a nuestro juicio explicarse con la "forma bidimensional" del tiempo propuesta por E. Jacques. El concepto "tiempo" implica "duración", aunque ésta no lo agota. Pero, agregaríamos que, en un momento dado, la duración se desea resaltar y, en otro, ésta, de alguna manera, se subordina a la naturaleza de los fenómenos que se valoran y se esperan, fenómenos que sirven de marco e incluso de explicación a los que ocurren en el paso (duración) del tiempo. Howe (1981:231) dice:
"Pero, los Balineses serían los primeros en admitir que, cuando un ciclo termina no regresa al mismo punto temporal; regresa, esto es una cosa muy diferente, al mismo punto lógico".

El tiempo deja de ser un fenómeno pasivo en el que simplemente ocurren las cosas, para adquirir un carácter activo, el uso del "tiempo correcto" puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Hemos señalado ya que es importante tomar en cuenta, para entender los problemas relacionados con el uso del concepto tiempo, la intencionalidad del usuario, el uso y propósitos que tiene, en un momento dado, el manejo del concepto. Encontramos un paralelo en lo que comenta Appadurai (1981:202- 203):
"El argumento está antes que nada, relacionado con lo que Cohen y Comaroff (1976) han llamado recientemente 'la administración de el significado'. Por éste ellos entienden el proceso competitivo por medio del cual los valores se definen, se logran las imágenes de las transacciones, y las interpretaciones de una situación se imponen exitosamente por parte de un grupo sobre otros" (mi traducción).

Appadurai, considera que las culturas tienen un conjunto de normas, con el único propósito de regular el debate del pasado en el presente. Estas permiten una negociación simbólica ordenada, entre los pasados "rivales" y las contingencias del presente. Los términos de la negociación son culturalmente variables (cfr. Appadurai 1981:218). Asume así el pasado el carácter de recurso cultural finito.

Peel (1971) nos discute el fenómeno desde su estudio de los Ijesha un grupo de Nigeria, Africa. En esta sociedad, el tiempo tiene un carácter cíclico, linear y estático (relacionado con Kairos), variables que, como podríamos esperar, están estrechamente interrelacionadas, aunque, eso sí, tienen diferentes funciones. De tal manera que el pasado es de gran importancia en la política, tanto moderna como tradicional. Es necesario mantener un sentido de identidad que mueva a la integración, un sentido de futuro conjunto que parte de un pasado compartido; un sentido de "continuidad a pesar del cambio".

Así las cosas, podemos decir que el tiempo es un fenómeno unívoco, de carácter bidimensional: el cronos o duración y el kairos o relevancia que sobrepasa la dimensión de movimiento lineal, para introducir la importancia de momentos arquetípicos que tienden a estar presentes desde una lógica del movimiento cíclico, permitiendo valorar el ahora por el ayer, siempre que este garantice el mañana de una colectividad con identidad propia. En una sociedad presionada a cambiar por la subordinación a otras sociedades, la "administración del significado" del tiempo, será una manera de defender o garantizar la continuidad del grupo. De alguna forma renunciar a su tiempo es aceptar el cambio absoluto, la disolución de lo propio, el fin de los tiempos.

FRAGMENTO TOMADO DE:
LA ARQUEOLOGIA Y LA UTILIZACION DEL SIGNIFICADO DEL TIEMPO: Implicaciones de una consulta al Pueblo Bribri, Costa Rica, América Central
Cuadernos de Ciencias Sociales 05/01/96,
Programa Costa Rica; Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLASCO)
Autor: Oscar M. Fonseca Zamora

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COSMOVISION INDIGENA SOBRE EL AGUA

El “Agua desde la Cosmovisión Indígena” tiene una importancia vital que trasciende la dimensión corporal de su necesidad de consumo.
Tal y como lo afirman en la Declaración de Kyoto de los Pueblos Indígenas sobre el Agua “la relación que tenemos con nuestras tierras, territorios y el agua constituye la base física, cultural y espiritual de nuestra existencia. Esta relación con nuestra Madre Tierra nos obliga a conservar nuestra agua dulce y mares para la supervivencia de las generaciones del presente y del futuro”.

El agua es vista por los diferentes pueblos indígenas, como un ser vivo, omnipotente, creador y transformador. Se constituye en la base de la reciprocidad y la complementariedad, es vista como un derecho universal y comunitario a la vez que se constituye en una expresión de flexibilidad y adaptabilidad.
La mejor expresión práctica de esta cosmovisión es precisamente el uso racional y respetuoso que hacen de este y de todos los recursos que les brinda la naturaleza.
Es por ello que los proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento para comunidades indígenas deben ser desarrollados desde un enfoque intercultural que valore y respete los conocimientos, leyes y formas de vida tradicionales que enseñan a estas comunidades a ser responsables, cuidando este obsequio sagrado que conecta y sostiene toda la vida.

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MANEJO DE RECURSOS HIDRICOS

TOMADO DEL Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica, 27(1): 59-81, 2001.
EL MANEJO HISTÓRICO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS EN COSTA RICA CON ÉNFASIS EN EL PERÍDO INDÍGENA Y EN LOS SIGLOS XVI, XVII, XVIII Y XIX
Asdrúbal Vargas Sanabria

Resumen
El agua ha sido utilizada históricamente en nuestro medio para la preparación de alimentos, aseo personal, transporte o para la recreación. Fue un recurso natural indispensable para los aborígenes y, más adelante, durante la colonia, fue un recurso imprescindible para la incipiente actividad ganadera. Sin embargo, se nota un cambio en la dimensión del aprovechamiento del agua, pues paso de ser un elemento adorado como un dios y se convirtió en un recurso subordinado a las necesidades de los habitantes.

En el siglo XVII el agua se utilizaba para abastecimiento doméstico, cría de ganado y la agricultura. Durante el siglo XVIII se desarrolló con mayor vigor la hacienda ganadera en la región del Pacífico Norte, mientras que en el Valle Central se impuso un tipo de estructura agrícola denominada Chacra, ambas dependían del agua de los ríos o quebradas para su funcionamiento.

Durante el siglo XIX, el agua fue utilizada en el proceso de manufactura del café y el banano y en el proceso minero de lavado del oro. Además, sirvió como medio de transporte durante el proceso de colonización de la zona Norte y para generar energía eléctrica. A pesar de los beneficios, el desarrollo agrícola y la falta de conciencia de la población provocó un deterioro de los recursos hídricos, en especial de las aguas superficiales. El agua fue en varios ocasiones agente de muerte al ser portadora de bacterias como el cólera, que en 1856 causó casi 10 000 muertes.

Introducción
El agua ha sido utilizada como elemento de purificación, para la recreación, la generación de energía eléctrica, limpieza, transporte y la preparación de alimentos a lo largo de la historia de Costa Rica. Debido a la falta de conciencia, al aumento demográfico y al deterioro ambiental la calidad y cantidad del agua ha venido en detrimento, especialmente el recurso hídrico superficial, lo cual pone en peligro la sobrevivencia de las futuras generaciones y de la vida. Sin embargo, este deterioro de la calidad del recurso hídrico se hizo evidente a finales del siglo XIX y se presentó de manera paralela con un aumento de la demanda que obligó a la búsqueda de nuevas fuentes alternativas. El objetivo de este trabajo es recopilar información sobre el manejo de los recursos hídricos en Costa Rica en el período precedente a la llegada de los españoles y en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Además, se pretende analizar, a la luz de la información disponible, la evolución en el uso del agua. La metodología de trabajo ha involucrado la búsqueda de información bibliográfica y hemerográfica en diversos archivos y bibliotecas nacionales y el posterior análisis de dicha información para reconstruir el manejo histórico del recurso hídrico.
La reconstrucción del manejo histórico del agua se ha dividido en varios períodos, lo que permite tener un orden en el conocimiento histórico del recurso natural llamado agua. Aunque la descripción histórica en este trabajo se organizó básicamente por siglos, está claro que el manejo del agua no atiende estrictamente a períodos prestablecidos de tiempo. Sin embargo, en el caso de Costa Rica es posible realizar una división de acuerdo a la intensidad del uso del agua en diversas actividades. En el siglo XVII el agua se utilizaba ampliamente en actividades ganaderas, así como por parte de la población. Esta demanda de agua creció en el siglo XVIII sobre todo en el Valle Central, y se hizo más evidente en el siglo XIX, lo que obligó a las autoridades a construir varias obras de abastecimiento. Se ha dejado fuera de este trabajo el siglo XX, ya que dentro de este período aumentó marcadamente el consumo de agua subterránea, producto de una mayor contaminación del agua superficial, lo que significó un cambio mayúsculo en las técnicas de extracción e investigación, por lo que este período sería conveniente tratarlo en un trabajo independiente.

Etapas de manejo del agua
La distribución espacial del recurso hídrico en Costa Rica no ha sido ni es equitativa, al contrario, existen zonas con mayor cantidad de precipitación como la zona Atlántica, Norte y el Pacífico Sur, lo que a su vez incide y ha incidido junto con la geología y la vegetación, sobre la cantidad de agua disponible. Esta distribución ha generado diferentes manejos y valoraciones sobre el agua en nuestro país a lo largo de la historia. Además, los límites políticos y administrativos de Costa Rica han variado a lo largo del tiempo lo cual también afecta el análisis histórico del recurso agua.

Período indígena, convivencia en armonía con el agua
En el valle de Turrialba se reportan evidencias de los primeros pobladores de Costa Rica, que posiblemente se asentaron en esta región debido a la fertilidad de los suelos y por la exuberante hidrografía constituida por numerosos ríos, entre ellos el río Reventazón, el cual constituía, además de una vía de transporte, una extensa fuente de alimentos.
A partir del año 500 A.C. las sociedades aborígenes del Pacífico Norte de Costa Rica habitaban, preferentemente, las tierras del interior, a la orilla de los ríos, mientras que la explotación de los recursos marinos parece haber sido de menor importancia. 1
Los pueblos indígenas, distribuidos en la Región Chorotega, vivían a orillas del río Tempisque y utilizaban el agua transportada por este río o sus afluentes como fuente de alimento y en la fabricación de orfebrería. El agua de lluvia se consideraba como un dios (Tlaloc) que favorecía los cultivos y consideraban al mar como un sitio para descansar las almas después de la muerte, como se desprende de las crónicas de los españoles en las misiones de las montañas de Talamanca que tuvieron contacto con los aborígenes:
Todos creen que hay dios, como causa primera, y también que hay demonio, a quien temen mucho, por los daños que en esta vida les hace; pero no alcanzan la gloria ó pena eterna que en la otra vida les espera, porque dicen que todas las almas de los muertos van al mar á estarse quietas sobre una piedra. 2
Además, estos indígenas utilizaron los ríos como medio de transporte para llevar alimentos y objetos hacia la isla de Chira e intercambio comercial con indígenas de las étnias de la región del Pacífico Central. La abundancia de agua durante el período de lluvias, el caudal de los ríos y quebradas y hasta de manantiales en gran parte de Costa Rica, favorecía su aprovisionamiento y utilización sin muchos esfuerzos por parte de los habitantes. Además, el agua de los ríos tenía un efecto purificador, ya que era utilizada durante el período de embarazo de las indígenas, tal como se reseña de las crónicas emitidas de las misiones y reducciones instaladas en Talamanca: “Las mujeres cuando están con su menstruo no entran en las casas, porque dicen que se infeccionan y mueren los animales monteses que tienen en ellas... y así, por lo común están en las orillas de los ríos, bañándose todos los días sin que les haga mal. Cuando están en cinta y se sienten próximas al parto, se van al monte a parir adonde nadie las vea, y cuando les llevan la comida se las dan con una vara sin tocarlas... cuando paren se bañan, lavan la criatura y se ponen a cantar...” 3
La pesca en los ríos era una actividad básica de los pueblos indígenas que les proveía de pescados que eran preparados mediante procedimientos de ahumado. Por otro lado, el mar fue un medio importante para la extracción de pescado, perlas y caracoles, para lo cual utilizaban canoas. Los documentos del siglo XVIII señalan el derecho de los indígenas a extraer el tinte del caracol, el cual era recolectado en las localidades de Murciélago, Carbonal, Zapotal, Junquillo, Pitahaya y San Juanillo, entre otros. Se estima que antes de la llegada de los españoles la extracción del tinte del caracol se realizaba cotidianamente y era práctica común en algunas playas de la Península de Nicoya. 4
El agua era muy importante para las labores agrícolas.5 La agricultura era practicada en áreas de inundación periódica o de inundación permanente como en la región Caribe y estas áreas necesitaban la excavación de zanjas para drenar el área de trabajo.
Entre los años 700 D.C – 1550 D.C, las sociedades antiguas habían logrado un desarrollo sociocultural materializado en aldeas agrícolas con complejas relaciones de comercio e intercambio a grandes distancias y asentamientos planificados según la fertilidad del suelo, el acceso a fuentes de agua y la defensa frente a ataques enemigos. 6
La agricultura tuvo un papel preponderante en la formación de sociedades, que tenían conocimientos sobre cultivos adecuados, clima e instrumentos de producción. En la preparación de los suelos emplearon técnicas como la roza y la quema, el regadío por medio de canales y diques. En las regiones con abundante lluvia, como en la vertiente
Atlántica, se obtenían dos y hasta tres cosechas de maíz.
En Guayabo de Turrialba al final del llamado período Medio, 500 a 1000 años d. C., los aborígenes construyeron calzadas, acueductos y depósitos de agua. Estas estructuras hidráulicas sugieren que los habitantes de Guayabo hicieron notables progresos en cuanto a captación y distribución de agua para uso doméstico.7 Los aborígenes estaban muy avanzados en la construcción de puentes sobre los ríos. Esto requería de conocimientos especializados, los cuales posiblemente estuvieron en manos de las autoridades que ejercían labores administrativas, de los caciques o de los chamanes. 8
Lo arriba señalado se refuerza con un informe denominado Autos Criminales de Oficio de la Real Justicia, hechos en el pueblo de Arariba, por mandato del gobernador Perafán de Rivera: Fuele preguntado si hoy dicho día los prendieron en el río de este dicho pueblo, estando en él haciendo una puente para se ir é ausentar de este campo; dijo que es verdad que los prendieron estando haciendo la dicha puente para ir por chile é calabazas de esta otra banda del río.9
La actividad minera en el período previo al encuentro de las culturas fue muy importante, sobretodo a través de la extracción de oro de placer en los ríos y quebradas, para la fabricación de piezas de orfebrería de gran calidad, como se refiere en la siguiente nota enviada por Juan Vázquez de Coronado a Juan Martínez de Landecho, el 4 de mayo de 1563: Inquirí donde sacavan el oro y dixeron que cada uno destos pueblos tenía un río donde lo sacava; dieron noticia de como se sacava. 10
Evidencias provenientes del Pacífico Norte y localizadas en la Isla del Caño revelan la capacidad que tenían los aborígenes de navegar y de establecer contactos a relativa larga distancia. Las leyendas borucas actuales conservan, en su memoria oral, los recuerdos de esos viajes y de las embarcaciones utilizadas para realizarlas. 11
Finalmente, es importante destacar que los grupos indígenas se encontraban dispersos en diferentes regiones de Costa Rica y algunos de ellos se caracterizaban por tener dioses con atributos bien definidos como el de la lluvia, del agua, de los muertos, de la cacería y del sol, lo que significaba la adoración y protección de tales elementos.

Siglo XVI, establecimiento de la Colonia y cambio en los patrones de uso del agua.
El encuentro de la cultura indígena y española, y el sometimiento de aquella por esta última, significó la alteración en el manejo del recurso hídrico, ya que se inició un uso intensivo y sin protección del recurso hídrico aunado a la deforestación y destrucción de la fauna.12 Además, se introdujo una agricultura extensiva y se obligó a los indígenas a extraer más oro de ríos, quebradas y minas generando contaminación del agua. Se marca el inicio de la degradación paulatina de los recursos naturales, entre ellos el recurso hídrico. Durante la conquista el agua fue un medio fundamental de transporte para acceder a diversos sitios de la geografía mesoamericana. Por ejemplo, Juan de Cavallón fundó el puerto de Landecho en la bahía de Caldera alrededor de 1561. 13
La fundación de puertos fue estratégica al inicio de la conquista, pues un viaje desde Costa Rica a Panamá tardaba 25 días por tierra, mientras que solamente 13 por mar. Además, los puertos fundados servían como punto de embarque y desembarque de mercaderías tales como la importación de maíz. 14
El agua para los menesteres domésticos se tomaba de los ríos, quebradas o manantiales y era transportada posiblemente en vasijas de arcilla o utensilios de hierro por medio de indios alquilones.15 Los españoles trajeron consigo la técnica de la construcción de pozos excavados para el abastecimiento de agua. Esta observación se refuerza al considerar que en diversas comunidades españolas mediterráneas el abastecimiento de agua se hacía por medio de pozos o tomándola directamente de algún río.16
Los pozos excavados se ubicaban en los solares o en los patios de las casas y fueron construidos con herramientas manuales hasta alcanzar niveles de agua subterránea poco profundos.
A fines del siglo XVI, la ciudad de Cartago estaba habitada principalmente por españoles y criollos, mientras que los indígenas se localizaban en poblados como San Luis de Aserrí, San Bartolomé de Barva, San Antonio de Asunción de Curridabat y Pacaca y se abastecían de agua a partir de ríos y quebradas. Posteriormente, grupos de españoles empezaron a instalarse en la parte central y occidental del Valle Central, en las vertientes de los ríos Torres, María Aguilar, Tiribí, Bermúdez, Segundo y Ciruelas, de donde se aprovisionaban del preciado líquido para sus menesteres. 17
A partir de los relatos de los españoles, el asentamiento y fundación de las villas se ejecutaba considerando la proximidad con algún río o quebrada, de donde se tomaba el agua para consumo de la población. 18
También, se usaba el agua para el riego de cultivos, como se desprende de la descripción de una población en 1563: tiene dos quebradas de gran hondura y aspereza, en las quales los yndios tenían a su modo vergeles de gran recreación. 19

Siglo XVII, consumo intensivo del agua en las haciendas ganaderas del Valle Central.
Durante el siglo XVII, la fundación de nuevos poblados en el interior de Costa Rica se realizó gracias a las rutas de acceso por diferentes ríos y a la iniciativa de varios gobernadores de la provincia de Costa Rica, como por ejemplo Gregorio Sandoval, el cual en sus informes del año 1640 sobre el descubrimiento de los indios Votos y de los ríos Cutris y Jori señalaba detalles sobre las actividades de incursión y la construcción de una aduana, una casa de justicia y una iglesia. 20
En Cartago el agua era conducida por medio de acequias sin protección alguna. Estas obras fueron construidas por el conquistador Matías de Palacios a principios del siglo. El agua de las acequias que corre por las calles desta ciudad la ayudó a sacar de un río grande, lo cual es muy particular regalo para los vezinos, porque la meten en sus casas y es mucho alibio para os vezinos é para el servizcio, en lo cual trabajó mucho el dicho Matías de Palacios. 21
En el Valle Central, en los albores del siglo XVII, los dueños de grandes extensiones de tierra en Aserrí, Santa Ana, Barva, La Mata Redonda y Boca del Monte, tenían haciendas con hasta 200 cabezas de ganado, abasteciéndose de agua a partir de manantiales o ríos para alimentar dichos hatos. De esta actividad ganadera hay una referencia de 1607 en la cual se cita a don Gaspar Rodríguez como dueño de 50 cabras y ovejas. Por su parte, la ganadería mayor se desarrollaría a lo largo de todo el período colonial, favorecida por la fertilidad de los suelos en ciertas regiones, la abundancia de cursos de agua y la roturación intensiva de los bosques.
En la década de 1650 se empezaron a desarrollar plantaciones de cacao en Matina, teníendose la primera referencia en 1657. Esta zona era ideal por el clima lluvioso y cálido bordeada por los ríos Matina y Barbilla y con facilidades de exportación a diferentes mercados. Sin embargo, antes de inciar el cultivo, fue necesario limpiar la zona eliminando bosques, lo cual propició el proceso de erosión y contaminación del recurso hídrico superficial.
Se puede considerar que para este siglo, el uso del agua fue para abastecimiento doméstico, cría de ganado y agricultura. Sin embargo se nota un cambio en la dimensión del aprovechamiento del agua, ahora ya no como un dios sino como un recurso subordinado a las necesidades de los habitantes.

Siglo XVIII, incremento en la demanda de agua y construcción de acequias
Durante el siglo XVIII, aumentó el número de propietarios rústicos en los valles de Barva, Aserrí y Pacaca. Para cumplir con los preceptos de la iglesia, los moradores de Aserrí debían asistir a Cubujuquí en el valle de Barva; sin embargo encontraron grandes dificultades para cumplir con dichos preceptos. 22
A pesar de ello en Cubujuquí se llegó a establecer el primer centro urbano español en el valle occidental, que actualmente se llama Heredia y según documentos de la época parte del agua para Heredia se tomaba del río Segundo.
Por su lado, los vecinos del Valle de Aserrí gestionaron para que se erigiese una ayuda de Parroquia en la Villa Nueva de la Boca del Monte, bajo el título de San José.
En 1736 el cabildo metropolitano de León, decretó la erección de la ayuda de parroquia en el valle con una ermita consagrada a San José y obligaba a los vecinos de Aserrí a trasladar sus haciendas a la Villa Nueva. Sin embargo, existía tal escasez de agua que era imposible cumplir tal medida. En 1747 el Capitán Manuel de Castro se comprometió a llevar agua a la Villa Nueva de la Boca del Monte con el fin de facilitar la integración de los habitantes de Aserrí; sin embargo, aunque la empresa empezó con gran auge no se llevó a buen término. 23
Fue el Padre Pomar de Burgos quien solucionó parcialmente el problema del agua en 1751, al ordenar abrir una profunda zanja para acarrear agua a la nueva población, pues para entonces sólo se contaba con pozos y filtros de piedra para lograr una pequeña cantidad de agua limpia. Para tratar de solucionar de manera completa esta carencia, posteriormente se construyeron más acequias ubicadas probablemente al NE de San José.
El obispo de Nicaragua y Costa Rica, Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, se refería al estado de la Villa de la Boca del Monte en 1752 y de las diligencias realizadas por sus habitantes para abastecerse de agua: …Fáltábale agua y se ha conducido por acequias…24
San José empezó a contar con un mejor aprovisionamiento del preciado líquido con la construcción de acequias; sin embargo, no está muy claro de donde procedía el agua, siendo probable que se tomara desde alguna quebrada ubicada al Este, aprovechando la elevación topográfica para conducir el agua por gravedad hacia la Villa de la Boca del Monte. Posiblemente el agua fue tomada de la Quebrada Ipís, como lo refiere el siguiente relato: “No tengo ninguna seguridad acerca de cual fuera el origen del agua ni cual la dirección de las acequias. Me figuro que la paja se tomó de la misma que sacó el capitán don Gregorio de Chaves de la quebrada de Ipis para sus propiedades en San Vicente, sobre la cual hay un expediente de 1725. Las acequias en un principio serían de pura tierra, pero es natural que más tarde se fueran arreglando con mampostería aquí en la población. A mi juicio la acequia es la misma que pasaba al este de lo que se llamaba La Laguna, pues consta que en 1808 el Gobernador Acosta ordenó que ésta se cegara y consta de esa orden que La Laguna tuvo su origen en que allí se hacían excavaciones para cortar los adobes de las casas, y es de creer que de la acequia se echaba el agua para amasar el barro.”25
Si bien a mitad del siglo XVIII se estaban llevando a cabo obras civiles que permitían conducir el agua desde las quebradas a las poblaciones, aún se mantenía en otras zonas la costumbre de transportar agua en recipientes, labor que estaba encomendada a los indígenas. Los informes de Fray Juan Nieto en 1753, luego de las visitas a los reductos de indios de nuestra señora del Pilar de Tres Ríos, San Joseph del Pigibay, San Francisco de Térraba y Nuestra Señora de la Luz de Cabagra permiten corroborar esta costumbre: El Padre es asistido en todas sus necesidades de los Indios, como es barrer la casa, traer agua y servir a la mesa y lo demás que se ofrece, evitando todo lo posible ocupar mugeres para algún ministerio de éstos. 26
Durante este siglo se desarrolló la hacienda ganadera, donde el agua era muy utilizada y formaba uno de los pilares fundamentales. Esta estructura ganadera estaba relacionada con la región del Pacífico Norte, sobre todo a los sectores con ríos permanentes, quienes modelaron la extensión de los latifundios, ya que la tierra carecía de valor si en ella no existía suficiente agua. Por otro lado, en las localidades de Barba, Puas (Poás) y Targuas, ubicadas en el Valle Central Occidental, el agua era transportada por canales con el fin de regar cultivos y de mover engranajes que impulsaban las ruedas que molían caña de azúcar y trigo. El obispo de la diócesis de Nicaragua en una visita realizada a Costa Rica en 1752 brinda detalles, entre otros aspectos, sobre la abundancia de aguas con las cuales regar las tierras de cultivo: Válense del arado para el de las tierras; riéganlas con facilidad, porque á cada paso se encuentran ríos perennes, de los cuales por conductos llevan aguas á sus casas y campos .27
Lo anterior se confirma con un relato de agosto de 1761 del Capitán Antonio Azofeifa, quien compareció ante don José Antonio de Oriamuno, para dar testimonio sobre la situación de la población de la Inmaculada Concepción de Cubujuquí y se refiere a las características de las casas de habitación, a los trapiches para moler caña y trigo dispuestos en las orillas del río Segundo y de quebradas menores. 28
Sin embargo, el uso del agua en estas actividades agrícolas provocaba conflictos entre los habitantes de estas regiones. En un informe de 1773 se comunicaba sobre el perjuicio que la molienda de trigo generaba en la población de Barva por disminución de las aguas de consumo: “... la queja que forman dhos naturales suponiendo habérseles quitado por mis partes el Río de que se aprovechaban para su pasto y dejándoles solo un hilo de agua escaso, pues por vista de ojos constará que dentro del mismo pueblo de Barba corre una saca de agua tan caudalosa que con ella se mantiene corriente un Molino harinero, y fuera de esta saca de agua atraviesa otro hilo de agua por el mismo pueblo que el dueño primitivo de dho. Molino dió de limosna al Convento de San Francisco permitiendo que su taugía se sangrase a beneficio de dho. Convento y de la salud del pueblo.” 29
En 1776 se empezó a cultivar el tabaco en la parte Norte de San José y se prolongó hasta 1821. Este cultivo trajo beneficios económicos y políticos muy grandes para la ciudad. Es posible que se escogiera la parte Norte de San José para el sembradío, por la abundancia de lluvias, suelos volcánicos fértiles y numerosos ríos y quebradas.
En Cartago al igual que San José el agua era distribuida por medio de acequias cuyas fuentes se encontraban posiblemente al Norte de aquella ciudad, pero no se conoce en detalle cuando se inició la construcción de estas obras.
En la segunda mitad del siglo XVIII, la exploración de la geografía de Costa Rica fue impulsada por medio de las vías acuáticas naturales que formaban los ríos y de ello existen numerosos relatos, como por ejemplo el del Gobernador José Perie en 1780, quien presenta un informe sobre el estado de las milicias de la provincia de Costa Rica. “De Matina a la desembocadura del Río San Juan, donde pobló Jeremías Terri, cuentan veinte leguas imaginarias. Los exploradores que yo envié en aquel tiempo lo andubieron en tres días. En este intermedio se encuentran los Ríos de Paquare, la Rebentazón, el Colorado, el Tortuguero (aquí hay varias familias de mulatos, Sambos e Indios, cuya religión se ignora, pero son afectados a nosotros) y San Juan todos inbadeables, y se practica el pasage de estos en Cayucos o Balsas, como lo executaron los exploradores y los dos Marineros que pudieron escapar de la sorpresa de la Fragata.” 30

Siglo XIX, construcción de obras hidráulicas para aumentar la disponibilidad de agua
En el siglo XIX se llevan a cabo una serie de obras civiles que permiten a los pobladores del Valle Central tener mejor acceso al agua y a la electricidad. Así mismo se produce un desarrollo de la actividad minera y bananera en varias regiones de Costa Rica que propició la utilización intensiva del agua. Además, la exploración de la región Atlántica continuó por medio de los numerosos ríos navegables de esta zona.
Es necesario señalar que la población de Costa Rica creció de una manera acelerada, pues en 1611 el número de habitantes era de 15538, en 1700 subió a 19293 y para 1800 era de 52 591, lo que provocó un incremento en la demanda del agua, principalmente en el Valle Central donde se encontraba concentrada la mayor parte de la población. En 1802, como iniciativa de don Tomás de Acosta, el Cabildo Municipal implementó el proyecto de ampliar la red de acequias que permitió una mayor disponibilidad de agua para los habitantes de San José.
La exploración y colonización de la región caribeña Norte de Costa Rica, continuó en este siglo a través de innumerables ríos navegables de gran caudal, entre ellos el río San Carlos y el río Sarapiquí. A mediados del siglo XIX, se realizaron negociaciones entre el representante del gobierno de Costa Rica y la compañía inglesa Fyler & Carmichael para construir un camino que uniría el Valle Central con el río Sarapiquí.
Durante el reconocimiento de esa ruta, se utilizó los ríos San Carlos y Arenal como ruta de tránsito habitual.
La demanda de agua se incrementó casi exponencialmente conforme las poblaciones en el Valle Central crecieron y en algunas localidades se originó una escasez de agua potable, entre ellas Concepción de Heredia, lo cual creó iniciativas para extraer agua desde quebradas o nacientes, como se desprende de esta cita de 1813. En la población de la Concepción de Eredia (sic) a los veinte y dos días del mes de febrero de mil ochocientos trece.. Que en atención a la escacez de agua que se está experimentando para el surtimiento de esta población y ser esta uno de los alimentos de primera necesidad, acordado los señores que se haga un especial exploro de la cabecera a madre de donde sale dicha agua y se saque de ella toda lo que sea necesario para el abastecimento de este lugar, poniéndose así mismo en todas las acequias unas compuertas para que por ellas salga lo que líquidamente sea necesario, evitándose con ello los derrames por las calles, que así los perjudican. 31
El cultivo del café impulsó a los costarricenses por el camino del progreso. En 1820 ya existían plantaciones en solares de algunas residencias josefinas y en 1832 la cosecha alcanzó la cifra de 500 quintales. Inicialmente, el café se sacaba y arreglaba a pilón en bajas cantidades, pero al establecerse relaciones mercantiles con Inglaterra, las exportaciones alcanzaron cifras elevadas, lo que obligó a perfeccionar el beneficiado del grano mediante la introducción de sofisticadas maquinarias y la construcción de instalaciones llamadas beneficios, que tenían a su cargo el procesado final de la industria.32 A partir de entonces, el agua se convierte en un elemento indispensable para el lavado y procesado del café. Sin embargo esta actividad ocasionó gran contaminación por medio de lixiviados y los desechos sólidos llamados comúnmente broza, que eran lanzados a los ríos sin ningún tratamiento. Al respecto, se transcribe el siguiente documento que refiere las condiciones de insalubridad que tuvo Costa Rica en algunas regiones durante parte del siglo XIX: “A pesar del aumento de riqueza, de la mayor facilidad de comunicación con el extranjero y en el interior; a pesar de las mayores comodidades y del lujo consiguiente; a despecho del progreso de la ciencia médica y del mayor número de médicos, poco se ha hecho en el sentido de mejorar las condiciones de salubridad pública y casi nada por reformar las costumbres antihigiénicas en la vida privada. La industria cafetalera y otras de menor importancia han venido a aumentar los focos de infección del agua y del aire... las cañerías que debieran significar un progreso, no han hecho por su pésima ejecución, otra cosa que conducir a las ciudades sustancias descompuestas de los campos... En tales condiciones es natural que el número de enfermos y aún el número de enfermedades principalmente las infecciosas hayan aumentado…” 33
Por otro lado, en los Montes del Aguacate comenzó a desarrollarse la actividad minera en el período comprendido de 1821 a 1843 y, posteriormente en 1884, esa actividad se extendió a las Juntas de Abangares con la explotación de la mina Tres Hermanos. Inicialmente, los mineros realizaron labores artesanales manuales de extracción del oro a la orilla de las quebradas; sin embargo, más adelante se emplearon máquinas e instrumentos que permitían la extracción de una mayor cantidad de oro en menos tiempo y donde se utilizaba el agua como parte del proceso de lavado del material extraído de la mina.
Por su parte, en San José las acequias construidas en la década de 1750 empezaron a presentar constantes colapsos de las paredes lo que provocaba obstrucciones y problemas de contaminación, por lo que a partir de 1825 la municipalidad de San José se dio a la tarea de construir una Taujía (canal revestido) de calicanto, para evitar el colapso de las paredes de la acequia que corría por el centro de la ciudad.
La municipalidad de esta ciudad en sesión No. 60, de este día en el artículo 6 ha acordado lo siguiente: haviéndose resuelto por esta municipalidad en cumplimiento de sus deberes, que en la canal principal de la acequia de esta ciudad, que atraviesa las principales calles de ella, se forme no taujía de calicanto para precaver de este modo los gastos en valor que ocasiona a la renta municipal si permaneciese en el estado que se hallen, se consulte al ciudadano Jefe Político para su aprobación por considerarse que su costo ascenderá a más del que la ley previene puede disponer esta corporación, y se comunica a usted para su intelingencia y efecto consiguiente .34
Para 1827 aún no se habían solucionado completamente los problemas que ocasionaban las obstrucciones dentro de las acequias, y parece que el problema aumentaba en los meses de invierno cuando el agua se desbordaba y corría por las calles. 35
La Municipalidad dispuso entonces de fondos económicos, según el acta municipal del 8 de abril de 1828, para construir el canal de calicanto principal mientras que los canales secundarios corrían por cuenta de los vecinos cercanos al canal.36 Sin embargo, para lograr la reconstrucción del canal se tuvo que suspender el suministro normal de agua y obtenerla por medio de canales auxiliares como se desprende de la siguiente cita, la cual permite además observar los conocimientos de hidráulica que tenían varias personas en aquella época. Artículo 5: que para poder llevar a cabo las providencias dictadas sobre entaujear la acequia principal conciliando al mismo tiempo la necesidad que tiene el vecindario de una fuente de agua y principalmente para continuar el trabajo de redificación del cabildo (destruido por el terremoto de 1822) y de otro edificio público se ha dispuesto hechar aguas por la paja que sale del solar del ciudadano Gregorio Castro, mandando asear a los vecinos de la misma paja sus pertenencias y componiendo al mismo tiempo los puentes y malos pasos y para que se verifique se nombre al Capitán Gregorio Castro para que cumpla con esta disposición de que se espera se servirá admitir la encomienda por su juramento y … la semana entrante esté lista la paja de agua para echar el agua. 37
Hacia 1834 la escasez de agua en algunas localidades periféricas a San José, provocaba la queja de los ciudadanos hacia las municipalidades. Una de estas demandas obligó a la municipalidad de Heredia a construir una presa con el fin de formar un embalse a partir del cual se distribuía el agua. A pesar de tan notable proyecto, no está claro como se distribuía el agua, pues según señalan las crónicas el agua no se distribuía en igual cantidad a todos los vecinos.
Teniendo en consideración que por las repetidas quejas que los vecinos del barrio San Pedro han manifestado a esta corporación sobre la sequía de agua que experimentan por aquel vecindario en virtud de haberse llevado el agua que antiguamente lo abastecía por lo que con más de veinte días que por esto le suplicó y comisionó al que lo precide para que a tiempo de sesión en aquella representara esta necesidad y abiendola notificado como es efectivo ante aquella corporación que le ofreció cuanto antes echar la agua de los que formalizan la presa en término que permanezca por como lejos de proceder a remediar este mal… la exposición echa en persona ante aquella por el presente de esta comisión el más alto desprecio a pesar de aber sabido ubiera surtido mejor efecto que el de oficiarle y siendo insufrible por aquel vecindario el quebranto que reciben de faltarles la agua de otra partes para sí y para sus animales pues varias veces llega al vecindario la agua, esto es a los primeros vecinos en vista de lo verificado y de haber tantos años que así el referido barrio de San Pedro, como la municipalidad de esta… como costo de la exposición hecha por aquellos el 11 de marzo a esta corporación manifestando que en ello que por aquello queden obligados a mejorar la presa y demás de manera de cal y piedra para que fuese permanente, como el de haber pasado…38
Según la información documental en 1844, se decretó la construcción y mantenimiento de una fuente de agua desde el río Tiribí para los hacendados de Pavas. Para esto se constituyó una dirección, compuesta por los mismos hacendados, que tenía la función de determinar por donde debía colocarse la toma de aguas y a diseñar el canal para garantizar la estabilidad y buenos resultados pero también en buscar la economía en las sumas que se invertirían en dicha obra.
En Cartago se presentaban problemas de contaminación similares a San José, ya que las acequias no llenaban ciertos requisitos de higiene, pues igual se lavaba ropa y se bañaba la gente dentro de ellas. Entonces, a partir de 1849, se tomó la decisión de cubrir las acequias para evitar la contaminación del agua, lo que tuvo un costo de ciento quince pesos, pero garantizó un suministro de agua de mejor calidad.
Arto. 4to. La comisión encargada de hacer el contrato de bajos para cubrir las acequias del recinto de esta ciudad dio cuenta con el que celebró el señor Soledad Calderón en del corriente del que consta que fueron mil los contratos por la cantidad de ciento quince pesos, a condición de pagarse la mitad de presente y la otra mitad al trabajo de hacerse entrega y siendo apurado en todas sus pares se mandó custidiar en el archivo mandandose libros orden al Mayordomo, para que entrege al citado Calderón sincuenta y siete pesos cuatro reales.39
Estragos de la contaminación del agua se hicieron evidentes durante la Guerra Nacional, especialmente en 1856, cuando la peste del cólera ocasionó la muerte de una gran parte de la población (se estimaron en aquel entonces 10 000 muertos). Esta epidemia había empezado en Nicaragua en abril de 1856 y se prolongó en Costa Rica hasta fines de ese mismo año. Probablemente las condiciones insalubres de las acequias, el manejo inadecuado de los alimentos, los desechos y las deficientes medidas sanitarias, entre otros aspectos, incidieron en una mayor dispersión de la enfermedad.
A partir de la década de 1850 se desarrolló con mayor vigor la colonización agrícola, principalmente hacia el noroeste, y más adelante vendría la explotación del Valle del Río Reventazón. A raíz de esto, se produjo un aumento en la deforestación y el cambio de los terrenos dedicados al pastoreo por el cultivo del café, la caña de azúcar y los granos básicos. Tanto en el beneficiado del café como en la producción de miel y azúcar a partir de la caña se utilizaban grandes cantidades de agua. En el caso de la caña de azúcar, para realizar el proceso de molido, se empleaban ruedas de gran tamaño que eran movidas por la fuerza hidráulica o por animales de carga dentro de instalaciones llamadas trapiches.
Quizás motivado por las condiciones dudosas de la calidad del agua provocada por la contaminación en su paso por las acequias en 1858 el gobierno de entonces a través del Ministro de Gobernación Don Joaquín Calvo, firmó un contrato con Guillermo Nanne y Francisco Kurtze para instalar una cañería de hierro en San José. El contrato establecía la construcción de un tanque en la propiedad de la Fábrica Nacional de Licores, 40 localizada en las instalaciones ubicadas hoy en día diagonal al hospital Calderón Guardia. Sin embargo, la posibilidad de construir la primera cañería sufrió un contratiempo ya que el gobierno no logró disponer de los fondos a tiempo, lo cual dejo a los contratistas en serias dificultades pues tenían que cancelar deudas económicas contraídas por la compra de la tubería.
Posteriormente, surgieron varios proyectos para dotar a San José de obras de infraestructura, como por ejemplo el proyecto de George Hantz de 1862, que proponía construir acequias subterráneas, instalar la tubería para agua y para gas y nivelar las calles. 41 Por fin en 1865 se empezaron a construir los tanques para la cañería que se inauguró el domingo 25 de octubre de 1868 y la cual fue terminada en 1869. Sin embargo, a pesar de disponer de la cañería, los desagües eran bastante ineficientes 42 y no permitían la evacuación inmediata de aguas pluviales.
En un gesto previsor con el fin de disponer de una fuente segura de agua para San José, el Secretario de Estado, Salvador González firmó, en 1873, un contrato con Juan Brown para construir pozos de tipo artesiano, lo cual representaba todo un reto para ambas partes pues este tipo de obras nunca se habían realizado en el país y por lo tanto existían dudas sobre los resultados que se obtendrían. 43
Esta es la primera mención histórica sobre la construcción de pozos, pero no se cuenta con información para verificar si realmente los pozos se construyeron. Aún para el año 1882, el agua no era de óptimas condiciones sanitarias, tal como lo expresa el médico Bansen al describir las condiciones sanitarias del agua con que se abastecía la ciudad de San José. “Conocidos son de todos, los defectos de una cañería que se provee de una acequia abierta que corre al lado de un camino público con numerosas viviendas y muchos potreros llenos de animales de toda especie. Me propongo demostrar la mala calidad del agua que abastece la Capital de un país bastante adelantado como es este y por el cual abrigo verdaderas simpatias, pues lo estimo como mi segunda patria. Los tanques o filtros son en su origen muy defectuosos pues dejan pasar el barro que trae el agua, en gran cantidad, hasta el grado de notarse frecuentemente un olor fétido que quita la voluntad de usar el agua para el baño por no soportarse al olfato. Esa fetidez del agua filtrada proviene de la disolución de cadáveres en la misma acequia y analizando el líquido que se nos da como potable se sacan consecuencias desconsoladoras.” 44
Debido al auge bananero en el Caribe, (para 1884 ya existían en la región 350 fincas) 45 aumentó el consumo del agua, tanto superficial como subterránea, que era utilizada para el lavado de la fruta. Inicialmente, el volumen de agua utilizado en dicha labor era tomado de los ríos y posteriormente se implementaron sistemas de extracción de agua utilizando pozos.
El recurso hídrico dio un impulso muy grande al desarrollo económico y social de Costa Rica sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX, al servir como medio para producir energía eléctrica con turbinas. La primera planta hidroeléctrica de Costa Rica estaba ubicada al costado Oeste del actual Hospital Calderón Guardia, de lo cual quedan pocas evidencias.
“En un área muy reducida, se encuentra la estación del Atlántico, los tanques de la primera cañería de San José, la fábrica Nacional de Licores y la primera fábrica de hielo del país, cuyas respectivas construcciones datan de la segunda mitad del siglo XIX. Detrás de la fábrica antes mencionada, a unos 150 m al norte de la Casa Presidencial, debajo del piso de una antigua casa de madera forrada con planchas de metal labrado, vimos de buenas a primeras un foso semitapado por gran cantidad de escombros, al cual se ingresa por unos arcos de ladrillo y calicanto, que por su grosor y consistencia, más parecen las puertas de acceso a una fortaleza. Un mapa antiguo, una fotografía de la época y una serie de documentos, nos indican sin lugar a dudas que esta desusadamente fuerte estructura de ladrillo y calicanto, de gran solidez y grosor, formado por el foso y los arcos de entrada, y un laberinto de viaductos, constituyen los restos de la primera planta eléctrica que se instaló en Centroamérica. Para mover la planta, se instaló una tubería que aprovechaba una caída de agua de 15 metros, formada por el sobrante de los tanques de la cañería de San José.” 46
El 22 de agosto de 1887, Luis Batres firma un nuevo contrato con la Municipalidad de San José, en el cual se ampliaba el alumbrado público de San José con 25 lámparas eléctricas y se realizaba el mantenimiento de las ya existentes.
“Para asegurar el buen servicio del alumbrado público, la Empresa se compromete: a construir un tanque grande de calicanto, cuyas dimensiones sean 33 metros de largo,
7 de ancho y 3 de alto al menos para que sirvan de regulador al agua del motor. No podrá construir este tanque en el trayecto de la asequia que conduce el agua a los tanques de la cañería, es decir quédale únicamente el derecho de hacer uso del agua una vez abastecidos los tanques de la cañería. Dicho tanque ha de instalarse al sur de los de la cañería, en el punto donde la Empresa tiene uno pequeño; pudiendo así aprovechar uno de los muros de los tanques de la cañería.” 47
Con la generación de energía eléctrica, San José llegó a ser la tercera ciudad en el mundo con alumbrado público. Cuatro años más tarde, exactamente el 23 de mayo de 1888, la Compañía Eléctrica de Costa Rica firma un contrato con el gobernador de Cartago, Francisco Oreamuno, para instalar el alumbrado eléctrico de la ciudad de Cartago, pasando a ser parte del grupo de ciudades con fluido eléctrico. La primera planta eléctrica en Cartago estuvo ubicada al Norte de la ciudad y utilizaba las aguas del río Reventado. 48 “Con respecto a la construcción de la Planta Eléctrica se dispone de poca información excepto que fue la primera planta que se instaló en Cartago y que se construyó al norte de la ciudad, como a unos 2000 metros de ella en las márgenes del río Reventado ... que consistía en un potrero con una casa construida de cal y canto y buenas maderas de construcción, de 16 metros 20 centímetros de largo por 6 metros de ancho. También se construyó un tanque de cal y canto de 7,20 centímetros de largo, 3 metros de ancho y 1 metro 20 centímetros de profundidad; y un canal de cal y canto que conduce el agua al tanque y otro sirve de desague a la turbina.” 49
Pero además del alumbrado público, la energía hidroeléctrica impulsó la construcción de un tranvía en San José. El 4 de diciembre de 1885 el presidente de la República don Bernardo Soto Alfaro, acordó impartir su aprobación al contrato firmado por don Francisco María Fuentes y Pío Víquez, con el cual se construiría uno o varios tranvías en San José que utilizaban la electricidad generada por la fuerza hidráulica.
El 27 de junio de 1894 se celebró un contrato para instalar el alumbrado público en Heredia mediante energía hidroeléctrica utilizando el caudal de agua con que se abastecía esta ciudad y comprometiéndose a restituirla a su cauce natural. Entre otras cosas el contrato dice: “... la Maquinaria se surtirá de agua que por atarjea abastece esta ciudad, pero es entendido que para utilizarla, el empresario al desviarla de su cauce, lo verificará por tubería, restituyéndola en la misma forma a su cauce, sin que en tal operación sufra menoscabo que parezca...” 50
A finales del siglo XIX, la ciudad de San José crecía en forma acelerada y demandaba más agua, lo que obligó a las autoridades de ese entonces, a tomar un caudal adicional de aguas del río Tiribí y adicionarle al caudal que ya se tomaba de los ríos Torres y María Aguilar, para un abastecimiento adecuado de agua potable para la ciudad. 51
En 1898, los tubos de la cañería eran deficientes por su incapacidad para abastecer el número de pajas que la población exigía. Además, se agregaba la falta de reglamentación y de controles sobre el uso del agua. Por ejemplo, la costumbre adquirida de tener los grifos constantemente abiertos, anulaba la presión y producía el agotamiento del flujo de líquido. Debido a lo anterior, el municipio tomó la decisión de instalar contadores de agua, con lo cual se reguló temporalmente su despilfarro.
A inicios del siglo XX, el uso del agua no estuvo exento de conflictos. Se conoce un caso en el Barrio de San Nicolás de Cartago, cuando este fue privado de su recurso hídrico por motivo de la desviación del caudal hacia la ciudad de Cartago: “...En Cartago la desviación de la quebrada de Arriáz para el servicio de cañería ha privado al Barrio de San Nicolás de agua potable que siempre había tenido. Se traería para compensar a los vecinos de San Nicolás, el agua del río Oro, hacia el NE de la quebrada del Fierro, agua suficiente para devolverle el caudal al río Taras.” 52
En 1913 otro conflicto de uso del recurso hídrico ocurrió entre las municipalidades de Barva y Heredia. El inicio de este litigio se reconoce en 1868, a raíz de un proyecto de traslado de aguas desde las tierras localizadas al norte de Barva y hacia la ciudad de Heredia para abastecimiento de ella. La siguiente cita ilustra dicha situación: “...Dada la necesidad de agua en esta ciudad... en el caso que en los terrenos que se encuentran al norte de la Villa de Barva existen fuentes que reunidas darán un caudal de agua próximamente doble a la que tiene la conocida con el nombre de río de la Hoja. Estas tres fuentes es muy probable que puedan traerse hasta descurrir en el río Segundo, en el punto donde se encuentra la presa para sacar agua a la villa de Barva, para posiblemente traerla hasta Heredia, más si esto llega a dificultarse podría darse a Barva la enunciada agua y traer a esta ciudad la del río La Hoja que ahora abastece a Barva, para lo cual no hay imposibilidad...” 53





Legislación histórica sobre el manejo del agua
Las primeras regulaciones legales o políticas referidas al manejo del agua provienen de la primera mitad del siglo XIX. El 17 de Julio de 1844, aparece un decreto firmado por el ministro de Hacienda, José María Alfaro, para establecer un censo (fondo económico) en favor del tesoro municipal por el uso de las tierras en el sector de Pavas. Este decreto estaba constituido por 13 artículos, entre los cuales destacan dos artículos que se refieren expresamente a las obras necesarias para extraer agua del río Tiribí y abastecer las haciendas ubicadas en esta zona: “Artículo 1. Es a cargo de los hacendados de café en las tierras de Las Pavas la dirección, trabajo y mejoras de la fuente de agua que del río Tiribí debe salir para aumentar la de esta ciudad y surtir las haciendas de aquel punto y aún parte de la población en general.
Artículo 2. Para el caso se establecerá una dirección de entre los mismos hacendados compuesta por tres individuos de capacidad.
Artículo 5. Las funciones de la Dirección son contraídas a examinar desde su origen la línea por donde debe conducirse la fuente de aguas de que se ha hecho mención: a acordar el modo y forma en que debe hacerse el canal para su estabilidad y buenos resultados: a consultar la mayor economía y seguridad en las sumas que deben invertirse en aquella obra: a formar los contratos de los trabajos de la manera más económica y positiva, y a remover las dificultades que se presenten en el progreso y conclusión de la misma obra.” 54
El agua ha sido elemento de discordia internacional, como ha sido la historia con el río San Juan, por motivo de la navegación. Se han emitido varios tratados sobre este tema. Al respecto, el 15 de abril de 1844 sale publicado en el diario oficial La Gaceta un tratado entre Costa Rica y Nicaragua sobre el uso de las aguas de los ríos limítrofes, estableciéndose de común acuerdo varias cláusulas, entre ellas la siguiente: “9- La República de Costa Rica puede negar á la República de Nicaragua el derecho de desviar las aguas del río San Juan, en caso de que dicha desviación ocasione la destrucción, ó serio daño de la navegación de dicho río o de cualquiera de sus brazos en cualquier punto en que Costa Rica tiene derecho á negarlos.”55
El 9 de junio de 1873 se firma un contrato a consecuencia del decreto del 2 de junio de ese mismo año, entre Salvador González, Secretario de Estado y Juan Braun, contratista, para la construcción de varios pozos artesianos. El contrato constaba de siete cláusulas y se establecían las labores a realizar, las obligaciones y los derechos contractuales.
Son escasos los informes que existen en relación con la supuesta construcción de los pozos, así como información sobre caudales y calidad del agua y acerca del lugar donde se construyeron. El contrato dice entre otras cosas: “El señor Braun se compromete a introducir todos los materiales necesarios para la construcción de los pozos artesianos; a trasladarse a California en el presente mes con el fin de hacer algunos estudios prácticos en aquel lugar sobre la materia; i á traer á su vuelta, que será lo más tarde dentro de cinco meses, un inteligente en este negocio.” 56
El 3 de junio de 1879, el presidente José María Castro Madríz tomó la decisión de mandar a analizar las aguas minerales de diferentes partes del país con el fin de conocer de manera más detallada sus características fisico-químicas, como se demuestra en el siguiente documento. “Siendo de mucha importancia el conocer las propiedades de todas las aguas minerales de la República, mediante un examen químico ejecutado con toda propiedad en algunos Gabinetes europeos; prevéngase a todos los gobernadores del país, hagan recoger dos botellas de cada una de las fuentes del agua indicada que hubiere en el territorio de su respectiva jurisdicción, y que esmeradamente tapadas con buenos corchoz y cápsulas de estaño, así como provistas de rótulos que expliquen con claridad los nombres de las Provincias o Comarcaz y de los lugares especiales de su procedencia, las remitan a la Sria. de Relaciones Exteriores, para que esta les dé el correspondiente destino y cubra los gastos que origine la ejecución.” 57
La exploración, explotación, distribución y protección del recurso hídrico empezó a ser regulado con la primera ley de aguas del 26 de mayo de 1884.58 Posteriormente, fue promulgada la ley del 18 de agosto de 1941 y un año más tarde entra en vigencia la Ley de Aguas y la Ley General de Agua Potable.

Consideraciones finales
El agua ha sido en la historia de Costa Rica un recurso natural muy valioso, que ha participado en el desarrollo social, económico y cultural; sin embargo, su relativa abundancia creó la idea de que era un recurso renovable infinito. Pero la historia muestra que la errada gestión está creando consecuencias muy graves para la salud del ser humano en particular y del medio ambiente en general.
El agua fue un recurso natural de suma importancia para el desarrollo de los pueblos aborígenes que poblaron Costa Rica antes de la llegada de los españoles. Esta constituía un recurso indispensable para la alimentación, el transporte de productos, por sus propiedades purificadoras y para el cultivo de diversos productos agrícolas. El número de habitantes, la moderada demanda de agua y las prácticas agrícolas favorecían la protección del recurso hídrico.
Con la llegada de los españoles, la gestión de recurso hídrico varió sustancialmente debido a las formas de producción y la demanda de agua por parte de una población creciente, alterando la disponibilidad y calidad del agua. La degradación de la calidad del recurso hídrico aumentó drásticamente con la deforestación provocada por prácticas erradas introducidas por los españoles y que iban en contra del sistema de la rosa aplicada por varios grupos indígenas.
Históricamente, la demanda de agua estuvo influenciada por las fluctuaciones en el número de habitantes y por fenómenos climáticos ocasionales. Sin embargo, el número de habitantes ha jugado un papel muy importante y no ha sido constante a lo largo de la historia de Costa Rica. Así, por ejemplo, en 1700 el número de habitantes era de aproximadamente 19000, mientras que 100 años después era alrededor de 50 000, lo cual generaba mucho mayor demanda de agua y obligaba a las autoridades a plantear proyectos para solucionar el déficit creciente.
La información relacionada con el uso del recurso hídrico está dispersa en diferentes referencias y documentos. En un sinnúmero de casos dicha información forma parte de temas completamente diferentes y hasta el momento no se ha encontrado una referencia bibliográfica que integre los diferentes usos que se le ha dado al agua durante el período precedente al siglo XIX, es por esto que este trabajo significa una primera aproximación histórica sobre la forma de manejo del agua durante varios siglos de nuestra historia y de ninguna manera se puede tomar como la historia completa sobre el manejo de uno de los más valiosos recurso naturales de que se dispone.


Notas
1. Fonseca, O.; 1996: Historia antigua de Costa Rica. Surgimiento y caracterización de la primera civilización costarricense. Editorial Universidad de de Costa Rica. 260 pp. San José.
2. Fernández, L.; 1976: Documentos para la historia de Costa Rica. Volumen II, Editorial Costa Rica, p. 282, San José.
3. Ibídem., p. 280.
4. Ídem, p. 128. En el documento transcrito por este autor, se informa entre otras cosas que: “en esta misma estación que son los meses de enero, febrero y abril, es en la que deben verificar las pezcas en el paraje indicado, por no poderse hacer en los demás meses a causa de los muchos ríos y bocas de esteros que con las lluvias enturbian el agua e impiden el descubrimiento de las conchas...” En otro pasaje del documento se menciona que “hasta el paraje nombrado Salinas, que hay de distancia como 150 leguas, se encuentran otros varios donde se verifican las expresadas pezcas de perlas de igual calidad y con particularidad en el parage nombrado Papagallo, en que hay varias islas que producen con abundacia de conchas; y si se hicieran estas en los términos que corresponde, se conseguirían mayores extracciones y por consiguiente descubrimientos...”
5. Fonseca, 1996. Op. Cit.
6. Brenes, L.G., Aguilar, C., Arias, A., Chávez, S., Castillo, D., Rojas, M., Reynoard, M., Rivas, F., Meléndez, C., & Arrea, F.,1997: Historia de Costa Rica. Vol I. 1 Edición. Editorial EIDOS. 784 pp., San José.
7. Monge, C.; 1980: Historia de Costa Rica. Edit. Trejos. Décimo sexta edición. 319 pp. San José.
8. Fonseca, 1996. Op. Cit.
9. Fernández, L.; 1976: Documentos para la historia de Costa Rica, Vol. I, Editorial Costa Rica, pp. 133; San José. El documento transcrito es del año 1569.
10. Ibidem, pp. 98.
11. Fonseca, 1996. Op. Cit.
12. Pérez, H.; 1985: Breve historia de Centroamérica. Editorial Alianza. 169 pp. Madrid.
13. Sandner, G.; 1962: Investigaciones geográficas. La colonización agrícola de Costa Rica. Tomo I. Ministerio de Obras Públicas. Instituto Geográfico Nacional (IGN). 168 pp. + 5 mapas. San José.
14. Ver la crónica de Juan Vázquez de Coronado dirigida al rey Felipe II el 11 de diciembre de 1562. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. I, p. 78; documento del año 1562.
15. Op. Cit. Fernández, 1976., Vol. II, pag 47; documento del año 1663.
16. Robles, F.; 1994: Málaga Musulmana. Tomo II. Editorial Arguval. 373-694 pp. Málaga. España.
17. Monge, 1980. Op. Cit.
18. Como se desprende de las informaciones que enviaba Juan Vázquez de Coronado al rey Felipe II en el mes de julio de 1563. “... trace una cibdad en aquel valle, en un asiento junto a dos ríos...” Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. I, pag 110; documento del año 1563.
19. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. I, pág 107; documento del año 1563.
20. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. II, pág 156, documento del año 1640.
21. Brenes, L.G., et. al. 1997. Op. Cit., pág 477.
22. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. III, pág 187.
23. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. III, pág 187; documento del año 1747.
24. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. I, pág 435; documento del 8 de setiembre de 1752.
25. González, C., Núñez, F. & Tinoco, L.; 1987: San José y sus comienzos, documentos fundamentales. Imprenta Nacional. 60 pp. San José.
26. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol II, p. 88; documento de los años 1753-1754.
27. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol I, p. 440; documento del año 1752.
28. Fernández, 1976.Op. Cit., Vol III, p. 219; documento del año 1761.
29. Ibídem., p. 237; documento del año 1773.
30. Fernández, 1976. Op. Cit., Vol. III, pág 374; documento del año 1780.
31. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Municipal, número 452, Folio 5V.
32. Monge, C.; 1980: Historia de Costa Rica. Edit. Trejos. Décimo Sexta edición. 319 pp. San José.
33. Volio, M., Obregón R., Obregón, Cl. & De La Cruz, Vl.; 1997: Historia de Costa
Rica. Vol II. 1a Edición. Editorial EIDOS. 643 pp. San José.
34. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Municipal, número 50. Folio 16 F -V
35. La saca de agua que corre por esta ciudad se encuentra aterrada y derramándose por las calles, pide se mande a asear con la mayor seleridad pura que no se de en perjico del público y en su vista se acordó por esta corporación que se quite el agua para que se seque el fango para limpiarlo en la saca principal y presente. Municipal 474 Firrelto. Sala Municipal de San José, 13 agosto 1827. Sesión 2.
36. Municipal 474 f41 frente. Sala Municipal San José, 8 abril 1828. Sesión 35. Art. 11: La municipalidad considerando que el agua es uno de los primeros elementos de la sociedad, que lo que corre por la acequia de esta ciudad es inmundo e insalubre, que en este estado, lejos de ser benéfica al vecindario, éste sufre de contínuo una presión insoportable por su mal arreglo y corriente: y que la municipalidad en acta de 17 de diciembre de 1824 movida de todas estas consideraciones dispuso que se entregase desde su entrada en la ciudad hasta su salida que para estos de los propios se construyesen las Taujillas en las bocacalles y por los particulares los pertenecientes a los solares del tránsito. Que por cuenta del mismo fondo se costease un oficial inteligente para la construcción de los Taujillos de los soleros para que éste guarde el nivel y regularidad necesaria, siendo por tanto por cuenta de los particulares preparar mezcla, piedra, peones y los demás elementos necesarios, por tanto y estando desde el año de 1825 trabajando los Taujillos de los bocalles en todo el tránsito de la acequia en la ciudad y que el gasto que los fondos hicieron en esta obra han sido y será insignificante entre tanto que no sean extensivos a toda la ciudad, la Municipalidad en sesión de este día ha dispuesto se proceda al cumplimiento de la referida acta a los tenores siguientes:
1) Se procederá a el próximo mes de junio a enteugearse la acequia que corre por el centro de esta ciudad desde el Solar del Capitán Gregorio Castro hasta la del ciudadano José María Benavides, desde donde el agua sigue en buen curso.
2) El costo de mezclas, piedra, peones sea para la construcción de la Taujéa en lo solares comprendidos en los términos que consigna el párrafo anterior es de cuenta de lo particulares y dueño de los respectivos solares y la dirección y maestranza será de acuerdo a los propios.
3) En el solar del Capitán Gregorio Castro en su dentrada se colocará un cedazo para el aseo del curso de agua y se determinará un vecino inmediato para que estando siempre en la mira aunque de que nunca se haga pegado.
4) Que una comisión vaya a recorrer el origen de la acequia y de cuenta de los reparos que hayan e igualmente se inspeccione los derrames en los sercados y calles del curso de la acequia hasta la entrada de la ciudad para dar las disposiciones necesarias, poner medidas en las pajas que salen de los barrios y también en los del interior.
5) Que para el efecto se quitará el agua en 1 de junio en cuya fecha se dará principio el trabajo debiendo estar ya listo el material necesario por los particulares comprendidos en esta disposicion a quienes se dará por nota circular con inserción de este acuerdo.
37. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Municipal 474 f83V-84f . Sala municipal San José, 12 setiembre 1828. Sesión 77.
38. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Municipal 94 f 75. Alcalde Municipal de Heredia.
39. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Municipal 673 f80 v-f 81v Cartago Sesión Municipal No. 21 del lunes 22 de octubre de 1849.
40. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Fomento 875 f 1- f5v 15 de abril de 1858. Art. 1. Kurtze y Nanne construirán un tanque y filtros en el potrero de la finada Da. Petronila Castillos, a la par del que existe para la fábrica Nacional de licores entendiéndose, que el Supremo Gobierno se arreglará con los actuales dueños del citado potrero sobre la indemnización del terreno y los daños que puedan causar los referidos trabajos.
Art. 2. De este filtro se llevará un tubo principal de nueve pulgadas de diámetro y esperimentado por diez atmósferas, pasando con rumbo Oeste la calle de la Laguna hasta la esquina de la calle del Carmen de donde con rumbo Sur sigue hasta la esquina Nor Este de la Plaza Principal, de aquí rumbo Oeste por la calle del Presidente hasta el Hospital de San Juan de Dios.
41. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Fomento 345 f 1 – f10 v 27 de febrero de 1862.
Art. 1 El gobierno y la Municipalidad entregará al Señor George Hautz como contratista todo el material existente traido en virtud del contrato anterior (fecha 15 de abril de 1858) con los señores Kurtze y Nanne que según la factura está valuado en 43 000 pesos y pagará al contratista la cantidad que sobre del anterior contrato es decir 27 000 pesos.
Art. 7 El empresario construirá una asequia de ladrillos y losa de un diámetro mediano de seis pies a una profundidad mediana de seis pies (según exige el nivel) para desaguar las mismas calles en la extensión de 5000 varas con desague a cada 100 varas en las mismas, con salidas de rejas de fierro en la cantidad de 35000 pesos….
Art. 12 El contratista tendrá derecho a modificar el plan original de la cañería de agua, según lo demanden las obras, es decir la acequia formará una cruz irregular con el centro más elevado de la plaza principal del río Joses hasta el río María Aguilar y del bajo cerca del hospital hasta el bajo de cuesta de los Moras, con los paralelos necesarios para complementar los 5000 varas poco más o menos según lo exija la municipalidad.
42. Volio, M., Obregón R., Obregón, Cl. & De La Cruz, Vl.; 1997: Historia de Costa Rica. Vol II. 1a Edición. Editorial EIDOS. 643 pp. San José.
43. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Fomento 125 f 1- 3. 9 de junio de 1873. Salvador González Secretario de Estado en Despacho de Obras Públicas por parte del Gobierno de la República , i Juan Brown, Doctor en farmacia por sí, á consecuencia del Decreto No. 5 del 2 del corriente que autoriza al Gobierno a celebrar con el segundo ó con cualquier persona que dé garantías, un contrato para la construcción de pozos artesianos, pudiendo invertir hasta cinco mil pozos, han estipulado el contrato siguiente….
44. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Fomento, número 979.
45. Monge, 1980. Op. Cit.
46. Fernández, J.; 1985: 100 años de actividad eléctrica en Costa Rica 1884-1994. Imprenta Lil. 540 pp. San José. pp. 24.
47. Ibídem.
48. Ibídem.
49. Ibídem.
50. Ibídem.
51. Eco Católico, 3 de enero de 1898, pp. 13.
52. El Noticiero, 26 de julio de 1903.
53. El Noticiero, 1 de noviembre de 1912.
54. Archivo Nacional, Serie Municipal, número 981. Ministerio de Hacienda, 1843.
55. La Gaceta, 15 de abril de 1888.
56. Archivo Nacional de Costa Rica, Serie Fomento, número 125.
57. Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Hacienda, número 29158.
58. Archivo Nacional de Costa Rica, Serie Fomento, número 8908.

APÉNDICE 1
Sinopsis Histórica
Año o período Obra civil o ley
500-1000 D.C Construcción de obras hidráulicas en Guayabo de Turrialba.
1564 Fundación de Cartago y distribución del agua por medio de acequias.
1747 Se ordena construir una zanja para transportar agua a San José. La iniciativa fracasa.
1751 El padre Pomar y Burgos manda ejecutar zanjas para traer agua a San José.
1802 Se toma la iniciativa de ampliar la red de acequias.
1820 Se concluye la ampliación de la red de acequias.
1844 Ampliación de acequias que transportan agua del Tiribí.
1865 Se construyen estanques para almacenar agua.
1844 Decreto de José María Alfaro para establecer un censo y aumentar la cantidad de agua suministrada a San José.
1868 Se inaugura la primera cañería en San José.
1869 Se concluye la cañería de San José.
1884 Se instala la primera planta hidroeléctrica en San José.
1884 Primera ley de aguas.
1888 Se instala la primera planta hidroeléctrica en Cartago.
1894 Se instala la primera planta hidroeléctrica en Heredia.





APÉNDICE 2
Información documental
“Para que yo dicho gobernador ordene y mande que todos los vecinos estantes y habitantes en la ayuda de parroquia de la Boca del Monte den el total cumplimiento a los despachos despachados por S.S. Ill.ma el Sr. Obispo de esta Diócesis y publicados en todas las Iglesias parroquiales de esta provincia, por lo perteneciente a la tan justa, formal y nueva disposición de Poblaciones, arreglado todo a las Reales dispocisiones y servicio de ambas Majestades, y no siendo posible que en la espresada población de la dicha ayuda de Parroquia se pueda ejecutar lo ordenado por S.S. Illma sin que se conduzca agua a la dicha nueva población, y asentado esto y el de haberse obligado al Capitán Manuel de Castro, morador del valle de Santa Ana, de sacar la agua y conducirla a dicha población, que mande a todo el vecindario de dicha ayuda de Parroquia que acudan a la saca de agua que tiene facilitada el espresado Capitán Manuel de Castro; por todo lo que ordeno y mandó a mi teniente Juez de los campos y alcalde de la Santa Hermandad del valle de Aserrí y de dicha nueva población de la Boca del Monte, capitán Isidro de Castro, que incontinenti del recibo de este mi despacho congregue a todo el vecindario de su jurisdicción y de dicha ayuda de parroquia y juntos y congregados y estando presente el capitán Manuel de Castro le notificará y hará saber este mi despacho, e inmediatamente preguntará al dicho capitán Manuel de Castro la gente que necesita y necesitará diariamente para la operación de los trabajos de la saca de agua que está obligado sacar y de conducirla a dicha nueva población, y con los avíos de azadas, picos, machetes, que necesita.” (Fernández, 1976, VIII, pp. 187; 1747).

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