Tomado de www.terra.com.co
Colombia
Tras superar siglos de marginación, exclusión y resistir a exterminios de gran dimensión, los pueblos indígenas americanos enfrentan un presente de participación mas activa en política, en protesta social y en reconocimiento de derechos y autonomía para preservar sus raíces y tradiciones.
Colombia
Tras superar siglos de marginación, exclusión y resistir a exterminios de gran dimensión, los pueblos indígenas americanos enfrentan un presente de participación mas activa en política, en protesta social y en reconocimiento de derechos y autonomía para preservar sus raíces y tradiciones.
Unos más organizados que otros, hacen sentir su influencia para definir los nuevos rumbos de naciones consumidas por la corrupción, por la reivindicación de sus territorios y cuestionan en voz alta las políticas de libres mercados económicos que se negocian con los Estados Unidos.
Los logros han sido representativos: asumen la vocería de sus comunidades para transmitir sus inquietudes a los gobiernos y otros sectores sociales, denuncian los abusos por parte de los grupos armados ilegales y consiguieron lugares en los espacios políticos electorales y en las corporaciones públicas.
Sin embargo, no es suficiente. Todavía se violan sus derechos y los países americanos (entiéndase que América es desde Alaska hasta la Patagonia, y no como comúnmente se refieren ciertas personas a un país de América del Norte, recuerden que el Sur también existe) poco se preocupan por garantizarlos y preservarlos; sus territorios, que están en zonas vulnerables al conflicto armado, no tienen protección; están al margen de las negociaciones económicas internacionales y quizá las más grave, los líderes tienden a burocratizarse olvidando los principios que articulan la lucha indígena.
Se trata pues, de un momento oportuno, para que estas comunidades sigan con el avance de la construcción de un proceso de unidad fundamentado en la autonomía, el territorio y la cultura, que incluya el fortalecimiento político, el bienestar social y el afianzamiento institucional, abierto a una integración que genere reconocimiento en esos mismos aspectos.
Es una oportunidad de integración entre los pueblos del continente, que permita un aporte de los elementos que los diferencian, para edificar una fuerza que promueva cambios profundos en todo América.
Nota:
El comentario en negrita es de Rykardho
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