17/8/07

Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

En todo el mundo, los pueblos indígenas están entre los más marginados y vulnerables. Como se trata de una declaración de principios y aspiraciones comunes, la adopción de la Declaración marcaría sólo el primer paso para comenzar a subsanar los prejuicios y discriminación profundamente arraigados que han llevado a violaciones generalizadas contra los derechos humanos de los pueblos indígenas en todo el mundo.


Las organizaciones internacionales de derechos humanos están ofendidas y desanimadas por la decisión del Tercer Comité de la Asamblea General de las Naciones Unidas de posponer la adopción de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

La Declaración ha estado en proceso de elaboración dentro de la ONU por un período de más de veinte años. La Declaración, un instrumento legalmente no vinculante, alienta a los estados y a los pueblos indígenas a trabajar conjuntamente para tratar las necesidades básicas de las personas y comunidades indígenas, incluyendo un mayor control sobre sus propias vidas, y el acceso seguro a las tierras y recursos naturales que son esenciales para su supervivencia cotidiana y para la práctica de sus culturas.

El 29 de junio, la Declaración fue aprobada por el voto de la mayoría abrumadora de los miembros del Comité de Derechos Humanos de la ONU, el organismo de derechos humanos más elevado de las Naciones Unidas.

El debate en el Tercer Comité estuvo teñido por maniobras políticas, y alegatos alarmistas acerca del potencial impacto que la Declaración podría tener. Las declaraciones de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos de que la Declaración amenazaría los derechos e intereses de otros sectores de la sociedad ignoraron a sabiendas el hecho de que la Declaración sólo puede ser interpretada en relación con todo el espectro de protecciones de los derechos humanos y las obligaciones estatales existentes, lo cual se reconoce explícitamente en la Declaración misma.

Estuvo claro que las agendas políticas nacionales se antepusieron a la promoción y protección de los derechos humanos. Esta desafortunada e innecesaria decisión de no adoptar la Declaración socava el trabajo del Consejo de Derechos Humanos, el mismo organismo al que la Asamblea General ha encargado liderar la promoción de los derechos humanos.

La moción para posponer el debate fue presentada por los estados africanos, los cuales en su mayoría han estado ausentes de las extensas negociaciones que tuvieron lugar en el transcurso de las últimas dos décadas. Su moción, que fue aprobada por el Tercer Comité el martes 28 de noviembre por una votación de 82 contra 67, pide que se posponga la decisión hasta el final de la actual sesión de la Asamblea General en septiembre de 2007, para que se puedan tener más consultas. La moción ampliamente considerada como un intento para debilitar o socavar las principales disposiciones de la Declaración tal y como fue adoptada por el Consejo de Derechos Humanos.

Reconocemos los esfuerzos de los muchos estados que han trabajado apoyando la Declaración. Urgimos a otros estados a respetar la decisión del Consejo de Derechos Humanos del pasado mes de junio y comprometerse a la adopción de la Declaración en cuanto haya la oportunidad.

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