En las páginas que integran esta obra, Francisco de Vitoria pasa en revista los grandes problemas suscitados por la conquista del Nuevo Mundo y formula una doctrina que, se ha dicho con acierto, tiene un valor teológico especulativo y práctico, no sólo circunstancial, sino permanente.
En aquellas décadas de hierro, enseñó Vitoria que no existirá paz entre los hombre hasta que se proscriba la violencia y hasta que la justicia impere en las relaciones internacionales.
La figura de Vitoria, se magnifica a medida que el transcurso del tiempo brinda a la posteridad la perspectiva adecuada para apreciarla en su verdadera y gigantesca magnitud.
Desde el Siglo XVI, en que sirvieron de inspiración a los abnegados misioneros, émulos de Las Casas y Montesinos, no han perdido lozanía sus enseñanzas, que aun hoy suscitan la admiración.
Francisco de Vitoria
Fue un gran teólogo español, nació hacia 1486 en la capital de la provincia de Alava, de la que tomó el sobrenombre que lo ha llevado a la celebridad, y murió el 11 de agosto de 1546. Sabio catedrático de la Universidad de Salamanca, restaurador de la teología en España, su papel es único en la historia de la cultura, siendo su notable y avanzada concepción jurídica del Derecho de gentes la base precursora de toda legislación moderna. Austero y disciplinado, congregó en torno suyo un gran número de discípulos devotos que acogieron ardientemente el soplo renovador que el padre Vitoria traía a la docta Universidad y extravasando los claustros llegaba a la misma Corte desde donde el Emperador la hacía frecuentes consultas, habiéndole recomendado las referentes a la conquista y evangelización de las Indias, así como el derecho que correspondía a lo reyes de apoderarse de las tierras y las luchas que sostenían con los aborígenes que se oponían a su dominio. Se buscaba resolver los conflictos espirituales y las preocupaciones de las almas nobles de la época, pues llegaban frecuentes noticias de los abusos que cometían algunos capitanes y gobernadores, cosa que desagradaba al Emperador, que aunque exigía moderación y justicia, veía sus órdenes debilitadas por la inmensa lejanía.
Así las cosas, a fines del año 1538 o comienzos de 1539, Francisco de Vitoria pronunció su famosa RELECCIONES SOBRE LOS INDIOS. Inspirada en los más altos sentimientos de fraternidad humana, las RELECCIONES SOBRE LOS INDIOS ha sido considerada como la CARTA MAGNA de la libertad de los aborígenes, quedando dilucidados los derechos inherentes a los naturales del Nuevo Mundo y las obligaciones a que debían comprometerse los conquistadores. La RELECCIONES SOBRE LOS INDIOS que contó con al aquiescencia del emperador, supuso una lección cristiana que perdura a través de los siglos, elevando más la figura universal de Francisco de Vitoria, precursor y fundador del Derecho Internacional.
30/10/07
Relecciones sobre los indios y el derecho de guerra
en 11:38 Publicado por Rykardho
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario